Una de las gallina con sus pollitos. Los cuatro reyes de la colina. La gallina ha sacado el instinto maternal y los defiende a pico y garras, carajo, que ya me tocó un ataque frenético cuando tenía que agarrar a los pollos para aplicarles un desparasitante (estaban llenos de piojos, los pobres). Las gallinas se ven muy simpáticas meneando sus colas emplumadas y moviendo la cabeza con cada paso, pero cuando se ponen así, dan miedo. Y dejan marcas. Yo sé.
Esta es Begonia, mi favorita. No está asustada, ni enojada, nomás está (creo), muy sorprendida (por eso parece que se le salen los ojos). Acostumbra acercarse para rascarse la cabeza en mi pierna, para que le rasque yo alrededor de los cuernitos y para comerse mis pantalones o masticar mi pelo (si es que estoy sentada), estirandome el chongo desconsideradamente. Me gusta abrazarla y que apoye su cabezota en mi hombro.
Este es Rambo, mi favorito. Nomás esta grite y grite como desquiciado. Tiene una personalidad que me encanta. El remolino de pelo que tiene entre los ojos es genial. Se me acerca para que le rasque la barrigota que tiene. El pobre camina como viejo panzón, menándose de un lado para el otro como campana. Hubo unos días que estuvo muy tranquilo, como deprimido y con falta de apetito (normalmente es un tragón) y me tenía preocupada. Estuve dándole remedios digestivos y ha vuelto a ser el mismo enfadoso y necio de antes.
Me gustan más estos compañeros que aquellos que caminan en dos patas (y que no tienen alas). Es gracioso que aún y que no entiendo nada cuando estos hacen ruidos, comprendo más lo que me dicen ellos que lo que me quieren decir (o no) los compañeros de mi misma especie.
En fin.
Que ya es fin y también me gusta descansar de la rutina laboral.
Tienes una magnífica oficina con unos compañeros bien alegres!
ResponderBorrary quien anda con quien?
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