Hoy me desmayé. Se oye tan dramático. Si no me hubiera sentido tan desubicada, creo que habría disfrutado estar literalmente echada sobre arena entre parras. Lo había querido hacer voluntariamente desde que entré al trabajo, pero no me había animado. Tirarme entre parras, quiero decir.
Estos días he estado con nauseas y vomitando de vez en cuando y por lo mismo, sin hambre. En mi trabajo, paso 50% del tiempo en el campo, pero ayer aproveché el otro 50% de trabajo de oficina y la pasé, entre siestas, frente a la computadora.
Tuve que salir al campo a contar racimos de uvas y ver florecitas, tomar fotos y revisar sistemas de riego. Con las plantas y estos días calurosos, de un día para otro, todo puede cambiar y no quería atrasarme con los datos.
Sin muchas ganas, untada en bloqueador y con gorra, con cámara y un lapíz encajado en la cebollita de pelo, salí.
Habré pasado 2 horas bajo el sol anotando datos en las hojas de mi tablita cuando sentí que la corriente de aire se aceleraba. Sentí rico, refrescante y ahora que pienso, me pregunto si de verdad estoy tan bruta parahaber creído que el aire podía tumbar mi enorme masa corporal así nomás.
Fue muy útil que hubiera gente cerquita. Me trajeron a mi casita, me tardé más de 20 minutos en la regadera (me valió madres la conciencia ecológica), tomé suero y ahora, sólo quiero dormir. Y dormir. Unos 3 años, si me lo permiten.
sábado, julio 18, 2009
miércoles, julio 08, 2009
Brujo
Ahora que recuerdo cuando estaba en la prepa (y tendría alrededor de 17 años) y decidí estudiar agronomía, me viene a la memoria mi amigo Luis (que tengo como 8 años de no ver, por cierto) y cuando hablábamos de nuestro futuro.
El decía que me veía en lo alto de un cerro, en una casa con teja roja (creo que esto me lo imaginaba yo y no lo describía el), con campos y más campos de vid, de esas plantaciones que acaban al final del horizonte, cuando se juntan con el cielo (y aquí con las montañas), y tomando una copa del vino producido con mis uvas (todavía no tengo de este, pero ya pronto), meciéndome en una mecedora tejida con mimbre (esto también me lo imaginaba yo), viendo mis plantas.
Nunca pensé que estaría en un lugar así (aunque la casa me falta encontrarla y nada es mio, per se), pero sorpresa, lo estoy.
Qué bonito sentimiento me da el acordarme de estas predicciones de antaño y ver que están semicumplidas.
El decía que me veía en lo alto de un cerro, en una casa con teja roja (creo que esto me lo imaginaba yo y no lo describía el), con campos y más campos de vid, de esas plantaciones que acaban al final del horizonte, cuando se juntan con el cielo (y aquí con las montañas), y tomando una copa del vino producido con mis uvas (todavía no tengo de este, pero ya pronto), meciéndome en una mecedora tejida con mimbre (esto también me lo imaginaba yo), viendo mis plantas.
Nunca pensé que estaría en un lugar así (aunque la casa me falta encontrarla y nada es mio, per se), pero sorpresa, lo estoy.
Qué bonito sentimiento me da el acordarme de estas predicciones de antaño y ver que están semicumplidas.
martes, julio 07, 2009
5 meses
Ya casi cumplo 5 meses en este trabajo. El tiempo nunca se me había pasado tan rápido. Como parece que es mi costumbre, estoy aprendiendo muchas cosas nuevas. Me gusta el lugar en donde vivo, me gusta el trabajo que hago, me gusta la planta de la vid con toda su sencillez, caprichos, mañas y exigencias.
Estoy trabajando con 74 variedades de vid.
Estoy haciendo pozos como topo con negocio de construcción de viviendas.
Estoy tostada (casi tatemada) por el sol (en ciertas partes nada más, por desgracia).
Estoy rezando a la virgendelacueva para que llueva (pero que no le pegue el agua a las plantas, porfavó, que se me llenan de hongos).
Estoy comiendo mis propias hortalizas del huertito familiar que don Panchito y yo sembramos en frente de mi casa.
Estoy aprendiendo a usar autocad, desgraciao.
Estoy separando basura.
Estoy trabajando sábados y domingos, de momento.
Estoy tratando de no quedarme atascada en la arena un séptima vez.
Estoy tratando de no atropellar a las ardillas suicidas que cruzan los caminos de terracería justo antes de que pase, como si hubieran hecho una apuesta de que no las desconchinflo.
Estoy conociendo gente nueva aquí en el pueblo, al fin.
Estoy buscándole el amor a hacer planes a largo plazo.
Estoy encontrando buena la idea de quedarme aquí unos tres años.
Estoy planeando la vendimia para hacer 95 microvinificaciones diferentes (diossanto).
Estoy un poco asustada por lo que me espera con este trabajal en la vendimia, adecirverdá, oiga.
Estoy muy bien.
Estoy trabajando con 74 variedades de vid.
Estoy haciendo pozos como topo con negocio de construcción de viviendas.
Estoy tostada (casi tatemada) por el sol (en ciertas partes nada más, por desgracia).
Estoy rezando a la virgendelacueva para que llueva (pero que no le pegue el agua a las plantas, porfavó, que se me llenan de hongos).
Estoy comiendo mis propias hortalizas del huertito familiar que don Panchito y yo sembramos en frente de mi casa.
Estoy aprendiendo a usar autocad, desgraciao.
Estoy separando basura.
Estoy trabajando sábados y domingos, de momento.
Estoy tratando de no quedarme atascada en la arena un séptima vez.
Estoy tratando de no atropellar a las ardillas suicidas que cruzan los caminos de terracería justo antes de que pase, como si hubieran hecho una apuesta de que no las desconchinflo.
Estoy conociendo gente nueva aquí en el pueblo, al fin.
Estoy buscándole el amor a hacer planes a largo plazo.
Estoy encontrando buena la idea de quedarme aquí unos tres años.
Estoy planeando la vendimia para hacer 95 microvinificaciones diferentes (diossanto).
Estoy un poco asustada por lo que me espera con este trabajal en la vendimia, adecirverdá, oiga.
Estoy muy bien.
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