Fui a comer con tres compañeros del trabajo a una fondita del pueblo más cercano. La dueña y señora del lugar se llama Conchis.
Conchis cocina muy bien. Con la fondita mantiene a su familia, que consta de su marido y tres hijos. Chemo atiende la casa y cuida de los niños mientras ella se gana el pan.
Cuando vamos entrando para acomodarnos en una de las mesas, nos saluda a todos diciendo “buenas tardes, ingenieros” y al pedirle de comer es normal tener que repetir varias veces lo que queremos, porque no apunta, sino que se pone a hacer la orden en el acto.
He notado que soy la única que repito lo que quiero sin que me pregunte.O sea, ¡por que no me pregunta! Me da la impresión que se le olvida que también estoy allí para comer.
Y me da un coraje que me sirva de comer al último. Mi plato siempre se hace al final, ya que todos los ingenieros están comiendo tan campantes.
En esos momentos, siento una profunda vergüenza. No sé si pueda explicar por qué.
Será vergüenza ajena, por Conchis, que siendo mujer y aparte tan independiente y trabajadora y demás, sea tan machista… y conmigo, otra mujer.
Será vergüenza por mi, que no soy capaz de exigirle a Conchis que me prepare la comida de vez cuando en otro orden que no sea al final.
Será vergüenza con y por mis compañeros, que tienen tan poca consideración conmigo y les vale cacahuate y se atascan felizmente mientras yo los veo y en absoluto piensan que es una falta de cortesía que una y otra vez pase lo mismo. Que me dejen al último.
Como más despacio que ellos y siempre terminan esperándome a que acabe. A veces apurándome. Ni por eso me sirven primero. O segunda. O tercera.
Toda la vida he estado rodeada de machistas, de machismo. He aprendido a vivir, sobrevivir y sobresalir a pesar de esto.
Pero a veces… me cansa y me da tanto coraje y a veces... sólo me da mucha pena.
Carajo.
Yo un día iría a Conchis, le pediría hablarle aparte y le preguntaría con buen tono por qué hace eso, o le pediría que si no le importa servir tu orden primero por lo que explicas de que comes más despacio. Y a ver qué te dice.
ResponderBorrarYo creo que debe ser muy dificil para conchis cambiar lo que le ha sido enseñado, y aunque ella vive al reves de lo esperado por ese mismo sistema...
ResponderBorrarA los que si diles es a tus compañeros... que no la frieguen...
Estoy con Mus, no pierdes nada preguntándole de dónde viene la diferencia... aunque entiendo que te saque de quicio, es espantosa la actitud!
ResponderBorrarSabes, caracoliño? El mundo está llenito de Conchis y a pesar de ello tu no solo has sobrevivido, sino que te has puesto al nivel. Si tardas más en comer (o en lo que sea!) que se esperen; que esperando también se traga el machismo.
ResponderBorrarUn biquiño
Ay,nena.Yo te tengo que espabilar,hija mía....
ResponderBorrarSi tienes posibilidad,ve a comer tú sola.
Si no es así,apunta:
Cuando llegues le dices a la Conchisdeloscojones que te tome nota la primera.Y que te sientes así.Lo mismo te hace caso.Pero si no...me llevaría un bocata y me iría a mitad del campo a comermelo sola.
Mira,no hay cosa peor que "un machista que sea mujer".¿No?De esas conozco algunas.De las que en reuniones familiares son las mujeres las que se levantan para servir a los hombres.Vamos,hombre...Hasta ahí llegamos,carajo.
Caray. Es tan complejo todo. No sabría qué decirte. Quizá que todos tenemos una historia detrás y que todos podemos aprender, si alguien nos enseña.
ResponderBorrarEn mi casa, cuando chico, mi madre le servía primero a mi padre, luego a mi y luego a mi hermana (que es mayor que yo). Al último ella.Un día mi hermana decidió que se serviría ella sola.
Hoy por hoy, no sé si aquello fue una buena decisión.
Por otro lado, está el asunto de que no es educado empezar a comer hasta que se le haya servido a todos. Así de simple.
Un abrazo,
JS
pues eres igual o peor que conchis amiga... sabes que está mal y no alzas la voz.
ResponderBorrarSi no le pones el ejemplo de cómo una mujer debe ser escuchada, atendida y respetada y valiente, ella no tendrá referencia alguna para ser así.
Luego por eso crecemos y nos tratan así... no vemos el buen ejemplo.