sábado, diciembre 26, 2015
miércoles, diciembre 23, 2015
Frase del día
"Because one believes in oneself, one doesn't try to
convince others. Because one is content with oneself, one doesn't need others'
approval. Because one accepts oneself, the whole world accepts him or her."
En spanish:
"Porque uno cree en sí mismo, uno no intenta convencer a
otros. Porque uno está satisfecho con uno mismo, uno no requiere de la
aprobación de los demás. Porque uno se acepta a sí mismo, el mundo entero le
acepta."
martes, diciembre 22, 2015
Sobre aviso no hay engaño
Esta mañana y a estas horas de la madrugada quiero
agradecer a mi vecina, a sus tacones y a su necesidad de jugar a la bebe leche
o algoigualdeestúpido, como gallo-gallina-pollito, pero en turbo. Sus
actividades matutinas con zapatos de fierro prueban mi paciencia, amor y mi
capacidad de perdón. Y el autocontrol con la práctica de respiraciones
profundas. Y la gratitud al repetir frases afirmativas, esas que disque sanan
el alma y el cuerpo y entonan la actitud. Sobre todo mi compasión, porque bien
merecido se tiene unos cuantos gritos desesperados, desmañanados y folklóricos
de mi parte.
Dicen que en esta época navideña es justo lo que hay que hacer. ¡Viva la Navidad! Paz en el mundo y "no sé qué no sé qué y demás y todo."
Dicen que en esta época navideña es justo lo que hay que hacer. ¡Viva la Navidad! Paz en el mundo y "no sé qué no sé qué y demás y todo."
No aseguro nada para el nuevo año. En serio. Carajo.
viernes, diciembre 18, 2015
Frase de hoy
"There were thousands and thousands of forms of joy
in the world, but that all were essentially one and the same, namely, the joy
of being able to love."
-Michael Ende, The Neverending Story
En spanish:
“Había miles y miles de formas de gozo en el mundo, pero
todas eran esencialmente una y la misma, específicamente, el gozo de poder
amar.”
-Michael Ende, La historia interminable
jueves, diciembre 17, 2015
Qué hacer
Cuando decidí renunciar a mi trabajo en los viñedos del
Valle de Guadalupe hace más de 4 años, entré en una etapa de confusión e
incertidumbre. Lo único que tenía claro era mi descubrimiento de que yo estaba
en este mundo para compartir mi vida con mis seres queridos, familia y amigos,
incluso, desconocidos. Ya no quería sentirme aislada y que sólo estaba viviendo
para trabajar.
Siguieron 6 meses de introspección e ideas piradísimas en
lo que terminaba la temporada de cosecha y vinificación, y mi compromiso
con la empresa.
Una de ellas fue resultado de mis visitas a la
dermatóloga en Ensenada. El cuidado de mi cara se me hacía importante por tanta
exposición a los elementos en mi vida diaria recorriendo los campos de uva:
tierra, aire seco, o frío, y mucho sol; la Doctora me recomendó tratamientos de
limpieza facial cada 3 semanas, y a mi me hizo todo el sentido del mundo, con
la nariz llena de puntos negros y la piel seca y dura, y por supuesto medio
cacariza por años de acné en la adolescencia.
Fue uno de esos días, sentada en la silla y con la
asistente aplastándome la nariz enjundiosamente, que se me prendió el foco:
imagínate, Claudia, me dije a mi misma, sacar barros todo el día!
Literalmente. Eso pensé. Pasaron casi dos años en lo que me decidía, pero así empezó el camino de mis estudios de Cosmetología y Cosmetría en la “Escuelita,” nombre cariñosamente escogido para mi lugar de estudios y prácticas con las caras ajenas. Ha sido largo por que falto meses en la época de natación, pero con mucha práctica por que desde que aprendí las primeras cosas, ya estaba haciendo tratamientos en mi casa con conocidos incautos y valientes.
Literalmente. Eso pensé. Pasaron casi dos años en lo que me decidía, pero así empezó el camino de mis estudios de Cosmetología y Cosmetría en la “Escuelita,” nombre cariñosamente escogido para mi lugar de estudios y prácticas con las caras ajenas. Ha sido largo por que falto meses en la época de natación, pero con mucha práctica por que desde que aprendí las primeras cosas, ya estaba haciendo tratamientos en mi casa con conocidos incautos y valientes.
Lo que quiero decir, es que no hay nada como hacer cosas
que te gustan y apasionan. Sí, disfruto enormemente sacar puntos negros en
narices y reventar bombas de tiempo blancas llenas de pus en las caras
inocentes de pubertos. O reincidentes de mayor edad.
También me gusta ser generadora de momentos de relajación
para la gente (y para mi, que a mi también me relaja) y apoyar para que se
sientan bien por un rato y vean su cara limpia y radiante. Por que así se las
dejo, en serio. Soy rebuena haciendo esto, y yo se lo adjudico a que me gusta
mucho. También a que lo hago con mucho amor, paciencia, y detalle.
Así que vengan por su tratamiento facial antes de las
fiestas para que no anden con sus puntos negros y cara de momia reseca. Y se
relajen un ratito. Pongo “musiquita de spa” (así la busqué y así la encontré y
la bajé), hiervo hierbabuena para aromatizar, limpiar el ambiente y deleitar
los pulmones. Y espero que a nadie le importe que pongo la cama de masajes
entre el sillón de mi sala y la mesa de mi comedor en mi diminuto departamento.
La mayoría del tiempo están con los ojos cerrados y pueden hacer como que
estamos en el spa más sofisticado y caro de la comarca.
Y arrancan las vacaciones
Hoy
me desperté por mi vecina de arriba que parecía que practicaba en tacones para
un maratón; descubrí que perdí mi calcetín derecho entre las sábanas por algún
lado al final de la cama y me tardé más tiempo del que hubiera querido en
encontrarlo; veo la hora en el celular y me doy cuenta que está con 2% de pila
por no haberlo conectado bien antes de dormir; quise cereal pero no hay ni un
plato limpio después del fin de semana (lo solucionó una vasijita de yogurt);
tengo que lavar montones y montones de platos que me dio flojera lavar el
fin de semana por que era fin de semana; me acaban de convocar para una posada
que será el miércoles a las 9:30 de la mañana con nopales y queso panela, queso
cottage, café y fruta picada.
Todo ha sucedido antes del mediodía. De mi lunes de vacaciones. De esos lunes en los que YO si podría estar en piyama todo el día leyendo.
Felíz y maravilloso inicio de semana para todos!!!!!!!!!
Que haya paz y amor y muchas posadas con cosas ricas de comer y a horarios acceptados por el Comité real y verdadero de posadas normales decembrinas.
Todo ha sucedido antes del mediodía. De mi lunes de vacaciones. De esos lunes en los que YO si podría estar en piyama todo el día leyendo.
Felíz y maravilloso inicio de semana para todos!!!!!!!!!
Que haya paz y amor y muchas posadas con cosas ricas de comer y a horarios acceptados por el Comité real y verdadero de posadas normales decembrinas.
sábado, diciembre 12, 2015
miércoles, diciembre 09, 2015
Para reflexionar profundamente
Ayer alguien de nombre raro me dijo “un nuevo nombre para
tu colección.” No había caído en cuenta que me emocionaba tanto la posibilidad
y que parece que eso hago: colecciono nombres. Pero de esos horribles.
Horribles para mi, claro está. Así como hay gente que
busca la nieve de menta con chispas de chocolate por que le encanta y a la
mayor parte de la población no le gusta; así como hay gente a la que le gusta
el hígado o las coles de Bruselas y a otras que no. No sé por qué sólo puedo
pensar en comida. O si. Ese es otro tema.
El caso es que juzgo. Y muy duramente, admito. Como ya le
he dicho a todo que me quiera escuchar, soy bastante “openmain” respecto a
muchas cosas pero en este tema creo que los padres que condenan a sus hijos de
por vida con ciertos nombres también deberían de ser condenados a traer
piedritas en sus zapatos, un tic nervioso severo, u hongos en la uña del dedo
gordo del pie, por toda la eternidad.
De antemano aviso que seré bastante descriptiva y no
habrá pedradas. O sea, con ejemplos será todo muy directo. Solicito atentamente
que cualquiera que crea que corra riesgo de caer dentro de esta categoría, ya
sea por su propio nombre, por el nombre de algún familiar, o porque son los
padres creativos/tradicionalistas/malinchistas que tuvieron la gran
responsabilidad de escoger nombres para su descendencia, se abstengan de
continuar la lectura de este post mio tan personal propio de mi. Si eligen
seguir leyendo, no se lo tomen personal. Es mi “cosa”. Después de todo, me
llamo Claudia, uno de los nombres más comunes dentro de mi rango contemporáneo.
Pregúntenme cuántas tocayas tengo que conozco.
Lo dividiré como en 40 secciones. No es cierto. Todavía
no sé en cuantas porque será la primera vez que clasifico mi manía de criticar
este mal tan sobrecogedor. Para mi.
Primero, el más obvio: los casos de gente de países
lejanos (a veces, no siempre, meduelesMexico) latinoamericanos que creen que es
buena idea inspirarse en personajes artísticos, históricos o ficticios, verbos,
sustantivos, fiestas o lugares, como Batman, Hitler, Jesús, Disney Landia,
Yahoo, Christmas Day, Usnavy, Elton John, Bruce Lee, Iran Maiden (es real),
James Bond, Shakespeare, Hashtag Follow (me muero), Leidy Diana, y una larga
lista de etcéteras que me da nauseas.
Voy a mencionar de una vez el más cercano. Y con todo respeto (los amo a todos), Y ASÍ. En mis familias hay una tendencia a repetir los nombres al infinito. You know what I mean. Los hijos como los padres y los nietos igual, o los hijos de los hijos que no alcanzaron nombre de los padres por que son 20 de familia hacen lo mismo, entonces en Navidad alguien grita “Perengano” y voltean 8. O salen los “itos” y otros derivados, para diferenciar: Perengano, Perenganito, Perengucho, Perengas, Perenganitito. O “Perengano grande o chico?” No voy a tocar el tema psicológico de identidad, cargas emocionales, responsabilidades impuestas, expectativas, orgullo, etc. que esto PUDIERA implicar.
Voy a mencionar de una vez el más cercano. Y con todo respeto (los amo a todos), Y ASÍ. En mis familias hay una tendencia a repetir los nombres al infinito. You know what I mean. Los hijos como los padres y los nietos igual, o los hijos de los hijos que no alcanzaron nombre de los padres por que son 20 de familia hacen lo mismo, entonces en Navidad alguien grita “Perengano” y voltean 8. O salen los “itos” y otros derivados, para diferenciar: Perengano, Perenganito, Perengucho, Perengas, Perenganitito. O “Perengano grande o chico?” No voy a tocar el tema psicológico de identidad, cargas emocionales, responsabilidades impuestas, expectativas, orgullo, etc. que esto PUDIERA implicar.
Luego está la gente súper original que decide… combinar
nombres. Él se llama Manuel y ella Elizabeth entonces por qué jodidos no
ponerle: Maely. Oscar y Lydia se alocan y salen con Osly. Aquí voy a incluir
los nombres al revés para evitarme un puntoyaparte: Airlog. Aloanis, Aitnic,
Ailadi. Y aquí se acaba este apartado por que ya me dolió la cabeza.
Ya puse de ejemplo mi nombre. Entiendo que pueda ser
difícil escoger los nombres y que siempre hay modas, pero si ya hay 3 conocidos
que pusieron Claudia a su hija, por qué no buscar otro, por favor. A mi la
gente tiende a llamarme por mi apellido porque siempre hay otra. O salen los
apoditos para diferenciar, o eternamente seré NombreyApellido.
Nombres extranjeros o en otro idioma (incluye aquellos de
nuestros ancestros). Donovan, Debany, Brayan, Kevin, Brillith, Eitan; Akzayakatl,
Itahalelly, Yolotzin, Tonalli. Qué bonitos, qué bonitos, seguramente tienen un
significado padrísimo. Que. Nadie. Conoce. Y lástima que aparte: Nadie. Puede.
Escribirlo. Ni. Pronunciarlo. Si yo casi me atraganto diciendo Tamanzuchale.
Imagínense la cantidad de vida perdida que se les va a estas criaturas primero
aprendiendo a escribir y a decir sus nombres, luego, DELETREANDOLO a otros.
(Aaaaah por que luego ¡todos son bien originales en la forma de escribirlo y
ninguno se escribe igual! Como Cynthia, Cinthia, Cintia, Cinthya). Así por el
resto de sus vidas. Que sepan que siempre tendrán problemas con sus papeles
oficiales y si luego tuvieran la posibilidad de aparecer en libros de historia,
siempre aparecería mal escrito. Piensen en eso.
Y por último.
Una vez un amigo
me dijo que él creía que algunos nombres le parecían de teibolera y aunque no
necesariamente estoy de acuerdo con eso, tengo una resistencia a nombres como
Yerson, Yumaira, Yedith, Yosmara, Yaresi, Yasuri, Yamileth (hay una canción de una
mujer con esos dos nombres, búsquenla, y luego Yosue, que es el marido de
Yasuri Yamileth; no se les ocurra meterse con ellos), Yosune, Yonalby,
Yamallel, Yitzel, Yahaira.
Les aviso que nunca les voy a decir qué nombres les voy a poner a mis hijos cuando tenga porque no quiero que me critiquen. Por eso de que no se puede tener a nadie contento. Como a mi.
Les aviso que nunca les voy a decir qué nombres les voy a poner a mis hijos cuando tenga porque no quiero que me critiquen. Por eso de que no se puede tener a nadie contento. Como a mi.
martes, diciembre 08, 2015
layoga
Hace unos días alguien me preguntó si con tantas
vacaciones no aprovechaba para hacer algo. Como, de… provecho, supongo.
Pusieron de ejemplo: yoga. El yoga. La yoga. Mejor el yoga por que la yoga se
me figura medio folklórico y me recuerda a la tía de una amiga de antaño que se
hacía llamar Yoya que hacia tortillas de harina a mano llenas de manteca y
gluten y que nos comíamos con mantequilla de esa de verdad alta en grasa y
colesterol. O sea, nada que ver con yoga.
He intentado ya un par de veces desenvolverme en su práctica: Que más que práctica relajativa y meditativa a mi me pareció un deporte extremo y de alto riesgo en el que en la posición de montañita mis pies en cualquier momento se resbalaban fuera del tapetito color morado pastel y mis amplias personalidades en conjunto con el efecto gravitacional tradicional planetario me asfixiaban al caer parsimoniamente sobre mi cara.
Recuerdo las gotas de sudor entrando sorpresivamente por mis fosas nasales y luego mis manos poniéndose moradas mientras intentaba no ladrar pero bufaba incontrolablemente mientras pretendía ver al sol del ocaso (por que no me daba para ver el del cenit) mientras me decían que respirara hondo mientras me temblaban los brazos y la musiquita se me volvía desquiciante por que su ritmo no se parecía a nada de lo que pasaba con mi cuerpo.
No podía evitar sentirme como un rinoceronte torpe que sueña con ser un ágil unicornio; veía a los maestros hablar y hacer los movimientos y acomodarse con tal paz y tranquilidad que me daban ganas de aventarles un zapato que, obviamente, no traía. Probablemente me hubieran sacado a empujones amorosos (supongo, no a patadas, por que no ha de ser congruente con la filosofía yogi) por eso, y no por soltar metano por alguna parte trasera que no mencionaré, que eso es menos mal visto, según me dicen, pero que fue el único esfuerzo exitoso que puede hacer durante mis asistencias. Apretar esos músculos es lo que ya tengo bien dominado, y sin clases. A base de pura necesidad. Y respeto ajeno.
Me preguntaron por qué no volvía pero creo que sin ganas de que contestara y yo sin ánimos de dar esta extensa explicación. Ni decir que me daba vergüenza y ganas de llorar como Magdalena recién apedreada y desubicada por los golpes.
Pienso que no me rindo y tal vez lo vuelva a intentar otro día o siga eternamente buscando otro qué-hacer menos peligroso y más gentil con mi autoestima y mis coyonturas.
Y provechoso. Sobre todo, provechoso. Que leer y andar en piyamas todo el día parece no serlo.
He intentado ya un par de veces desenvolverme en su práctica: Que más que práctica relajativa y meditativa a mi me pareció un deporte extremo y de alto riesgo en el que en la posición de montañita mis pies en cualquier momento se resbalaban fuera del tapetito color morado pastel y mis amplias personalidades en conjunto con el efecto gravitacional tradicional planetario me asfixiaban al caer parsimoniamente sobre mi cara.
Recuerdo las gotas de sudor entrando sorpresivamente por mis fosas nasales y luego mis manos poniéndose moradas mientras intentaba no ladrar pero bufaba incontrolablemente mientras pretendía ver al sol del ocaso (por que no me daba para ver el del cenit) mientras me decían que respirara hondo mientras me temblaban los brazos y la musiquita se me volvía desquiciante por que su ritmo no se parecía a nada de lo que pasaba con mi cuerpo.
No podía evitar sentirme como un rinoceronte torpe que sueña con ser un ágil unicornio; veía a los maestros hablar y hacer los movimientos y acomodarse con tal paz y tranquilidad que me daban ganas de aventarles un zapato que, obviamente, no traía. Probablemente me hubieran sacado a empujones amorosos (supongo, no a patadas, por que no ha de ser congruente con la filosofía yogi) por eso, y no por soltar metano por alguna parte trasera que no mencionaré, que eso es menos mal visto, según me dicen, pero que fue el único esfuerzo exitoso que puede hacer durante mis asistencias. Apretar esos músculos es lo que ya tengo bien dominado, y sin clases. A base de pura necesidad. Y respeto ajeno.
Me preguntaron por qué no volvía pero creo que sin ganas de que contestara y yo sin ánimos de dar esta extensa explicación. Ni decir que me daba vergüenza y ganas de llorar como Magdalena recién apedreada y desubicada por los golpes.
Pienso que no me rindo y tal vez lo vuelva a intentar otro día o siga eternamente buscando otro qué-hacer menos peligroso y más gentil con mi autoestima y mis coyonturas.
Y provechoso. Sobre todo, provechoso. Que leer y andar en piyamas todo el día parece no serlo.
miércoles, diciembre 02, 2015
Preparandome para las fiestas
¡Listo! Pino de Navidad con decoraciones, ¡check!
Jesusito que me gané en la posada de anoche, ¡también! Y el resto y la
totalidad de mis decoraciones navideñas allí para el bulto, ¡doble check!
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