He tenido la oportunidad de estar en diferentes partes de mi país y en diferentes partes del planeta. Confío en que habrá muchas más... sea por trabajo o placer... de preferencia por un trabajo que me de placer.
Y hablando del trabajo, bendito, me ha traído a Ensenada, Baja California. Que es el punto que quiero tratar.

El 11 de abril me mudé a Ensenada.... me vine a esta ciudad de 450 mil habitantes con lo que podía cargar, ya que Aviacsa no permite más de 25 kilos (de equipaje, obviamente, sino me hubiera tenido que venir por partes....).
Según mi sencilla relacionalizada (palabra inventada del día?), el caracol, de manera que nos lo enseñaron de chiquitos (y manera que yo he decidio acoger amorosoamente) va de un lugar a otro con sus pertenencias a la espalda..... TODAS sus pertenencias. Aunque su tamaño sea chiquito y aparte esté baboso (que no tiene mucho que ver), imagino debe de tener muy pocas pertenencias....
No como yo, que he dejado mias en todas partes, y voy adquiriendo más aquí (recientemente un refrigerador Mabe color gris con un 7.2% de ahorro energético).
Sin embargo, me gusta pensar que la siguiente vez que un trenecito pase por aquí y me lleve a otro lado (que seguro pasará), aumente el peso del equipaje aceptado en los aviones, o que de verdad pueda desprenderme de las cosas y llevarme solamente lo indispensable y APARTE, vender a buen precio todo lo que no me pueda llevar en mi conchita globulosa helicoidal dextrógira (o la maleta, pues!).
Caracol, col, col, saca los cuernos al sol......

Te das cuenta? Lo que aquí escribiste ha sucedido... con altas y bajas, lo sé. Pero date cuenta que el camino bajo tu piel babosa de caracol te pertenece porque lo has sabido conquistar.
ResponderBorrarTe admiro!