Firmé y cuando terminamos, le entregué la llave.
Él salió mientras yo me quedaba atrás recogiendo papeles, la nochebuena minúscula en su macetita igual de chiquita, la bufanda que había olvidado en el fondo del cajón y mi bolsa.
Puse el seguro a la puerta y me gustó oír el portazo cuando la cerré. Por última vez.
Después me quedé viendo todo, despacio y con mucha calma, respirando lenta y profundamente, oliendo el verde, el café y el azul del campo, las montañas y el cielo. Cerré los ojos y con atención escuché los sonidos del aire y de los animales a lo lejos en su trajín diario. Sentí el viento fresco y el sol caliente en mi cara.
Fue mi último día en el trabajo.
Las despedidas no se me dan muy bien. Lloré, porque siempre lloro. Me duele cuando me empiezo a desprender de gente, lugares y rutinas. Dejan de ser para convertirse en recuerdos y el inicio de esa transformación no pasa desapercibido para mi corazón.
Veintitrés horas después, fue al revés.
Pasé despacio los ojos bien abiertos por cada esquina, rincón, repisa y pared, asegurándome de no dejar algo atrás y despidiéndome del lugar, con sus anchas paredes de adobe pintadas de blanco, su piso rojo y su cocina de azulejos rojos y azules, que habité con comodidad y contento por ocho meses.
Cerré la puerta y entregué las llaves.
No volví la vista atrás.
Me gusta ver hacia adelante.
Ocho meses?!?!?!?!? wow... el tiempo si que pasa volando!
ResponderBorrarcomo me gusto esa última frase de ver adelante...vos siempre lo hacés y por eso y te admiro!! en serio que te admiro!!
ResponderBorrarAyayayayayayayaaaaaay!!!!
ResponderBorrarMe dan ternurita estos posts y melancolía por los últimos pasos en el lugar que es para empezar a dejar de ser.
TQ
No lloras 'siempre', creo.
ResponderBorrar¿O sí?
Suerte y éxitos, todos.
Cada despedida es como dejar un poquito de nosotros en ella.
ResponderBorrarPor eso comprendo bien que, con lágrimas o sin ellas, siempre produce cierta desazón el adios.
En todo caso estoy convencido de que la nueva vida que te espera irá llenando huequitos en ti, complementándote como tu complementarás con tus tareas...
Biquiños galaicos
que bonito post caracolita, me alegro en exceso por tí.
ResponderBorrarPara atrás ni para coger impulso...
ResponderBorrarMuy bien, Caracol, siempre hay que mirar hacia delante, lo más importante es el presente y el futuro, el pasado, pasado está.
ResponderBorrarUn beso