martes, diciembre 30, 2008

una mosca pegada en la pared...

Estaba yo en el área de comidas de un centro comercial esperando que estuviera lista mi torta de jamón y queso.

Cerca de mi mesa, estaba una señora con sus dos hijas, una de ellas muy tranquila comiendose una gordita Doña Tota y la otra... haciendo berrinches en el suelo.

La mamá se cansó de tratar de levantarla y mientras se dirijía a un bote de basura dijo:

-Está sucio y va a venir la araña a morderte... y ponte el zapato.

Me pregunto qué culpa tienen las arañas.

Me pregunto qué me decía mi mamá en esos casos cuando yo estaba chiquita, por que a mi los bichos me encantan.

Me imagino que amenazas indirectas como esas son las que meten en los niños el miedo a los bichos y que luego hacen insoportables a la mayoría de las mujeres en aqullos momentos cuando aparece por allí un minúsculo artrópodo amenazando sus vidas.

Digo, a menos que estés en el Amazonas y sea la hora de cazar de las hormigas y toque que te maten a piquetazos, en África te pegue el sueño una Tse-Tsé o en algún lugar de la selva en Chiapas alguna mosquita deposite sus huevecillos en tu cabeza, creo que estamos bastante seguros.

En mi opinión los bichos son bien interesantes (que no puedo decir que todos todos todos son bonitos, lo reconozco). Siendo tan chiquititos, me parece increíble lo complejos que son y la habilidad que han tenido para sobrevivir a través del tiempo y los miles de fenómenos naturales y humanos que muchas veces, literalmente, les han caído encima (con una suela de plástico de 27 cm de largo, por ejemplo).

Reconozco que las cucharachas y las moscas en la ciudad son asquerosas, pero es por culpa de nosotros que les hemos quitado sus hábitats naturales y las hemos orillado a que vivan junto con nuestros desperdicios, convirtiéndolas en vectores de enfermedades, lo que nos obliga a tener control sobre ellas (matándolas, si).

Pero bueno, que no todos los insectos son así y creo que vale la pena conocer un poco más sobre los bichitos y así transmitir a los niños respeto y admiración sobre estos seres que en número dominan el planeta y son parte de la naturaleza que tenemos que cuidar.

Por cierto... la niña se puso el zapato pero siguió sentada en el suelo. Será que no le dan miedo las arañitas o no se creyó eso de que le morderían...

martes, diciembre 16, 2008

palabrejas

Hay palabras que me gustan mucho por su significado o por cómo suenan. También por cómo se sienten en la boca cuando se pronuncian.

  • Rejego: sust./adj. m. y f. Recalcitrante, que protesta y refunfuña cuando se le pide que haga algo.
  • Atareado: adj. m. y f. Que está muy ocupado o muy entregado a su trabajo
  • Totopo: nombre de origen náhuatl que significa dorar o tostar; es la forma de llamar en México a los trozos de tortillas fritos o tostados de forma triangular, se comen como acompañamiento de otras platos, como con los frijoles, guacamole, etc. usándolos en vez de cubiertos.
  • Desbarajuste: m. Desorden, confusión.
  • Arsico: adj. m. y f. Áspero, intratable.
  • Modorro: m. y f. Que está con sueño después de despertarse.
  • Pachorra: sut. Escaso interés y diligencia en el trabajo, actividad o esfuerzo. Flojera, desidia, indolencia, tardanza.
  • Argüendero: adj./sust. m. y f. Persona entrometida, chismosa.
  • Alcahuete: sust. m. y f. Persona o cosa que encubre lo que se quiere ocultar.
  • Berrinche: sust. Enojo, rabieta grande.
  • Bichi o bichicore: adj. Palabra yaqui que significa desnudo/a.
  • Embicharse: v. Viene de bichi, significa desnudarse.
  • Amante: 1. adj. Que ama. 2. adj. Se dice de las cosas en que se manifiesta el amor o que se refieren a él. 3. m. pl. Hombre y mujer que se aman. 4. com. querido/a.
  • Chípil: adj. sust. persona o actitud caprichosa, que pide atención.
  • Agüitarse: Deprimirse, decepcionarse, afligirse:agüitarse por una desgracia.
  • Achinquechado: adj. En cuclillas.
  • Jarioso: adj. m. y f. Lujurioso, excitado sexualmente.
  • Achichincle: sust. Ayudante
  • Teporocho: adj. m. y f. Borracho. Se dice que la palabra habría surgido de la costumbre de beber en las madrugadas infusiones de hojas de naranjo o canela (té), con alcohol. A principios del siglo XX, se vendían en puestos callejeros y el precio de estas bebidas era de ocho centavos... de ahí vendría lo de teporocho, es decir (té-por-ocho).
  • Vehemente: 1. adj. Que tiene una fuerza impetuosa. Un discurso vehemente. 2. adj. Ardiente y lleno de pasión. 3. adj. Dicho de una persona: Que obra de forma irreflexiva, dejándose llevar por los impulsos.

martes, diciembre 09, 2008

Los nombres

Hoy hago, con todo respeto, una crítica abierta a los nombres… y a los padres que se atrevieron a ponerlos.

Estoy de acuerdo que los nombres son necesarios para identificar a cada una de las personas y de forma individual, pero hay veces que se pasan de “creativos” y otras de faltos de imaginación.

Hay nombres que se repiten generación tras generación. No importa qué tan feos sean. No importa que se sepa que son feos.

No entiendo la necesidad (o necedad) de los papás de querer que el primogénito varón se llame igual que el y la primogénita mujer igual que ella.

Y para colmo, después de que el padre y el niño vivieron el problema de que sus amigos llamaran a su casa y se tuviera que preguntar siempre “chico o grande”, el niño vaya y haga lo mismo cuando tenga sus propios hijos.

Como el hijo de mi amigo Alvaro que se llama Alvaro, como el abuelo y el bisabuelo.

O en mi familia extendida, que hay seis Carlos.

Luego están los papás que quieren repetir el nombre pero de forma original. Recuerdo a un amigo en la prepa que se llamaba Eduardo Javier Alfonso (por decir), su papá se llamaba Javier Alfonso y el padre de éste, Alfonso.

Conozco dos casos de diferentes familias que todos los hijos hombres se llaman José algo, y otro en donde todas las hijas llevan el nombre de Ana antes que otro. Y ¿cómo se llaman los padres? En el primero José y en el segundo, Ana.

Encuentro peor cuando les ponen nombres en otro idioma. Aquí se da mucho que algunas pobres criaturas tengan nombres gringos. Y aparte, lo escriben como se les da la gana y se me hace todavía más pior. Recientemente conocí a una Sherry y una Rachel (pronunciado RAchel) y a un Bryan (que no sé cómo lo han de escribir). El Jhonatan o Jonathan es bastante común, así como el Jennifer o Jenifer.

También están los casos de mucha tradición (o falta de imaginación) en la que les ponen a los niños según el santoral. De allí nombres como Lindolfo, Antero, Sidronio, Teófilo, etc. Y aquí entran los despistados que ponen Anivdelarev si nació el 20 de noviembre cuando se celebra el aniversario de la revolución.

Están los nombres de mujeres que vaya a saber por qué se han relacionado con mujeres de moral distraída como Yahaira, Yesenia, Yanira. Si ya saben, ¿para qué se los ponen?

Otra cosa que he notado es que hay generaciones en las que se repiten mucho ciertos nombres. El fenómeno es fácil de explicar: la protagonista o el protagonista principal de la novela en vogue. Ejemplos: Rubí, Marimar, Alondra.

No voy a adentrarme en los nombres meteorológicos como Azul, Cielo, Lluvia, Tormenta.

Si yo estoy de acuerdo con ser originales. Hasta cierto punto. Sé del caso de un tal Osly, que viene de osito y lindo. O el de un chavo que se llama Roal por que su abuela se llamaba Rosa y su abuelo Alfonso.


¿Qué pasa con los nombres normalitos? Por decir, no sé, se me ocurre...

Claudia... =)

A mi me gustaría que los que leen a veces por aquí, me den más ejemplos.

jueves, diciembre 04, 2008

a tan poco

Llevo cuatro días sin fumar.

Sufro de un profundísimo mal humor.

martes, diciembre 02, 2008

Cama d'or

Estaba haciendo un muestreo de semillas en un montón enorme de cebada recién trillada. Metía un brazo, hondo, y luego el otro, apretando el puño con lo que alcanzaba a agarrar mi mano y después soltando lentamente una cascada dorada para que cayera dentro del costal.

Sentía cosquillitas ricas y suaves por la piel. Todo se hundía a mi alrededor y parecía que me movía en camara lenta.

¿Qué tan urgente será mi necesidad ardiente que por un instante me imaginé involucrada en una sesión ardiente de sexo ardiente entre aquél semillero noardiente?

La repentina corriente de aire que levantó polvo y cascaritas de diversas fuentes de ese montón de granitos y los metió en mi nariz (haciéndome estornudar (estruendosamente)), me sacó de dichoso estado mental con crueldad.

Las cortaditas por espigas y la comezón que todavía traigo en la piel me han llevado a descartar por completo la idea.

viernes, noviembre 28, 2008

Conchis

Fui a comer con tres compañeros del trabajo a una fondita del pueblo más cercano. La dueña y señora del lugar se llama Conchis.

Conchis cocina muy bien. Con la fondita mantiene a su familia, que consta de su marido y tres hijos. Chemo atiende la casa y cuida de los niños mientras ella se gana el pan.

Cuando vamos entrando para acomodarnos en una de las mesas, nos saluda a todos diciendo “buenas tardes, ingenieros” y al pedirle de comer es normal tener que repetir varias veces lo que queremos, porque no apunta, sino que se pone a hacer la orden en el acto.

He notado que soy la única que repito lo que quiero sin que me pregunte.O sea, ¡por que no me pregunta! Me da la impresión que se le olvida que también estoy allí para comer.

Y me da un coraje que me sirva de comer al último. Mi plato siempre se hace al final, ya que todos los ingenieros están comiendo tan campantes.

En esos momentos, siento una profunda vergüenza. No sé si pueda explicar por qué.

Será vergüenza ajena, por Conchis, que siendo mujer y aparte tan independiente y trabajadora y demás, sea tan machista… y conmigo, otra mujer.

Será vergüenza por mi, que no soy capaz de exigirle a Conchis que me prepare la comida de vez cuando en otro orden que no sea al final.

Será vergüenza con y por mis compañeros, que tienen tan poca consideración conmigo y les vale cacahuate y se atascan felizmente mientras yo los veo y en absoluto piensan que es una falta de cortesía que una y otra vez pase lo mismo. Que me dejen al último.

Como más despacio que ellos y siempre terminan esperándome a que acabe. A veces apurándome. Ni por eso me sirven primero. O segunda. O tercera.

Toda la vida he estado rodeada de machistas, de machismo. He aprendido a vivir, sobrevivir y sobresalir a pesar de esto.

Pero a veces… me cansa y me da tanto coraje y a veces... sólo me da mucha pena.

Carajo.

domingo, noviembre 23, 2008

Señal

Será que soy alguien de poca (o podrá ser mucha) fe o talvez sólo sea que se me dificulta tomar decisiones por mi misma, por lo que busco señales en todas partes, quizá por supersticiosa, quizá para que me orienten o me den el empujón que necesito para saber qué hacer, qué camino escoger.

Otra cosa es que haga caso a las señales. Y haga las cosas.

Hoy pensaba en ellas cuando leí en un lugar:

Si has estado esperando una señal, esto lo es.
Hazlo.
Será increíble.

Una señal más clara, nunca he recibido.

Me gustaría hacer lo que he estado pensando que debo hacer, me gustaría hacerlo con la seguridad que te da el no pensar en las consecuencias pero teniendo la esperanza de que éstas sean las mejores.

Ahora, es que no me atrevo.

Soy cobarde.

miércoles, noviembre 19, 2008

Bellota

Hace unos días nació la primera becerrita de mi dinastía. Por desgracia me perdí el parto, que fue el domingo a las seis de la mañana. Aunque he visto animales nacer, me hubiera gustado estar allí.

La becerra se llama Bellota y su número de identificación es el 5019. No tengo idea de cuánto habrá pesado al nacer porque aquí no hay basculas que no midan más de unos cuantos kilos de vegetales.

Es color café y la única seña particular que le he encontrado está en la pata trasera. Tiene una manchita blanca sobre la pezuña izquierda.

Debido a mi falta de previsión, las becerreras no estuvieron listas para que Bellota las inaugurara, por lo que tuvimos que improvisar un lugar en donde resguardarla del frío y cualquier riesgo de contagio de enfermedades bronquiales que abundan en los animales de más edad en estas épocas de frío.

Mi laboratorio/ex caballeriza definitivamente no representa el mejor aposento, pero de momento no queda de otra. Bellota reposa e intermitente y animadamente se pasea por la caballeriza de unos cinco metros cuadrados, entre mis frascos de vidrio, botellas con extractos, cajas con experimentos y la gran mesa maciza de madera donde trabajo. De repente le da por estirar su pescuezo y olisquear a distancia las más de 15 hierbas medicinales que cuelgan de las paredes.

Le doy de comer cuando a ella se le da la gana y normalmente es un evento desastroso para mi porque a mitad de comida se emociona y cuando al fin termina de dar saltos de salvaje sobre patas todavía temblorosas y regresa queriendo el biberón (con el hocico lleno de leche y baba), lo busca tentando por todas mis piernas y termino llena de pequeñas manchas de leche en forma de hocico bovino miniatura.

A veces jugamos un rato, corriendo de un lado para otro en el estrecho espacio con ella detrás (y me da mucho gusto que nadie pueda verme porque estoy segura que me veo de lo más ridícula). Cuando una de las dos nos cansamos, me siento en el suelo recargada a la pared y la becerra se echa a un lado.

Trato de acariciarla y hablare seguido para que se acostumbre al contacto humano y a mi voz. Le gusta que le sobe entre los ojos y no me he animado a cantarle por miedo a arruinar nuestra agradable relación.

A veces estoy en el laboratorio trabajando en la computadora y oímos a Pavarotti o María Callas. Creo que ambas acordamos que hay algunas piezas de la Traviata que no nos agradan mucho porque parece que un niñito cantor está llorando mientras lo capan. Las orejas de Bellota casi empiezan a girar sobre su cabeza como antenas y mejor le adelanto a la próxima opera.

Estoy emocionada y encantada. No dejo de impresionarme que a los 3 días y medio de nacida tenga todos sus pelitos, dientes y pezuñas perfectos, o que brinque sobre esas patas tan delgaditas y sea tan juguetona.

Yo estoy segura que los animales tienen personalidad propia. Espero que siga así de animada cuando crezca. Ver una vaca de 400 kilos retozando por las praderas es de las cosas más graciosas que he visto.

A veces me preocupo. Espero que estemos haciendo las cosas bien para que Bellota crezca fuerte y saludable y de paso, sea muy buena productora.

lunes, noviembre 10, 2008

muda

¿Cómo se supone que una debe de reaccionar ante la notica de que tiene un tumor?

¿Y que no te digan nada más?

Después de las milcincomil, un alma caritativa me explicó que es benigno pero sangra y que puede crecer y hacerse malo.

Empecé el tratamiento que consiste en una inyección (con una aguja que seguramente es del mismo tamaño que se usa en elefantes) de medicamento en el abdomen por 5 meses.

Yo sigo asustada.

wish list

Este fin de semana estuve con una tía. En la plática, me dijo que hiciera una lista de las cosas que quiero tener, que quiero ser, defectos que quiero convertir en virtudes, virtudes que quiero desarrollar. Por más loco o imposible que parezca.

Por partes, escribo mi lista.

Quiero ser:
Alegre
Compasiva
Generosa
Agradecida
Positiva
Trabajadora
Buena hija
Buena amiga
Buena empleada
Buena jefa
Buena ciudadana
Congruente
Creativa
Perseverante
Justa
Espiritual
Tolerante
Empática
Paciente
Activa
Comprensiva
Exitosa
Puntual
Responsable
Decidida
Inteligente
Compartida
Respetuosa
Entusiasta

Quiero también:
Ser feliz
Tener tranquilidad económica
Saber amar
Saber dejarme amar
Que siempre me apasione lo que hago
Que lo que hago haga una diferencia positiva allí donde esté
Ayudar en lo que pueda a los que me rodean
Pesar 56 kilos
Cocinar delicioso
Hacer un buen grupo de amigos en la ciudad donde vivo
Tener salud
Quererme mucho
Hacer mi trabajo siempre bien
Estar siempre abierta al aprendizaje y a las críticas
Tener un autoestima balanceado
Saber perdonar
Poder siempre adaptarme a los cambios
Que todo lo que haga sea hecho siempre con todas las ganas


Se supone que debo repetir estas cosas seguido, convencida de que lo soy, que lo tengo, que puedo, aunque la realidad sea diferente.

Es el poder de la mente, que se va convenciendo de que las cosas son así... hasta que en realidad, lo son.

No sé qué tan cierto sea, pero decirme que soy y hago todo eso me pone de tan buen humor, que nada más por eso ya vale la pena!

sábado, noviembre 01, 2008

Finde en casa

He decidido quedarme lo que resta del sábado y todo el domingo en piyama. Si se puede, dejar la cama lo menos posible.

Estoy preparada: me hice de suficientes provisones (aunque la mamácaracol no estaría del todo de acuerdo, lo sé). Tengo champiñones, queso, tortillas, plátanos, bísquetes, mantequilla y mermelada de frambuesa, Zucaritas y leche, una serie de televisión para ver a través de la diminuta pantalla de mi computadora (y los lentes de cegatona para ayudar), la vida de Miguel Ángel plasmada con letras en 576 páginas con sus hojas oliendo a viejo, calcetines y suficientes cobertores para mantenerme en calor.

A gusto.

He tenido mucho trabajo, de ese que disfruto pero que me deja cansada hasta el tuétano y adolorida de cerebro, espalda y extremidades.

Eso de andar buscando hierbas medicinales entre pinos en la montaña antes de que empiecen las heladas y estar intentando domar animales que pesan más de 400 kilogramos es otra cosa.

A parte de los menesteres habituales de la vida caracol, ha habido algunos sucesos que me han dejado un poco aturdida.

…Me han estado entrevistando para un super trabajo (en una empresa transnacional, grande, productora de frambuesasarandanosfresaszarzamoras (meencantanmeencantan), que ofrece un mejor sueldo y mayores prestaciones (y más vacaciones!)). El mayor inconveniente es que tendría que volver a Baja California (diossanto, búrlate de la ironía) y que tendría que estar la mayor parte del tiempo metida en una oficina.

…Mi jefe me ha informado que hay inversionistas muchísimo muy interesados en la empresa. Dichos inversionistas puede (nada es seguro) que decidan que mi área no es necesaria y la borren. Eliminen. Quiten. Desaparezcan… ¡¡caput!! (Aún y que me dijo que no hay de qué preocuparme y que puede haber otra área a la cual pasarme, a mi me quería dar un ataque (creo, todavía).)

…Resulta que mis intentos por ganarme un dinero extra y poder seguir en este trabajo que tanto me gusta (y, ¿es que ya mencione que puede dejar de existir?) han fracasado. Ser traductora no es una opción viable porque no tengo tiempo suficiente para dedicarle el necesario y dar clases de inglés en una escuela de por aquí tampoco porque… aún y que me saqué todo bien en el examen de posibles profesores (o algo así) tampoco tengo tiempo suficiente para tomar el jodido curso de capacitación.

…e gualá.

¿Cómo hago para que se calle este cuchicheo constante en mi cabeza?



O bueno, encerrada aquí en “off” que es lo mismo.

lunes, octubre 27, 2008

invierno

Caigo en cuenta de que está más cerca cuando me quito toda la ropa para meterme en la cama para dormir e inconscientemente me dejo los calcetines.

domingo, octubre 26, 2008

lejos del crimen perfecto

Suelo tardarme un par de horas en despertar completamente. Lo comprobé, otra vez, ayer que fui a las 8 de la mañana al super a comprar un material para el trabajo.
Ya había salido del edificio cuando dos guardias de seguridad me alcanzaron y muy amablemente (cada uno aferrado ligeramente a cada uno de mis codos) me escoltaron al interior para pagar las cosas que traía en el carrito.

jueves, octubre 23, 2008

abusados, cabrones

¡Que ya sé castrar!

Literalmente.

Y por mediodelapresente agradecemos especialmente a la muy ponderada Médico Veterinario Zootecnista Patricia Hinojosa por su desinteresada contribución en este interensantísimo, divertido y nunca soñado proceso de aprendizaje.

miércoles, octubre 22, 2008

Hablando de igualdad y espárragos fritos

Me llamo Elisa. Mi esposo (aunque nunca nos casamos) se llama Francisco. Vivimos en un pueblito que se llama Escobedo, en el valle de San Antonio. Casi en medio de la nada.

Francisco me robó a los 15 años. Al menos así se le ha dicho siempre en mi pueblo cuando una mujer se va con el hombre, y por falta de mejor lugar, se echa detrás de un mezquite o un huisache achaparrado y viendo al cielo se abre de piernas mientras cierra los ojos y reza un Ave María, llenándose la ropa y las nalgas de tierra y piedritas y con el hombre encima con los pantalones echos bola a media pierna.


Y esa es la ceremonia de matrimonio, como música de celebración el aullido de los coyotes, si es que una tiene suerte, porque a veces ni eso se oye. De testigos tenemos a los grillos y al Dios ese del que me platican, porque dicen que todo lo ve. Con eso basta para tener dueño toda la vida.


Francisco tenía dos años más que yo cuando me revolcó por primera vez y me hizo un hijo. Después que parí el segundo, en la clínica me dijeron que había formas de cuidarme para no embarazarme otra vez, porque aquí todos saben cómo se oye el llanto de un niño cuando el hambre le retuerce las tripas.


Hace unos años llegó una empresa y nos dio trabajo a muchos. Son largas horas las que estamos allí metidos, pero no nos falta qué comer ni leña para la estufa cuando llega el invierno, porque ése no perdona. Se te mete en los huesos y te aprieta el pecho sin miramientos ni piedad.


Aquí la gente, cuando hay qué hacer, es muy trabajadora. Antes de que llegara la empresa, yo nada más estaba en la casa, limpiando, lavando ropa, cocinando y cuidando a los niños. Paco trabajaba por temporadas en la pizca de manzana, los cortes de cilantro o la cosecha de papas.


Ahora que trabajamos los dos en la empresa mi mamá cuida a los niños durante el día. Apenas los veo. En la mañana que me levanto para hacer de desayunar es muy temprano para ellos y en la noche que hago la cena para Paco y el almuerzo para el siguiente día, ya están dormidos. Los domingos lavo la ropa de la semana y poco me queda de tiempo y energía para jugar con ellos un rato.


Cuando llegamos del trabajo a la casa, Paco llega al sillón a ver la tele y a repelar de lo cansado que está por las largas jornadas en el trabajo. Le sirvo de cenar y luego se duerme mientras yo sigo ordenando un poco la casa y terminando de preparar la comida para el siguiente día.


A veces quisiera llorar de desesperación cuando oigo a mi marido quejarse de lo cansado que está, siendo que yo he trabajado las mismas horas que él y aparte llego a la casa a seguir trajinando.


En el comedor de la empresa, a la hora del almuerzo, cuando tengo que calentarle y servirle la comida me dan unas ganas casi incontenibles de aventársela en la cabeza. De paso me evito comentarios entre labios de lo fría o desabrida que está.


Los domingos que quiero dormir más o estar con mis hijos pero estoy lavando con mis manos lastimadas del trabajo de la semana, apenas puedo evitar echarle el agua hirviendo con jabón en la cara allí donde él sigue dormido.


Ayer cumplí 23 años. Sin quejarme en voz alta, lo hago. Constantemente, lo hago. Pero en mi cabeza nada más, por que aquí nos enseñan a no quejarnos, menos cuando nos toca un buen marido. Uno trabajador que no golpea ni anda de borracho y mujeriego, aunque de eso nunca he estado muy segura.


Me pregunto si así va a ser el resto de mi vida. Me preguntó cuánto va a durar este resto porque yo ya estoy cansada.


Es culpa de la ingeniera que vino de fuera y me metió ideas en la cabeza. Es que ella no sabe que aquí nadie conoce la palabra igualdad, que eso no existe.

domingo, octubre 19, 2008

efectos secundarios

Cada vez aprendo más cosas en mi trabajo.

Ayer llegué al rancho con vacunas para los perros del rancho. Son cuatro. Hay un Labrador y tres Gigante de los pirineos.

En este caso (como en la mayoría... dicen), el tamaño si importa. Yo sentía un poco de mucha preocupación de ser la que tendría que acercarme con esas agujas a los enormes perros.
Siguiendo las instrucciones del veterinario y gracias a la increíble cooperación de Gafas, Lola, Nena y Max, logré el objetivo sin mayor problema.

El último vacunado fue Gafas. Es el perro más grande. A veces se para (apoyando sus patas en las tablas) en los corrales junto a mi. Es más alto que yo. Yo mido 1.71. No es tantísimo, pero en perro, se me hace mucho.

El caso es que terminé de vacunar al Gafas y me encantó cómo salió brincando aparentemente muy contento... hasta que se fue sobre la Nena. Y digo que verdaderamente se fue sobre ella.
Enjundiosamente.

No pude evitar acordarme de mi amigo, ese que tiene una reacción parecida con las tormentas.

¿Talvez sea el instinto reproductor que se abre con la adrenalina que da el miedo que se siente ante un peligro?

Nota: Nunca he estado con mi amigo durante una tormenta...

jueves, octubre 16, 2008

salteeeeee



And so it isJust like you said it would beLife goes easy on meMost of the timeAnd so it isThe shorter storyNo love, no gloryNo hero in her sky
And so it isJust like you said it should beWe'll both forget the breezeMost of the timeAnd so it isThe colder waterThe blower's daughterThe pupil in denial
Did I say that I loathe you?Did I say that I want toLeave it all behind?
I can't take my mind off of youI can't take my mind off of youI can't take my mind off of youI can't take my mind off of youI can't take my mind off of youI can't take my mind...My mind...my mind...'Til I find somebody new

lunes, octubre 13, 2008

para antes de la cena

El sábado me junté con unos amigos a hacer una carnita asada. En la plática salieron temas del trabajo de cada quien. En el grupo había bastante diversidad. Varios amigos y amigas tienen su propio negocio y otros trabajan para empresas bastante diferentes entre si.

Claro, todas las conversaciones en diferentes esquinas pararon cuando se me ocurrió comentar que tengo una matriz en mi congelador.

Todos me voltearon a ver con cara de “juat?”, preguntándose si habían oído bien y en general con diferentes grados de aversión y asco en la expresión.

Tuve que explicar que estoy tomando un curso de inseminación artificial y que fui al rastro municipal a la hora del sacrificio (muy de madrugada) para ver si me podían regalar todo el aparato reproductor de la vaca para practicar.

No entendían qué practicaba exactamente.

Expliqué el objetivo de tener una matriz de vaca, como tocar para poder identificar las partes de los órganos viendo y sintiendo porque cuando estas palpando, sólo tienes el tacto para hacerlo.

El puro morbo hizo que me siguieran preguntando entre risas, comentarios y güacalas.

Sí, meto la mano.
No por allí, por el recto.
Si, con un guante que me llega hasta el codo.
Si, se pedorrean a veces.
Si, también eso.
Si, te salpican.
Para localizar los ovarios, los cuernos, las trompas y los anillos del cuello uterino, que es donde tienes que mover con los dedos para ayudar a la pipeta a pasar porque se atora.
La pipeta es lo que entra por la vulva y con lo que metes el esperma.

De allí la conversación se degeneró completamente y terminó en pura cochinada. El apetito de algunos desapareció, también. Pobres.

Bueno, de seguro los administradores, mercadotecnistas, financieros, ingenieros y contadores no se divierten tanto hablando se su trabajo.

Ni haciéndolo, como yo.

lunes, octubre 06, 2008

que no es moda

Aparentemente y según la mamácaracol, los jeans rotos y agujerados nunca han estado de moda y se ven horribles.
Este fin de semana que pasó fui de visita a casa de los papascaracol y la mamá no dejaba de comentar sobre mi apariencia de pordiosera. Le pregunté cuándo había visto a pordioseros con ropa interior tan bonita. Dijo que tampoco es agradable estar viéndome las rayas rosas y amarillas de los calzones.
No entiende cómo es que los rompo de tal manera y menos cómo no me da vergüenza andar por la calle (y sobre todo en el trabajo) en esas condiciones.
Yo le dije que lo único que puede dar vergüenza es que te agarren robando y/o que salgas a la calle desnuda y nadie te voltee a ver (por lo mismo nunca he sufrido vergüenza alguna).
Como le dije que mis pantalones todavía tienen mucha vida y por lo mismo no es sensato comprarme nuevos, se le ocurrió ponernos a parchar los pantalones a las 2 de la mañana del lunes, hora en que, como cualquier persona normal, yo quería estar durmiendo.
Pero mamácaracol poco tiene de normal y hoy todos mis pantalones, sin excepción, tienen mínimo un parche.
Se acabó la época de andar de exhibicionista de carne y de ropa interior colorida...

...hasta el próximo hoyo.

sábado, octubre 04, 2008

Mi oficina

Cuando pienso en lo que hago y en donde lo hago, creo que tengo la mejor suerte del mundo.
Tengo el cielo tan azul de techo, el sol de iluminación, el aire que corre por el valle para quitar el calor, los cerros de decoración, el pasto medio seco y medio verde de alfombra, el olor a hierba, tierra y flor silvestre de ambientador. De comedor está la sombra de un mezquite medio chueco y de silla una piedra que deja mucho que desear en cuanto a comodidad, pero igual me siento bien (aunque no me siente bien, es imposible ser una señorita de sociedá sentada en unapiedra a 10 cm del suelo).
Un bono bien grande: puedo cantar donde sea y cuando quiera y a nadie le molesta... en realidad porque hay tanto espacio que nadie me oye.
De mis compañeros de trabajo:

Una de las gallina con sus pollitos. Los cuatro reyes de la colina. La gallina ha sacado el instinto maternal y los defiende a pico y garras, carajo, que ya me tocó un ataque frenético cuando tenía que agarrar a los pollos para aplicarles un desparasitante (estaban llenos de piojos, los pobres). Las gallinas se ven muy simpáticas meneando sus colas emplumadas y moviendo la cabeza con cada paso, pero cuando se ponen así, dan miedo. Y dejan marcas. Yo sé.

Esta es Begonia, mi favorita. No está asustada, ni enojada, nomás está (creo), muy sorprendida (por eso parece que se le salen los ojos). Acostumbra acercarse para rascarse la cabeza en mi pierna, para que le rasque yo alrededor de los cuernitos y para comerse mis pantalones o masticar mi pelo (si es que estoy sentada), estirandome el chongo desconsideradamente. Me gusta abrazarla y que apoye su cabezota en mi hombro.

Este es Rambo, mi favorito. Nomás esta grite y grite como desquiciado. Tiene una personalidad que me encanta. El remolino de pelo que tiene entre los ojos es genial. Se me acerca para que le rasque la barrigota que tiene. El pobre camina como viejo panzón, menándose de un lado para el otro como campana. Hubo unos días que estuvo muy tranquilo, como deprimido y con falta de apetito (normalmente es un tragón) y me tenía preocupada. Estuve dándole remedios digestivos y ha vuelto a ser el mismo enfadoso y necio de antes.

Me gustan más estos compañeros que aquellos que caminan en dos patas (y que no tienen alas). Es gracioso que aún y que no entiendo nada cuando estos hacen ruidos, comprendo más lo que me dicen ellos que lo que me quieren decir (o no) los compañeros de mi misma especie.

En fin.

Que ya es fin y también me gusta descansar de la rutina laboral.

martes, septiembre 30, 2008

La niñera y otros cuentos

En el rancho tenemos gallinas ponedoras. De huevos. Cafeseses.

Son raza Rhode Island, verdaderamente bonitas y aparte simpáticas, aunque criadas para poner huevos y ya. No para tener pollitos. Es difícil que se pongan culecas y se queden culecas.


La gallina curuleca, ha puesto un huevo, ha puesto dos, ha puesto tres

Pero lo hemos logrado. A base de manejo y alimentación, después de tres años de tener las gallinas y puro huevo para comer, ayudamos a sacar cinco pollitos de una y cuatro pollitos de otra. Eventos dignos para declarar el día fiesta regional.

El día que nacieron los primeros, el vaquero me dijo: Ya tenemos hijitos.

Fue muy emocionante.

Por desgracia, la gallina siendo primeriza, los perdió todos. Y no hay que safarnos de la responsabilidad, pudimos haber sido más cuidadosos nosotros también.

Cuando nacieron los otros cuatro, se los pusimos a la gallina que había tenido a los otros cinco, y los está cuidando muy bien. Nosotros también.

Hoy, por accidente, se salió uno de los pollitos del corralito.

Estuve más de una hora preocupadísima alternando entre corretearlo (tratándo de atraparlo) y esperar (acostada boca abajo en la tierra) a que saliera de debajo del gallinero.

Todo muy lindo...

...

Y lo único que podía pensar es: no me pagan lo suficiente para esto. Carajo.

(Aunque, francamente, también me sentí muy feliz y aliviada de poder regresar al pollito descarreado, vago y rebelde a la seguridad y el cuidado de su madre.)

lunes, septiembre 29, 2008

Que quede claro

Yo no soy plato de segunda mesa.

jueves, septiembre 25, 2008

Antes de dormir

Aquí estoy. Sola. Con ganas de irme a mi cama. Sentada respiro profundo. Veo alrededor, huelo, oigo, siento.

Excepto por el ruido del refrigerador que viene y va, nada más se oyen los grillos del otro lado de la ventana.

Ya hace frío. Me dicen que esto no es nada, que espere a los días de niebla que trae octubre junto con las heladas y al frío que acompaña a diciembre, peor el de enero.

Traigo una sudadera cuyo color describiría como rojo, aunque sé que en el arco iris femenino tiende más al rojo apagado, en realidad al vino. Mis pantalones están más sucios allá donde se acercan a mis pies, la lluvia llega diariamente intermitente y deja estragos húmedos en el suelo, un suelo que se empeña en viajar pegado a los finales de mi ropa y a la esencia de mis botas. Mis calcetines encierran a sus portadores como en una cárcel con sus rayas negras y grises.

Me siento en la silla azul, la verde y la roja están vacías, metidas debajo de la mesa redonda que se mueve cuando me muevo. Es culpa de la pata más corta que supongo está de mi lado.

Las cortinas ya están cerradas sobre las ventanas, y a cada lado tengo montones de hierbas aromáticas colgadas, secándose, despidiendo un olor que se revuelve en el ambiente.

Sobre la barra de la cocina está un frasco con chiles de bolita de muchos colores y junto una garrafa de vidrio con flores amarillas silvestres. Pierden sus pétalos y los dejo reposando junto al polen que salpica la superficie oscura. Quise traerme un pedazo de verano para seguir disfrutando del campo cuando ya estoy guardada entre mis cuatro paredes.

En botellas que algún día tuvieron vino viven plantas que echan raíces en agua y llenan de un verde vivo los rincones.

Hay post-its pegados por todas partes con teléfonos o que lo escrito se encarga de recordarme dónde poner las llaves o que no las deje atrás, o con frases que oigo o encuentro y que para perpetuarlas se registran en mis paredes, espejos y puertas.

Veo las fotos en blanco y negro encontradas en un álbum olvidado en un pequeño y polvoriento bazar y las otras tomadas y reveladas por mi propia mano que me sirven de recuerdo de otros ratos de hace rato, la tele que nunca veo más que apagada, el librero regalado lleno de libros leídos esperando ser releídos o compartidos y otros tantos cuyos interiores desconozco y están en fila para ser encontrados en las noches junto a la lámpara de mi mesa o tirada en el zacate que decora el frente de mi puerta.

La pared que no he terminado de pintar y la cama de sábanas rojas destendida, los zapatos revueltos y los platos sin lavar en el fregadero, el cuadro en el suelo que no he colgado y la ropa limpia que sigue doblada en el cesto están muy bien así, esperando pacientemente y sin reclamos.

Huele también a manzana.

Me gusta.

miércoles, septiembre 24, 2008

japi verdei tu mi

Hoy me siento sumamente feliz pero sobre todo agradecida. Hoy es un día normal en el mundo y en el calendario, no se festeja nada, no se recuerda nada, nada extraordinario sucede. Pero cumplo años y quiero dar gracias a la vida, a dios, a mondesvol, al destino, a mis cuantiosos órganos, a Murphy, a lo que sea y a quien sea, por permitirme un año más para contar.

Hoy recapitulo. Este año ha estado lleno.

Tantos cambios de ciudades, de ambientes, de gente, de experiencias, de climas, de casas, de quereres.

Tanta felicidad, apoyo, nerviosismo, crecimiento, amistad, angustia, amor, emoción, soledad, compañía y aprendizaje.

Tantos placeres, dificultades, carcajadas, tristezas, esfuerzos, sorpresas, caídas, alegrías, lágrimas, incertidumbres, aventuras, satisfacciones.

Los lugares nuevos, las amistades, los viajes, los acentos, las calles, los restaurantes, el trabajo, la comida, las costumbres.

Conocí mucho y a muchos.

Aprendí mucho, de muchos y más que todo, aprendí mucho sobre mi.

Cumplo 28 años. Y yo lo festejo, para mi y por mi.

Quiero que este nuevo año que empiezo sea igual de (o más) gratificante. Sé que todo lo que he pasado me ha enseñado algo y quiero tener siempre fuerza para evitar los errores y desarrollar los aciertos.

Quiero que, aunque muy seguramente a veces duela, las experiencias que tenga, los lugares a donde vaya, la gente con la que me tope, lo que sea que venga, me ayude a crecer y ser mejor persona allí en donde sea que esté y con quien sea que me encuentre.

Quiero ser mejor para la gente que quiero, mi familia, mis amigos, para la gente conocida o desconocida que me rodea en el trabajo, en la calle, quiero ser mejor en todo lo que hago, por mi.

Sé que necesito estar abierta a todos los cambios, las posibilidades, las oportunidades y también las dificultades.

He entendido que mi felicidad sólo depende de mi.

Y este año, es mío para hacer lo que yo quiera con el.

Estoy bien decidida.

Y contenta, cabe añadir.

domingo, septiembre 21, 2008

un limón, medio limón

Mi mamá tiene casi 28 años de conocerme.

Aú con sus cosas, somos una familia relativamente unida, amorosa, atenta a las cosas que pasan en la vida de todos quienes la componen. Normalmente.

Pero imagino que a cualquiera le pasa. Probablemente podría pasarme a mi.

La mamácaracol entró pitando a la cochera porque traía la comida y necesitaba ayuda. Al abrir la puerta me preguntó gritando que si me gustaba el pastel de limón.

No soy muy amante de los pasteles. y odio el pastel de limón. Toda mi vida he odiado el pastel de limón.

Lo dije justo cuando venía sacando del carro un… pastel de limón.

Un pastel. De limón. Para mi. De pre-cumpleaños.

Tan linda ella.

Me dijo que se le olvida a cuál de las tres (hijas) nos gusta o no nos gusta qué. Creía que puedo ir a regresarlo o cambiarlo a la pastelería, pero creo que arruina el detalle.

He prometido probar un pedazo.

Hay veces que lo mejor es decir que si cuando no para dar gusto a quien se quiere, aunque sea en cosas tan chiquitas como esta.

Será el mejor y más delicioso pastel que habré probado en mi vida.

miércoles, septiembre 17, 2008

De autopsias y otros menesteres

Excelente. No hay mejor manera de describir el día de hoy.

Al momento de querer meterme a bañar, me di cuenta que se me había terminado el gas. Pude reposar en mi cama 20 minutos más. Me puse gorra y un perjume y así me fui. Total. Ni quien me ande oliendo.

Cuando llegué al rancho, me encontré con que una de las becerras, Aurora, para ser exacta, estaba inflada como globo y no quería pararse.

Graciasadios mi memoria no falló y recordé algo de lo tantísimo que he leído en mi camino de auto-educación y supe que era tempanismo. O sea, la becerrita se llenó de gases y no los podía sacar (como cultura general, los bovinos (vacas, toros, becerros), eructan una vez cada minuto aproximadamente (lo que las hace los seres más contaminantes del planeta (en cuanto a gases de refiere)).

El tratamiento dado:
-Un litro de agua con un ajo machacado, tres veces.
-Un palo amarrado y atravesado en la boca para mantenerla abierta.
-Masaje y presión en el área del rumen, usando agua con jabón para facilitar el desliz de la mano.
-Hacerla caminar (a empujones (que es reterca (a parte de que estaba enfermita, lapobre))).
-Un litro de té de hojacé (no tengo idea como se escribe, la gente de allí así llaman a la hierba) e Istafiate (idem).

Y se salvó (y de buenas porque otro tratamiento es hacerles un gújero en el rumen con un cuchillo o una mega aguja, y yo, deverdádeverdá, que no quería tener que hacerlo).

También se me murieron 3 borreguitos entre ayer y hoy. Que sé no es bueno, obviamente. Han estado muriéndose con los mismos síntomas y ningún tratamiento ha funcionado, por lo que me decidí irme al monte con borrego y Feliciano mi nuevo ayudante y abrirles la barriga. Quería ver si había algo dentro que nos diera alguna pista.

Obviamente, no fue así, pero yo tomé fotos (p. ej. Imagen 1) de todo lo que vi extraño y me lancé a buscar un veterinario que no fuera tan cerrado de mente como el que va de vez en cuando y nos atiende (y nos echa el sermón cada vez de que nuestro sistema orgánico no sirve (oiga, carajo, que estamos aprendiendo)).


Imagen 1. Organos borreguiles (postmortem... cómo no)

Llegué a una forrajera donde, vivaviva, había una mujer veterinaria. Fue el mejor descubrimiento que pude haber hecho. Estuvimos hablando un largo rato y me dio un montón de consejos, como médico veterinario y como mujer trabajando en un ambiente donde dominan los hombres (y machistas, pacabarla). Me invitó a ir cuando quisiera. Le advertí que me vería muy seguido.

Y así apestosa y contenta, he llegado a mi casa. Recordé que no tenía gas y al llamar al gasero me dio la fabulosa noticia que podría venir hasta mañana en la mañana. Otro día en mis jugos...

En realidad me urge bañarme y no quiero acostarme así, que aparte de todo, hoy fue un día en el que me ensucié más que de costumbre. Esto me llevó a hablarle a mi vecino y pedirle prestada su regadera. Estoy a la espera de que llegue del trabajo y lanzarme para allá con mi champú, jabón, esponjita y bata de baño…

Y a ver qué pasa, oiga.

Aparte del baño, digo...

martes, septiembre 16, 2008

verde

Hoy llegué a la casa y mi vecino estaba limpiando su camioneta.

Platicando salió que, comparado con el, yo no tuve puente ni asueto en el trabajo.

Hizo un tipo de mueca, como diciendo "Pobre de ti."

"Nombre, si yo estoy muy feliz," le dije.

Me preguntó por qué y respondí, tan espontáneamente:

"Pues por que quiero."

Una epifanía.

La respuesta que estaba buscando y toda ella dentro de mi, desde siempre.

Si esto se trata de decisiones, señores.

Y me he decidido.

Reflexionando, deduje que es una decisión que hay que tomar en cada momento de mi vida, en cada situación que se presente, en miles de momentos de cada día. En las buenas será fácil, y en las malas, difícil. Unas veces más que otras, pero sé que vale la pena hacer el esfuerzo de tomar siempre esta decisón. La correcta.

jueves, septiembre 11, 2008

Con la arena

Mi oído va mejorando, auque ayer todavía traía calentura y algo de dolor, hoy estuvo mejor el día, seguramente gracias a que me he tomado (y he aplicado) todas las medicinas, por prmera vez en mi vida, al pie de la letra.

El oido se salvará.

Y con esa tranquilidad, ya cuento algo de las vacaciones.

Ocho mujeres, de vacaciones, en Los Cabos...

Nos la pasamos tiradas alrededor de las albercas (había 3) o dentro de ellas platicando como gallinas en gallinero.

Comimos como marranitos en engorda, el que fuera All-inclusive lo permitió.

Tomamos más alcohol al que estamos acostumbradas, el que fuera All-inclusive lo permitió (una de ellas (cuyo nombre no mencionaré) se quedó dormida en la mesa mientras comíamos debido a esto).

Pudimos pedir leche (si, leche) a las dos de la mañana para ponerme en la espalda ardida por el sol (que disque ayuda a la piel ardida a tranqulizarse) . El que fuera All-inclusive y con servicio al cuarto las 24 horas lo permitió, cómo no.

Algunas hicimos (bueno, si, hicieron) acuaerobics con el animador del hotel.

Participamos en los ridículos concursos en todas las noches en el bar del hotel. Una de ellas 8cuyo nombre NO mencionaré) ganó el concurso de adivina la película por la canción... con 52 puntos. No quiero hablar de la noche de karaoke.

Los otros huéspedes (o ¿habrá sido el animador?) nos apodaron las chicas superpoderosas.

A mi no me dejaban meterme al mar (las amigas) por que estaba muy picado y una paisana se había ahogado 2 días antes de nuestra llegada. Como quiera me metí y algunas se animaron después.

Para las noches medio formales, había decidido llevarme unas chanclitas café como que tejidas... a la hora de querer ponermelas, me di cuenta que llevaba una chancla de esas y otra café de plastico, de esas patas de gallo, para la playa, vamos. Me dije que igual y no se notaría la diferencia, pero luego vi que eran las dos del mismo pie. Qué manera de empacar para el viaje... tuve que usar mi blusita roja sexy con chanclas azules, que fue mi único otro par de zapatos para el viaje.

No concí a ningún hombre, entonces me hice uno. Todo para mi.


Vualá.

Bien manoseadito, que si no.

lunes, septiembre 08, 2008

Se me cae la oreja

Mis vacaciones en Los Cabos estuvieron geniales, pero ahora estoy muy distraída para escribir las experiencias del viaje con la inflamación causada por la infección que tengo en mi oído izquierdo.

Parece que tengo un melón (no es que sea yo una exagerada… bueno, un poquito talvez… podría ser más bien un chicle Totito) junto a la oreja.

Francamente, creo que nunca me había dolido algo tanto como esta infección.

Tengo fiebre desde el domingo y he gastado un dineral en pastillitas y gotitas, primero con la recomendación del doctor de la Cruz Roja (a donde fui el domingo a las 11 de la noche porque el dolor me hacía llorar) y como todo seguía peor hoy, con otro doctor.

Al menos no me llené de ronchas como el resto de mis amigas gracias a que no me gusta el pescado.

No fui a trabajar hoy y tampoco iré mañana, me duele muchísimo y estamos como a 30 grados y sigo teniendo frío, por lo que imagino que sigo con fiebre.

Eso me pasa por no querer salirme del agua. Nunca.

martes, septiembre 02, 2008

Quiero salir de vacaciones YA


Llevo 2 años de no irme de vacaciones a ningún lado. Sólo me voy por cuatro días (en realidad son dos días y medio porque el domingo volamos de regreso a la realidad a las 8 de la mañana), pero no puedo de la emoción.

Las siete mejores amigas del mundo y yo, nos vamos a Los Cabos, Baja California Sur, México. ¡A la playa!

El viernes antes del atardecer, yo y el novio que conseguiré allá



Nunca pensé que volvería a Baja California.

El viaje se organizó desde que yo estaba en mi otro trabajo… si mal no recuerdo. El caso es que cuando entré al actual, lo único que pedí fue que se me respetaran esos días.

La razón del viaje es la siguiente: ya hay una casada y 5 con noviazgos muy serios. Solamente hay dos solteras (yo una de ellas, graciasalcielo), y se dice que será el último viaje que podamos hacer todas juntas… razón que yo no entiendo, pero aparentemente yo no comprendo de esas cosas porque no estoy en un noviazgo serio y ando “en otras ondas”.

Aparentemente también, los esposos y novios se convierten en la prioridad para toda mujer…



Yo ya hice mi maleta. Llevo el traje de baño, un calzón para cada día (aunque no sé ni por qué los llevo si he amenazado con pasar todo el día todos los días en traje de baño), mis chanclas, cepillo de dientes, desodorante, toalla de playa, dominó cubano (por si llueve queclaroquenovaapasarofcorsdiosmedianteporfavorssvirgencitadelosdesanjuannepomucenodelosdearriba), y como tengo la piel delicada y me urge emparejarme los colores corporales, crema hidratante para la cara, crema hidratante para el cuerpo, gel de aloe vera, bloqueador 45 para la cara, bloqueador 45 para el cuerpo y bloqueador 15 para el cuerpo (para esos pedazos que ya están tostados).

Me dijeron que lleve algo medio decente para ir a cenar a algún restaurante del hotel de los que no puedes entrar en traje de baño. La estoy pensando todavía. Probablemente use los jeans y la blusa que lleve puestos para el viaje (ida y vuelta, ¡claro!).

Y es que no me pienso mover de la playa, aunque me confundan los de la Greenpeace con ballena atrancada.

La pasta de dientes, shampoo, jabón y otras cosas del estilo, las pediré a mis amiguitas, que conociéndolas (y siendo todas féminas dedicadas), de seguro traerán de sobra. Cada quien uno de cada cuál.

Espero que no esté olvidando ná.

jueves, agosto 28, 2008

Los pequeños placeres en mi vida

Los primeros segundos en la regadera con agua bien caliente.

Tener un libro ligero para leer en los últimos minutos antes de dormirme.

Que me rasquen la espalda.

Compañía a la hora de comer.

Ver mi cama a lo lejos y saber que ya va a ser hora de meterme en ella para dormir.

Las sábanas y toallas recién lavadas.

El olor a jabón en la gente.

Jugar con un mechón de mi pelo.

Oír llover.

Que me laven el cabello.

Quitarme el brassier después de un largo día de trabajo.

La nieve de vainilla en cono.

Poder echarme cual costal de papas los domingos a ver tele.

Hablar en voz alta conmigo misma en francés.

Ver y oír una tormenta eléctrica.

Oler la ropa recién salida de la secadora.

Los abrazos.

El verde de la naturaleza.

Las carcajadas propias.

Las risas compartidas.

Dormir desnuda.

Soltarme el chongo del pelo al final del día y rascarme la cabeza.

Rascarme la barriga y/o el trasero antes de dormir.

Sacarme los mocos tierrozos y duros después de llegar del rancho (siiiii soy una asquerosa, ¡y qué! Al menos lo admito).

El chocolate ciertos días del mes.

Manejar por la carretera con los paisajes hermosos que tengo por aquí.

Ver a las gallinas en su día a día.

Poder usar las mecedoras de mi vecino, estando él o no.

El espaguetí con carne y el pay de guayaba de mamácaracol.

Mi cama grande (fresca o calientita, depende de la época).

Oír el Canon en D.

Tomar agua con muchos hielos.

Llenarme las manos de tierra húmeda.

Quedarme dormida, por segundos, sentada en donde sea.

Un cigarro después de comer.

Acariciar a la Negra (mi becerra favorita) y que se deje acariciar (me parece increíble, parece perro).

Que mi casa huela a hierbas aromáticas.

Comer cacahuates.

Tronar los dedos de los pies.

Los besos.

Sus besos.

La plática fluida, interesante, graciosa (al individual o al colectivo) con alguien.

Tomar té de limón bien helado.

Saber que la próxima semana me iré a la playa de vacaciones.

Escribir.

lunes, agosto 25, 2008

sin mucho que decir

Nomás que... ardo.

viernes, agosto 22, 2008

los sueños que hablan

Anoche soñé que me crecían pelos y pelos y más pelos en los dedos de los pies y de zapatos no tenía más que chanclas.

Aparentemente no habían inventado los rastrillos ni la cera depiladora ni nada de nada.

Qué angustiante tener pies de tapete.

Y que todos lo sepan.


Actualización: En la tarde, la amiga Dorn me hizo el favor de buscar el significado. Aunque yo no creo mucho en esas cosas, más vale registrarlo:

Tener pelo abundante en cualquier parte del cuerpo es indicio de una vida próspera y feliz.
El exceso de vello, tanto en cantidad como en extensión, o si aparece en las mujeres, es una manifestación de la vida instintiva y sensual.
Si en sueños nos vemos más peludos de lo que somos en realidad es una advertencia para que refrenemos nuestros instintos.

¡Ay, amacita!

martes, agosto 19, 2008

Con vacas todo entiende una

SOCIALISMO: Tienes dos vacas. Le regalas una a tu vecino.

COMMUNISMO: Tienes dos vacas. El Estado se las lleva y te regala un poco de leche.

FASCISMO: Tienes dos vacas. El Estado se las lleva y te vende un poco de leche.

NAZISMO: Tienes dos vacas. El Estado se las lleva y luego te dispara (o te hace jabón, y no de ese que tiene leche para dejar la piel suave).

BUROCRACIA: Tienes dos vacas. El Estado te las quita, le dispara a una, ordeña a la otra y después tira la leche a la basura.

CAPITALISMO TRADICIONAL: Tienes dos vacas. Vendes una y compras un toro. Tu hato de multiplica y crece la economía, Las vendes y te jubilas con lo que sacas.

UNA CORPORACIÓN FRANCESA: Tienes dos vacas. Te vas de huelga, organizas una revuelta y bloqueas las calles, todo porque quieres tres vacas.

UNA CORPORACIÓN JAPONESA: Tienes dos vacas. Las rediseñas para que su tamaño sea una décima parte del original y que produzcan veinte veces más de leche. Después creas una ingeniosa caricatura sobre una vaca y la llamas “Cowkimon” y la mercadeas a nivel mundial.

UNA CORPORACIÓN ALEMANA: Tienes dos vacas. Aplicando un poco de ingeniera, las cambias para que puedan vivir por 100 años, comer una vez al mes y se autoórdeñen.

UNA CORPORACIÓN ITALIANA: Tienes dos vacas pero no sabes donde están. Decides irte a almorzar.

UNA CORPORACIÓN RUSA: Tienes dos vacas. Las cuentas y te enteras que tienes cinco. Las cuentas de nuevo y te enteras que tienes 42. Las cuentas otra vez y descubres que son dos vacas en realidad. Dejas de contar vacas y abres otra botella de vodka.

UNA CORPORACIÓN SUIZA: Tienes quinientas vacas. Ninguna de ellas es tuya en realidad. Cobras al verdadero dueño por “almacenarlas”.

UNA CORPORACIÓN CHINA: Tienes dos vacas. Tienes a 300 personas ordeñándolas. Declaras que tienes empleo total y una alta productividad bovina y mandas arrestar al periodista que reportó la verdadera situación.

UNA CORPORACIÓN HINDÚ: Tienes dos vacas. Las adoras.

UNA CORPORACIÓN BRITÁNICA: Tienes dos vacas. Ambas están locas.

UNA CORPORACIÓN IRAQUÍ: Todo el mundo piensa que tienes muchas vacas. Tu les dices que tienes ninguna. Nadie te cree, entonces te bombardean e invaden tu país. Sigues sin tener vacas, pero al menos ya eres parte de una Democracia.

UNA CORPORACIÓN AUSTRALIANA: Tienes dos vacas. El negocio aparentemente marcha muy bien. Cierras oficinas y te vas a echar unas cervecitas para celebrar.

UNA CORPORACIÓN TURCA: Tienes miles de vacas pero no sabes qué hacer con ellas. Todos tienen alguna idea pero nada se hace, te olvidas de ellas y continúas peleando con todos.

UNA CORPORACIÓN MEXICANA: Tienes dos vacas. Las sacas a pastorear cuando no se te olvida. Como están desnutridas y producen poca leche, agregas agua para disimular. Tienes un departamento de mercadotecnia, de productividad y compras pero nadie hace nada. El sindicato propone matar una de las vacas para acabar con las discordias y mientras tanto el secretario de economía afirma que las vacas no producen todo lo que pudieran y así se crea la secretaría de productos lácteos y cultura bovina. Mientras todo esto ocurre, las vacas se te mueren, tu no tienes nada y sin embargo perteneces a una cultura y economía emergente.

miércoles, agosto 13, 2008

Présteme su lancha, oiga

El lugar donde vivo parece un bosque. Hay muchos árboles grandes y viejos, arbustos, flores y zacate por todas partes.

Es fresco y casi todas las noches me salgo a las mecedoras que mis vecinos y yo tenemos en el “porche”.

Se está haciendo tradición espontánea juntarnos varios de los vecinos a echarnos una cerveza y platicar hasta que nos de sueño (que a veces es bastante tarde, auque andemos todos cansados por el trabajo).

Todos somos solteros y casi dedicados totalmente al trabajo. Ninguno sabe cocinar y a todos nos gusta la dosequis. Aunque hay algun(a) novio(a) por allí, vivimos solos y al final del día nada más estamos nosotros y nos buscamos para pasar el rato.

Y hablamos.

Y hablamos… a veces mucho del trabajo (cosa que no termina de gustarme), pero hay de todo, porque al fin y al cabo, nos estamos conociendo apenas.

Las conversaciones se hacen interesantes porque somos diferentes, aunque haya ciertas similitudes.

Creo que fue la semana pasada que mi vecinito del departamento de lado izquierdo, me contó la historia del pescador, que no me ha dejado tranquila desde entonces.

Va algo así:

Estaba un señor pescando en la orilla del mar y se le acerca otro. Se sienta un poco apartado y observa como el pescador saca un pescado y después de un rato, otro y después de más rato, otro.

Al fin el señor arrimado se atreve a preguntarle por qué no añade más anzuelos a la línea, a lo que el pescador responde: Y ¿para qué?

El señor metiche le explica que así podrá pescar más y en menos tiempo, y el pescador le pregunta que para qué quiere hacer eso.

El señor metiche: Pues así podrás venderlos en el mercado y juntar dinero, y entonces podrás comprar otras cañas con varios anzuelos para poder pescar más.

El pescador: Y ¿para qué?

El señor metiche: Por que así podrás comprar una lanchita y salir más allá y pescar aún más.

El pescador: Y ¿eso para qué?

El señor metiche: Para poder comprarte una atarraya y pescar mucho más.

El pescador, para mi sorpresa, pregunta: Y, ¿para qué?

El señor metiche: Pues para comprarte un barquito y ... pescar más.

El pescador, que pareciera era lo único que sabía decir, le pregunta “ Y ¿para qué?

El señor metiche le dice que después se podrá comprar una flota de barquitos y hacer más dinero.

El pescador pregunta lo mismo.

El señor metiche: Pues ya que tengas todo eso, ¡podrás hacer lo que en realidad quieres!

Y el pescador, muy extrañado y agitando levemente la caña de pescar, dice: … pero si ya lo hago.


La moraleja: chingue a su madre todo y vámonos a pescar…

O no.

El caso es que he estado pensando mucho en esto.

Siempre he tenido el “Gran sueño”. Toda mi vida he luchado constantemente por acercarme a ese sueño que pienso que alcanzarlo me va a hacer feliz.

Siempre pensé que tenía que ser la mejor para poder tener oportunidad en el mundo de la agronomía, predominantemente machista.

Estudiar la carrera para empezar, ser la primera mujer presidente de la carrera en más de 50 años, hablar 3 idiomas, tener buenas notas en la universidad, haber formado parte de otras asociaciones estudiantiles, haber participado en la organización de varios eventos académicos, haber trabajado o estudiado algo todos los veranos (mientras mis amigos disfrutaban de las vacaciones), haber tenido mi propia empresa (aunque por poco tiempo), haber logrado el proyecto en Francia, etc., etc., etc.

No puedo quejarme, he disfrutado mucho todo lo que he hecho… pero ahora me pregunto si siempre será así.

Si siempre estaré en la lucha, al parecer, interminable, por alcanzar lo que quiero.

Ya ni sé que es lo que quiero, sólo que quiero ser feliz.

Y esto me lleva a preguntarme, ¿cómo es que yo puedo ser feliz?

Mi respuesta: Aceptando lo que tengo ahora y disfrutarlo. No estar siempre pensando en tener más y mejor, porque si no nunca estoy conforme.

Y eso a su vez, me hace preguntarme ¿Qué tienen de malo los conformistas?

Siempre me han dicho que el conformismo es malo.

¿Por qué es tan malo conformarse?

La RAE dice que conformar es darse por satisfecho.

¿No se supone que cuando aceptas lo que eres y tienes, vives tranquilo? ¿No se supone que eso da felicidad?

Y que ese positivismo, ¿siempre atrae cosas buenas?

Creo que he estado al revés toda mi vida.

Ahora estoy confundida.

Lo único que me queda claro es que… quiero ir a pescar.

sábado, agosto 09, 2008

quererte asi

Tu piel es como un campo interminable y verde y el sudor que la puntea como las gotas que deja de evidencia una tormenta de verano sobre él.

Recorrerla con mis manos en la oscuridad y sentir cada centimetro con sus cambiantes texturas me corta la respiración y acelera la tuya, ondulando tu cuerpo como en un temblor.

Suave en tu costado, áspera en la palma de tu mano, cubierta y protegida en tu pecho, larga y sin interrupción de tu hombro al interior de tu muñeca.

Si apenas rozo con las yemas de mis dedos cambia por regiones y se vuelve accidentada con cientos de puntos esparcidos. Te estremeces.

No se acaba nunca la vereda porque regreso o vuelvo a empezar de donde empecé o mis manos ceden el placer a mi boca y todo ella parece diferente.

Hay humedad y tu olor llena mi cabeza, mi lengua te prueba y te camina entero y tu garganta reacciona resonando en mis oídos.

Mis labios secos y lastimados por el sol se ahogan y reviven en tu boca. Te robo los suspiros y tus gemidos se convierten en los míos.

Siento tu aliento tibio que toca la piel cuando te obstinas por anidar tu cara en la cuenca de mi cuello y no distingo en dónde termina tu cuerpo y dónde empieza el mío cuando ya no hay más espacio que acortar para que me acerques a ti.

Te hago mío en mi con un movimiento lánguido y calculado. No pierdo de vista tu vista y muerdo el labio que me sabe a ti al surcar tus uñas mi espalda y en quietud me quedo por segundos, pausada y delirante con tu dureza envuelta y tus latidos desbocados contra el en vez de mis manos que reposan en tu pecho.

Te quiero lentamente y sin prisas. Te quiero en ascenso y hasta la cumbre que compartimos a destiempos, cuando puedo disfrutar de tu placer y tu del mio.

Cuando nos separamos seguimos juntos y tu pecho me mece cada vez más despacio mientras recuperamos el ritmo del después.

En esos ratos en que eres uno en mi y conmigo el cielo me parece muy cercano y aunque no espero nada parece que me das todo.

Duermo.

jueves, agosto 07, 2008

Mi vecino imprudente

Cuando pienso que te he olvidado, hay veces que tu recuerdo me sorprende cuando aparece por un rincón de mi memoria, sin ser llamado, sin ser querido.

Quisiera poder decir que pensar en ti es agradable, que hacerlo me saca una sonrisa de esas discretas que salen cuando alguien se acuerda de algo que vale la pena recordar.

Quisiera que no me doliera tu recuerdo, que no me hiciera preguntarme tantas cosas que sé no tiene caso preguntarme.

Quisiera saber por qué no fue suficiente lo que había o si en realidad no fui suficiente yo o no fuiste suficiente tu.

Quisiera entender el por qué de todo, de ti. De ti conmigo, de mi sin ti.

Quisiera saber qué fue lo que me enredó, me deslumbró y desubicó.

Por que me di cuenta que es bien bonito estar enredada, deslumbrada y desubicada.

Aunque cuando todo pasa, se acaba y se va (o es que ¿en realidad nunca fue, empezó ni llegó?) es duro soltarse, desencandilarse y encontrarse.

El otro día mi vecino me preguntó si yo alguna vez había estado enamorada y yo no supe cómo responder porque no estoy segura de si eso que sentí hace (parece) tanto podría ser parecido a eso de enamorarse.

El interpretó mi silencio y creo que le di un poco de lastima.

Cuando me acuerdo de ti, me doy un poco de lastima también.

martes, agosto 05, 2008

Speedy Caracólez

El sábado fue la boda de la hermana del cuñadocaracol (léase el recientemente estrenado esposo de la hermanacaracol) en Monterrey.

Al parecer (y siendo ésta la primera ocurrencia en la familiacaracol), cuando alguien de nosotras se casa, el susodicho participante de las nupcias (y toda su familia) automáticamente pasa(n) a ser miembro(s) de la nuestra.

Y como yo llevo un par de años de perderme de grandes momentos familiares y con la recién adquirida ventaja de vivir cerca, tenía una urgencia por estar presente.

Sin embargo, la boda se sostendría a las 12 del medio día y obviamente no iban a cambiar la hora solamente porque yo no podía salirme del trabajo temprano.

Aparte que la hermana del cuñadocaracol se casaba con un españolito que trajo a medio país de origen para que celebraran con ellos el enlace.

Salí a eso de las 2:30 y montada en mi vehículo superpotentequehacerumrum (y que es rojo) conduje lo más rápido posible hacia mi ciudad natal sin cuidar límites de velocidad (excepto en los lugares bien conocidos por la presencia de los pole-cías). También me solté el pelo aún húmedo para aprovechar el viento caliente que entraba por la ventana y no tener que llegar a secármelo artificialmente (con la secadora de pelo).

Cuando llegué a la casa estaba Celia (cuyo verdadero nombre es Casilda, pero ella prefiere ser llamada Celia, vayadiosasaber por qué), apunto de irse a pasar el fin de semana a nosédonde.

Después de ir al closet de las chácharas (y donde se guardan los vestidos decentes en casa de la famliacaracol) y agarrar todos los vestidos que vi, le rogué que me ayudara y corriendo me siguió al cuarto de la hermanacaracol (la otra soltera), el mejor lugar de la casa para arreglarse porque hay un espejo de piso a techo y mucha luz.

Me encueré (y me quedé con el bra rosa y unos chones de rayas verde selva y verde menta que ya traía) y me fui probando vestido tras vestido (Celia se convirtió en ese momento en una comentarista digna de cualquier canal deportivo de televisión (a parte, una que sube bastante el autoestima, que siempre conviene en estos casos)). Yo me veía al espejo 5 segundos, meditaba y cambiaba de prenda. Después de 5 o 6 pruebas, me decidí por el primero.

Como el largo llegaba justo debajo de la rodilla y yo tenía más de una semana sin depilarme y a parte, no soy muy buena con el asunto de la afeitada de pierna, corrí al baño de los papáscaracol a robarme un par de rastrillos del papá y mientras yo me rasuraba una pierna, Celia me ayudaba con la otra. La pasadita de las axilas (porque era un vestido sin mangas) la hice yo solita.

Después recorrimos juntas el closet de mi hermana y el mio buscando el zapato adecuado. Resultaron ser unas sandalias negras con un tacón de esos que se siente como si fuera de veintemil9mil centímetros. Creo que camino como pingüino en zancos con esas cosas.

Mientras yo me pintaba un poco los labios y me ponía rociaba un perfume de botellita en forma de manzana, Celia me abrochaba la cinta de las sandalias.
Mientras yo sacaba identificación, licencia de conducir y los únicos 20 pesos que traía en la cartera, Celia me sacó 3 bolsas negras para escoger.

Lo último fue cortarme las uñas del dedo gordo de los pies porque nomás me crece un poquito larga y toda la pelusita de ciertos calcetines negros se encarga de decorármelas. De negro.

Me tardé 10 minutos. Mientras la mayoría de las mujeres que conozco se tardan una hora mínimo para arreglarse para una boda, yo me tardo 10 minutos. Con ayuda, claro.

Pero sigo siendo lo máximo y creo que debería de hablar a esos de los records mundiales.

Pero bueno… como en casi todo lo que se hace a la carrera, siempre sale algo malo. Yo, por ejemplo, aunque llegué al bodorrio y todo, no pude pararme mucho tiempo de mi silla.

Lo que pasa es que olvidé la transparencia de ese vestido en específico y con las prisas obviamente no me puse nada debajo que sirviera de barrera entre los ojos de cualquiera y mi antojable silueta.

Mamácaracol me lo hizo notar muy discretamente cuando gritó casi a través de medio salón.

Al menos no se notaban los colores de mi ropa interior.

Lo bueno es que para la tornaboda, ya con más tranquilidad pude regresar a casa de los papáscaracol a cambiarme a un atuendo menos transparentoso y ahora si andar por doquier y bailar a mis anchas (que son muchas).

Y lo mejor de todo es que estuve presente en el evento familiar.

Nota a mi misma: La táctica de ventanaabajoencarretera es muy útil para dejar un buen peinado à la despreocupé. Hay que usarla más seguido.

Segunda nota a mi misma: Cuando se tiene bronceado de agricultor (o albañil, como se prefiera), de esos donde hay una inmensa diferencia de color de piel donde se supone acaba la manga de las blusas polo que acostumbro, no es conveniente usar vestidos sin mangas. Se nota cabrón (o sease, un chingo, o sease, muchísimo).


martes, julio 29, 2008

Jija de su madre, la vaca

Son las 9:40 de la noche. Llegué hace unos 10 minutos a la casa, cargando un garrafón de 20 lts de agua para tomar y apenas lo dejé y corrí al baño.

Habiendo vaciado la vejiga, me salí con la portátil a la terraza del departamento de mi vecino. El no está, pero no es problema. Tengo permiso para usar una de las dos mecedoras que la Rentera le prestó.

Me acabo de dar cuenta que traigo el zipper de los jeans abajo.

Así lo dejo, total, ni quién se fije, ni a quién le importe.

Ayer fue uno de esos días en los que el cansancio gana, terminé de trabajar casi a las 12 y nadamás me desnudé y me tumbé en la cama, sin bañar, ni cepillar dientes, lavar cara, embarrar cremas.

Apenas podía levantarme hoy que tenía la invitación de pasar el día en un establo lechero (no orgánico) y ver, hacer, aprender, preguntar, todo lo que quisiera.

Y lo hice. No me callé en todo el rato y el pobre de Don Mario, aunque de seguro estaba harto de mis preguntas, se portó excelente. De las mejores personas que he conocido en mucho tiempo.

Cuando llegó su papá (de unos 78 años), no dejaba de ver mi generosa pechonalidad.

Huelo a leche, un poco a estiércol y traigo una muñeca inflamada. Una vaca simpática me pateó cuando me acerqué a masajearle los “cuartos” (o las chichis, como dice don Mario) para la ordeña (¿y quién no lo haría si no le piden permiso?), y me duele un montón. Dudo que esté quebrada, aunque ya se puso todo morado y apenas la puedo mover.

Eso y el post de Irene me recuerdan las veces que me he quebrado huesos y por pensar que no era nada he estado aguantándome hasta dos semanas para ir al hospital y comprobar que en realidad si era algo. Cuando todo seguía morado, deforme y doloroso.

... excepto esa vez cuando tenía como 7 años que mamácaracol intentó darme una motivación para la vida y me dijo que yo podía hacer cualquier cosa que quisiera con suficientes ganas.

Ella no contaba con que yo me treparía a un árbol de moras cargando una gran toalla de playa y que después de (obviamente) atascarme de moras y quedar toda embarrada de morado (manos, boca, ropa), me amarraría la toalla al cuello e intentaría volar como Superman.

Esa vez los huesos rotos si que fueron atendidos de inmediato y aunque supuestamente de la cabeza quedé intacta, a través de los años ha surgido la duda de si en realidad fue así.

Dedos de mano y pies, tobillo, pierna, brazos, dientes. Y si entro en otras rotencias, más vale ser honesta y mencionar autoestima, fe y esperanza.

Mejor ni hablar del corazón...

Pero todo sana con el tiempo y aunque quedan cicatrices, dolores recurrentes y recuerdos, las cosas siempre se superan (o al menos una le echa ganas para que así sea).

Y todo siempre deja lugar para contar las historias.

Por lo pronto, no vuelvo a masajearle las tetas a nadie.

He dicho.

sábado, julio 26, 2008

Punto.

Estoy en mi casa, desparramada en la cama, semidesnuda (bueno, a decir verdá, más que eso (si yo estoy muy a favor de la desnudez (y es que cómo no, si así nacimos (es natural) y cómo soportar traer algo todo el rato tapandote de todo lo que hay))), tomando una dosequis (cerveza de elección (en segundo lugar después de la Indio (pero es que es más cara))), comiendo papitas con dip (hecho por mamácaracol) y cacahuates, viendo CSI en mi computadora y bajando otros capítulos que me he perdido por falta de Cablevisión (la obsesión con el trabajo me llevó a escribir en el espacio buscador CSI Las Vacas (en vez de Las Vegas), lo juro).

Este fin de semana decidí quedarme en Saltillo para descansar como es debido, porque en Monterrey es imposible (allá si tengo mucha vida social y familiar). Sólo me falta echarme una siesta a deshora, no salir del departamento y no bañarme mañana para cumplirlo.

Esto de trabajar entre 10 y 12 horas (todavía no sé exactamente en qué) es cansado, especialmente porque es muy físico y aparte la cabeza me está dando vueltas todo el santodía (por no saber todavía exactamente en qué trabajo, creo yo).

Hay días duros en que me frustro porque se me muere otro animalitodelacreación (aunque sé que no es mi culpa, son resultados del mal manejo de meses que se les ha dado (y que yo he venido a arreglar (en teoría))), porque los hombres machistas a mi cargo no me hacen caso, por que hay resultados negativos a mis decisiones y estos hombres machistas a mi cargo parecen disfrutar restregándomelo en la cara, por que hay muchas cosas que desconozco y parece que no me alcanza el tiempo para aprenderlas.

Pero hay otros días magníficos en los que nada se muere (y a nadie quiero yo matar), que se comprueba que mis decisiones fueron correctas, que los hombres machistas a mi cargo me dicen cosas que me purifican (de hacer puré) el corazón (como que soy miel en penca (que todavía no sé qué quiere decir exactamente)) o me hacen carcajearme con su gran y sencillo sentido del humor, o me hacen caso a lo que les digo, o porque descubro una nueva cualidad en uno de ellos y se las digo y se ponen rojos como tomates, o porque también los hago reír, o porque algo de lo que he aprendido últimamente puede ser puesto en práctica (aunque sea sólo para presumir que lo sé (como que los rumiantes no tienen un estómago sino uno dividido en cuatro (el rumen, el retículo, el omaso y el abomaso), que el vinagre sirve para desintoxicar, que los borregos estornudan por parásitos que se les meten en la nariz, o que una gallina puede reconocer hasta a otras 50 (algo así como “hola, prima! Hola hermana!” (pero digamos, x 25 cada una)))).

Hay días especiales en los que al final me siento en un bloque de cemento (es el asiento en mi oficina improvisada) en medio de un campo que ahora se ve muy verde que te quiero verde (es por las lluvias benditas que han caído recientemente), con el aire soplando suavemente y alborotándome el pelo (que me hace cosquillas en la cara), el sol calentándome la piel (y tostándome), el olor a tierra y a verde y a cielo azul penetrando todos mis poros, y me siento, literalmente, rebozar.

Esos días, a la hora de dejar el trabajo, me subo en mi carrito (que es rojo) y pongo el volumen de la música muy alto y canto increíblemente fuerte y desentonada, y sonrío y saludo a los demás conductores y hago como que el volante es una guitarra y el pedal del acelerador es el pedal de una batería (solamente en las bajadas en las que no tengo que acelerar). Esos días el ardor de cansancio en mis ojos, el olor a sudor de mi piel y la mugre en la ropa y la que arrastro en las botas por la entrada de mi casa me llenan de una profunda satisfacción y en momentos siento una extraña emoción que me retumba en el pecho y como la loca tengo que reírme y aplaudir.

Sonrío. No me puedo quitar la sonrisa de la boca.

Hoy fue uno de esos días.

De esto se trata la vida, ¿no?

Ahora, a echarle ganas para que siempre sea así.

Hoy (que también fue día de paréntesis (que me encantan) escritos), no puede ser un paréntesis en mi ahora.

Quiero un punto y seguido. Para siempre.

(Hasta que toque punto final.)

domingo, julio 20, 2008

A veces pero juro que no siempre

A veces creo que me paso de necia y terca.. Ahora que estoy cerca de Monterrey y puedo venir el fin de semana que quiera, a veces me cuesta mucho regresarme a Saltillo. Me pregunto por qué me gusta batallar, por qué busco tanto la independencia esa que a veces hace todo tan complicado.

Si viviera con los papás caracol, nunca estaría sola, tendría a mi familia siempre que necesitara, a mis amigos los podría ver diario, no tendría que comprar comida y pagar renta ni servicios de luz, agua y gas, no pagaría Internet, teléfono y podría tener todos los canales de televisión para cuando quisiera echarme y entrar en coma unas cuantas horas.

Sin embargo, decidí aceptar un sueldo que apenas me alcanza, comprar un carro que necesito para poder ir a trabajar y que me tiene ahorcada. Me sobran 144 pesos a la semana para lo que se me antoje y es dinero que prefiero ahorrar para cualquier emergencia.

He regresado a lo que hacía antes de graduarme de la carrera, entonces al salir de trabajar, fumigo casas y jardines para desaparecer las molestas cucarachas que invaden en verano y así poder ganar un poquito más de plata y sentirme más tranquila.

Un amigo me acaba de ofrecer ser un tipo de semiasistente cibernética, ayudándole con documentación ycosasasí. Un dinerito más que no me caería nada mal.

Aparte de estos trabajitos extras, estoy trabajando en promedio 10 horas en el rancho y estoy física y mentalmente cansada. De todas formas me encanta la empresa donde estoy y todo lo que estoy haciendo y aprendiendo…

Pero a veces me frustro porque no puedo evitar que a veces me venza el miedo y el cansancio y quiera aventar todo y regresar con mis papás y a la seguridad y comodidad que ellos con todo gusto me ofrecen… a cada rato. Creo que ellos serían de lo más feliz si me tuvieran en su casa toda la vida y si tuviera un trabajo normalito donde usara tacones y el perfume tuviera un efecto positivo sobre los seres que me rodearan. A veces pienso que debería hacerles caso.

Pero bueno, que siempre me ha gustado irme por el camino pinchedificil. Imagino que habrá muchas satisfacciones en algún momento de mi vida por esto. Espero. Mas vale, carajo.

En fin. Una semana más que termina y otra más que empieza. Seguro que, como siempre, esto pasará y mañana me sentiré mejor. Espero.

martes, julio 15, 2008

Quesque me pasé de nosequé

Hubo fallas técnicas con el blog, por eso regreso a más o menos el viejo "look". Oooobvio que no tengo idea como arreglar los problemas para seguir teniendo arbolitos en mi blog.

Ya veré.

domingo, julio 13, 2008

Rojo que te quiero rojo

El papácaracol se fue al rancho de cacería (aunque el nomás va a pasear con sus amigotes porque es incapaz de matar algún animalito de la creación (aunque yo mate vacas y borreguitos indirectamente buaaaaaaa!!!)) el fin de semana y llegó hace un rato.

Salí a recibirlo y allí estaba mi carrito nuevo, rojo, brillante.

-Ya tengo carro nuevo, le dije.

Me abrazó y me dijo que ya lo sabía.

Le ayudé a bajar la hielera, la mochila. Estaba apestoso porque no se había bañado y traía ropa de camuflaje y un sombrerito que me hace pensar en Indiana Jones (y con el cual, sinceramente, me da mucha risa).

-Oye, ¿te dije que ya tengo carro nuevo?

Me vuelve a abrazar sonriendo y me dice, si, ya sé.

Entramos a la casa y le dije: ¿Ya viste mi carro nuevo? Ese rojo de allí afuera. Es mío, eh.

Me dio otro beso y abrazo.

-Ya sé. Todo tuyo.

¡Es mi primer carro! Todo mío. Es rojo y chiquito y ahorra mucha gasolina. Tiene seguros eléctricos, alarma y faros para la neblina, estéreo y aire acondicionado y hace rumrumruuummmmmm.

Nunca pensé que este día llegaría… el día de endeudarme por lo que parece ser una vida. Pero bueno, ya está hecho y fruto de eso: mi carro.

Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii ¡soy una materialista de lo peor! ¡Me vale madres!

¡Tengo carro!

Que felicidad, carajo.

Es rojo y así… ¿creo que ya lo había dicho?

Si.

A kilómetros

El fin de semana pasado tuve visita. Cambié sábanas y limpié y ordené el departamento lo más que pude; incluso me arrodillé en el piso para intentar, una vez más, quitar manchas de los azulejos de la regadera. Sin mucho éxito.

Los componentes de mi baño seguían (y siguen) sin funcionar bien, por lo cual pedí muchas disculpas a mi invitado. Se acopló a las molestias perfectamente bien y hasta innovó.

Compartimos cama, el ventilador decontrolremoto y sudor. Entre otras cosas.

Cuando yo llegaba del trabajo había un recadito en un Post-it en la puerta y mi cocina normalmente abandonada olía a uso y había algo caliente y rico lista para comer… o sea, comida. Hablo de comida.

Ibamos a un café para aprovechar la conexión de Internet y me daba pedazos de su pastel. Yo me quitaba los zapatos y le acariciaba entre las piernas con mi pie.

Fuimos al cine y vimos la película todos encimados y compartimos las palomitas y la Coca.

Durante esos días, compartimos muchas otras cosas.

Pero las visitas se van y siempre lejos. A algunos o a mil o a miles de kilómetros.

Está bien.

De todas formas, sé que es mejor así.

Y he comprobado una y otra vez que de verdad, es mejor así.

Es que así soy yo.

Capaz de compartir a ratos, incapaz de compartir un mañana.

Qué cosas.

miércoles, julio 09, 2008

Por que madre solo hay una

Y con todo respeto a la mia, presento las siguientes expresiones mexicanas:


•Alegría.......................A toda Madre
•Ubicación geográfica........Dónde está esa Madre?
•Valor dietético...............Trágate esa Madre ya!!
•Adjetivo calificativo.......Qué poca Madre tienes...
•Escepticismo................No te creo ni Madres
•Venganza....................Vamos a darle en la Madre
•Accidente...................Se dio en la Madre
•Efecto visual...............No se ve ni madres
•Sentido del olfato..........Huele a Madres
•Especulación................Qué Madres es eso?
•Superlativo.................A todisisisisisima Madre
•Expresión de alegría........Está de Poca Madre!!!
•Sorpresa....................Madresss!!!
•Exceso de velocidad.........Va echo la Madre
•Egoísmo.....................No me dio ni Madres...
•Sentido del gusto...........Eso sabe a Madres
•Como acción.................Vamos a hacer esa Madre
•Acción violenta...........Le rompiste toditita su Madre!!!
•Animo.......................Andale con esa Madre!!
•Desorden....................Qué des-madre te traes!!
•Despectivo..................Vales pa' pura Madre!
•Alquimista..................Lo que toca le da en la Madre
•Juramento...................Por mi Madre
•Mecánica.................Y esta Madre como funciona??
•Fracaso.....................Ya valió Madres...!!
•Reclamo.....................Que poca Madre tienes....
•Negativa rotunda............Ni Madres!!!



Y en mi pueblo se dice que algo está de poca madre cuando está muy chingón.

lunes, julio 07, 2008

la hignoransia dichoza

Yo reconozco mis limitaciones. Sé que batallo para levantarme en las mañanas, que carezco de prudencia, que soy necia en ocasiones y que estando incauta la compañía, acaparo las cobijas.

Sé que me falta diplomacia, perseverancia en muchos proyectos empezados y paciencia con cierta gente y situaciones. Soy egoísta, ególatra y desconsiderada en muchos aspectos y por desgracia, con mucha gente que me quiere. Soy despistada y parece que solamente pongo atención a las cosas que me convienen.

También, aún y que siempre he leído mucho y en mis momentos de adolescencia rebelde (en la que papácaracol veía necesario castigarme por mis rebeldías), leí gran parte de la Enciclopedia Britannica, no tengo buena ortografía.

Nunca sé cuándo debo usar conciencia o consciencia, siempre escribo hoya en vez de olla, los acentos son un misterio y a veces creo que la “h” se inventó para complicarme la vida.

Sé de mi gran ignorancia. Admito mi falta de conocimientos y cultura, que a veces invento palabras, significados, fechas y eventos y aparte, tengo el descaro de divertirme haciéndolo.

Pero… esto si fue el colmo de mi ignorancia. Y lo escribo aquí para que pase a la historia.

En diciembre de 2006, me fui con varios de mis amigos más cercanos a pasar el fin de año a una isla al norte. Rentamos un lugar cómodo y agradable donde cupiéramos todos por 3 días.

La duda se había metido a mi cabeza días antes y crecía y me invadía. Rumiaba yo la cuestión y un día que estábamos platicando tranquilamente de noséqué cosa, me animé y abruptamente interrumpí la conversación y dije algo así como:

-Díganme algo… ¿es oculista o… LOCULISTA?

Yo puse una verdadera cara de inocente cuando todos se quedaron calladitos y viéndome… me veían y me veían. Entendieron que hablaba en serio y obviamente, la incredulidad y la risa duraron mucho tiempo.

Desde allí, para mis amigos el oculista no existe, sólo el loculista.

Pero es a lo que voy. Desde que yo iba al oculista, siendo una pobre puberta cuatroojos, la mamácaracol me decía: tienes cita con eloculista…

E vualá.

Crecí y me quedé con la idea de que era el loculista. Creo que nunca oí “un oculista” o “es oculista”… siempre fue “el oculista” y mi poca capacidad cerebral nunca digirió más. Nunca me pregunté por qué era oftalmólogo y porqué era loculista. Hasta ese diciembre fatídico en el que revelé mi ignorancia, oiga.

¿Habrá historias parecidas en algún lado, o solamente soy yo?

domingo, julio 06, 2008

Me gusta cuando llueve

Me encanta ver el cielo que se va cerrando con nubes a veces blancas y esponjosas, a veces como mantas grises y otras veces tan negras que parece un lienzo carbonado.

Me encantan las tormentas, oír los truenos a la distancia y distinguirlos cada vez más cerca y ver los relámpagos que atraviesan el horizonte iluminándolo por segundos con sus dedos largos y torcidos.

El aire se carga de electricidad y hay un olor apenas perceptible que adoro. Cuando digo que huele a electricidad la gente no me entiende, pero yo estoy segura de lo que hablo y no me cabe duda que ese es el olor de la energía que presagia la lluvia. A veces, aparte de mi nariz, mis huesos rotos y soldados reconocen el cambio de presión en la atmósfera y me avisan que viene el agua.

Me gusta cuando la lluvia cae suave y acaricia lo que toca antes de llegar delicadamente al suelo para ser tragada, cómo con sed; cuando cae fuerte a chorros y el golpe contra cualquier superficie impide oír otra cosa más que su magnífico y estruendoso aterrizaje.

Me gusta cómo baja la temperatura, me gusta cuando viene acompañada de un fuerte viento que la hace bailar mientras cae libre en los espacios huecos de mi paisaje, y mi cabello se alborota.
Me gusta sentir las primeras gotas en la piel, estirar la mano y con ella interceptarlas. A veces volteo al cielo y alcanzo a ver la forma y el tamaño de las gotas cuando descienden, y dejo que peguen en mi cara. Otras veces caen tan rápido y están tan frías que se sienten picosas como agujas cuando me tocan, y me estremezco con muecas involuntarias y pasajeras. 

Con la lluvia todo se alimenta y los seres vivos tenemos oportunidad de continuar viviendo. La lluvia nos regresa el agua en un ciclo interminable, interrumpido o acelerado dependiendo o gracias a quiensabequé. Todo crece y se pone verde. La sed del suelo se ve saciada y los ríos subterráneos nutren las fuentes de agua que brotan a la superficie. Y hay más vida. Continúa.

La lluvia limpia el aire y el suelo. Deja de tras suyo frescura y tranquilidad.

No me importa el lodo ni andar acarreándolo por todas partes en mis pies y salpicado en mis piernas. No me importan los charcos ni que los animales huelan a lo que huelen después de haberse mojado.

Aquí ha caído el primer buen aguacero. El maíz de temporal para mis animales empezará a germinar pronto.

¿Cómo no amar el campo, la naturaleza y sus procesos?
¿Cómo no agradecer en la tranquilidad y en la tempestad, a veces destructiva? ¿Cómo no cuidar lo que tenemos, los recursos que nos permiten vivir y persistir?

martes, julio 01, 2008

Y que se muere

La vaca llamada Increible (no tengo idea por qué) y con número en arete 5007, murió ayer al rededor de las diez de la noche.

Había yo pasado el fin de semana preocupada. El veterinario visitó el sábado y el lunes, después de que lo llamé de nuevo porque la Increíble no se levantaba.

Aún con el tratamiento convencional, no sobrevivió.

Se murió mi vaca. Se siente bien feo. Seguro que ella sintió peor.

Aunque siento un pequeño alivio porque ya estaba sufriendo mucho.

Ahora hay que aprender bien para evitar que las otras vaquitas raquiticas corran la misma suerte.

¿Pero cómo chingados? Si yo no tengo idea... quiero que mi jefe regrese ya de sus vacaciones en el Báltico y nos ocupemos de mi capacitación. Por que urge.

A pesar de todo, quiero trabajar aquí, quiero aprender, quiero alcanzar los objetivos, quiero establecerme dentro de la empresa.

Dicen que son 3 meses de curva de aprendizaje. Ya "maté" una vaca y dos borregos. Ya llevo un mes. El tiempo corre y me siento igual que cuando entré. Ignorante en los temas de animales de granaja y orgánicos, para rematar. Yo soy agrónoma de plantitas, no de animalitos.

¿Será que mi jefe estaba distraído cuando me contrató?

Va, a ver qué pasa.

Para el registro...

*Que yo sé que los que pasan por aquí de vez en cuando les ha de aburrir de sobremanera leer sobre mis animales y los problemas laborales, pero bueno, es que esto me sirve de registro, para acordarme, después que se me olvide.

viernes, junio 27, 2008

Mi electrodoméstico favorito

Cuando la gente de Monterrey (como mi hermana) se casa, hay grandes despedidas de soltera para las mujeres en las que las invitadas de regalo llevan un sobrecito con dinero (nunca menos de 200 pesos porque si no te ves tacaña) y aparte se hacen grandes mesas de regalo en tiendas departamentales. Siempre hay miles de regalos y sino miles de pesos para comprar cosas.

Yo que no me casé, cuando me salí de casa de los queridos y adorados papáscaracol, compré todo.

Refrigerador, estufa, lavadora, secadora, colchón, cama, buró, cajonera, cesto para la ropa sucia, espejo, cortina para la regadera, comedor (con sillas de diferentes colores), televisión, ventilador, mueble de televisión, tapete para la sala, para el baño, para el cuarto, el maldito futón asesino, la mesa de centro, la mesa esquinera, teléfonos, toallas, focos, escoba, trapeador, cubetas, botes de basura, platos, vasos, hoyas (u ollas, como dicen que se escribe aunque yo digo que debe ser mentira podrida), tupperwares, jarras, cucharones, sartenes, microondas, cucharas, cuchillos, tenedores, cortinas, exprimidor de limón, etc.

Y el papácaracol, tan lindo, me preguntó que por qué no había ahorrado plata en todo el año que estuve en Ensenada.

Yo no tuve boda, querido, le contesté cortésmente queriendo ahorcarlo pero deteniéndome por miedo a que la mamácaracol se indignara ante el asesinato de su marido y dejara de hacerme de comer.

El caso es que lo único que creo me faltaba, era un tostador.

Y es que esperaba yo ir “al otro lado” (o sea, U.S.of A) para comprar uno barato pero pasaron las cosas que pasaron y terminé sin tostador.

Hasta el fin de semana pasado.

El pan tostado -Bimbo de preferencia, y blanco también de preferencia- es riquísimo. Sale tostadito y aún caliente, se le embarra mantequilla para que se derrita y se absorba, entonces la rebanada se ve brillosita y huele espectacular.

Se pone en una servilleta y te lo llevas pal camino. O te lo comes parada apoyada en la barra de la cocina. Con limonada se acompaña mejor (yo me pregunto porqué nomás se toma jugo de naranja en la mañana).

Hay que recordar sacudirse las migajas que aterrizan con animo de quedarse sobre el amplio y sobresaliente pecho de uno.

Extrañaba el pan tostado en las mañanas.

Pero… ¡Ya no! ¡Nunca más!

Me regalaron un tostador plateado que brilla bien bonito y aparte tiene opciones para descongelar waffles o tostar bagles (o como se escriba pero son esas donitas de puro trigo bien duras que saben ricas con queso Filadelfia embarrado y pedacitos de fruta encima).


Quiero agradecer infinitamente a la persona tan especial que me lo regaló por contribuir a este pequeño placer de mis mañanas.

jueves, junio 26, 2008

Se busca

Busco veterinario conocedor de manejo de ganado orgánico.

Nunca imaginé que podría yo un día encontrarme tan preocupada por qué hacer con una vaca enferma.

Tiene diarrea, no come, se le ha secado la "nariz", el unico "muuu" que hace es suave y constante, parece que llora y me dan ganas de llorar a mi también porque no se que hacer.

Las cosas que hemos hecho la han mejorado un día, empeorado otro. He estado pegada junto a ella horas viendo cómo sucede.

El veterinario viene hoy a tratarla de forma convencional y por lo mismo, su vida como lechera orgánica ha terminado. Sobrevivira, espero, pero nunca más en esta granja.

Mi jefe está de vacaciones en un crucero en el Báltico y me tocó tomar la decisión. No quiero que se muera la pobre vaca.

A ver cómo me va.

...¿ a qué santo se le pide por la salud de las vacas?