Nuestras acciones sí influyen en la vida de los
demás.
Pido a Dios, al universo, a mí hada madrina, a
mí Ángel de la guarda, a Evangeline, y a todas las fuerzas poderosas por allí,
que llenen mi corazón de comprensión, empatía, compasión y mucho amor y
sabiduría para saber distinguir entre querer tener la razón por mis juicios y
creencias, y apoyar a quien más requiera cualquier cosa que yo tenga para dar.
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