martes, septiembre 30, 2008

La niñera y otros cuentos

En el rancho tenemos gallinas ponedoras. De huevos. Cafeseses.

Son raza Rhode Island, verdaderamente bonitas y aparte simpáticas, aunque criadas para poner huevos y ya. No para tener pollitos. Es difícil que se pongan culecas y se queden culecas.


La gallina curuleca, ha puesto un huevo, ha puesto dos, ha puesto tres

Pero lo hemos logrado. A base de manejo y alimentación, después de tres años de tener las gallinas y puro huevo para comer, ayudamos a sacar cinco pollitos de una y cuatro pollitos de otra. Eventos dignos para declarar el día fiesta regional.

El día que nacieron los primeros, el vaquero me dijo: Ya tenemos hijitos.

Fue muy emocionante.

Por desgracia, la gallina siendo primeriza, los perdió todos. Y no hay que safarnos de la responsabilidad, pudimos haber sido más cuidadosos nosotros también.

Cuando nacieron los otros cuatro, se los pusimos a la gallina que había tenido a los otros cinco, y los está cuidando muy bien. Nosotros también.

Hoy, por accidente, se salió uno de los pollitos del corralito.

Estuve más de una hora preocupadísima alternando entre corretearlo (tratándo de atraparlo) y esperar (acostada boca abajo en la tierra) a que saliera de debajo del gallinero.

Todo muy lindo...

...

Y lo único que podía pensar es: no me pagan lo suficiente para esto. Carajo.

(Aunque, francamente, también me sentí muy feliz y aliviada de poder regresar al pollito descarreado, vago y rebelde a la seguridad y el cuidado de su madre.)

lunes, septiembre 29, 2008

Que quede claro

Yo no soy plato de segunda mesa.

jueves, septiembre 25, 2008

Antes de dormir

Aquí estoy. Sola. Con ganas de irme a mi cama. Sentada respiro profundo. Veo alrededor, huelo, oigo, siento.

Excepto por el ruido del refrigerador que viene y va, nada más se oyen los grillos del otro lado de la ventana.

Ya hace frío. Me dicen que esto no es nada, que espere a los días de niebla que trae octubre junto con las heladas y al frío que acompaña a diciembre, peor el de enero.

Traigo una sudadera cuyo color describiría como rojo, aunque sé que en el arco iris femenino tiende más al rojo apagado, en realidad al vino. Mis pantalones están más sucios allá donde se acercan a mis pies, la lluvia llega diariamente intermitente y deja estragos húmedos en el suelo, un suelo que se empeña en viajar pegado a los finales de mi ropa y a la esencia de mis botas. Mis calcetines encierran a sus portadores como en una cárcel con sus rayas negras y grises.

Me siento en la silla azul, la verde y la roja están vacías, metidas debajo de la mesa redonda que se mueve cuando me muevo. Es culpa de la pata más corta que supongo está de mi lado.

Las cortinas ya están cerradas sobre las ventanas, y a cada lado tengo montones de hierbas aromáticas colgadas, secándose, despidiendo un olor que se revuelve en el ambiente.

Sobre la barra de la cocina está un frasco con chiles de bolita de muchos colores y junto una garrafa de vidrio con flores amarillas silvestres. Pierden sus pétalos y los dejo reposando junto al polen que salpica la superficie oscura. Quise traerme un pedazo de verano para seguir disfrutando del campo cuando ya estoy guardada entre mis cuatro paredes.

En botellas que algún día tuvieron vino viven plantas que echan raíces en agua y llenan de un verde vivo los rincones.

Hay post-its pegados por todas partes con teléfonos o que lo escrito se encarga de recordarme dónde poner las llaves o que no las deje atrás, o con frases que oigo o encuentro y que para perpetuarlas se registran en mis paredes, espejos y puertas.

Veo las fotos en blanco y negro encontradas en un álbum olvidado en un pequeño y polvoriento bazar y las otras tomadas y reveladas por mi propia mano que me sirven de recuerdo de otros ratos de hace rato, la tele que nunca veo más que apagada, el librero regalado lleno de libros leídos esperando ser releídos o compartidos y otros tantos cuyos interiores desconozco y están en fila para ser encontrados en las noches junto a la lámpara de mi mesa o tirada en el zacate que decora el frente de mi puerta.

La pared que no he terminado de pintar y la cama de sábanas rojas destendida, los zapatos revueltos y los platos sin lavar en el fregadero, el cuadro en el suelo que no he colgado y la ropa limpia que sigue doblada en el cesto están muy bien así, esperando pacientemente y sin reclamos.

Huele también a manzana.

Me gusta.

miércoles, septiembre 24, 2008

japi verdei tu mi

Hoy me siento sumamente feliz pero sobre todo agradecida. Hoy es un día normal en el mundo y en el calendario, no se festeja nada, no se recuerda nada, nada extraordinario sucede. Pero cumplo años y quiero dar gracias a la vida, a dios, a mondesvol, al destino, a mis cuantiosos órganos, a Murphy, a lo que sea y a quien sea, por permitirme un año más para contar.

Hoy recapitulo. Este año ha estado lleno.

Tantos cambios de ciudades, de ambientes, de gente, de experiencias, de climas, de casas, de quereres.

Tanta felicidad, apoyo, nerviosismo, crecimiento, amistad, angustia, amor, emoción, soledad, compañía y aprendizaje.

Tantos placeres, dificultades, carcajadas, tristezas, esfuerzos, sorpresas, caídas, alegrías, lágrimas, incertidumbres, aventuras, satisfacciones.

Los lugares nuevos, las amistades, los viajes, los acentos, las calles, los restaurantes, el trabajo, la comida, las costumbres.

Conocí mucho y a muchos.

Aprendí mucho, de muchos y más que todo, aprendí mucho sobre mi.

Cumplo 28 años. Y yo lo festejo, para mi y por mi.

Quiero que este nuevo año que empiezo sea igual de (o más) gratificante. Sé que todo lo que he pasado me ha enseñado algo y quiero tener siempre fuerza para evitar los errores y desarrollar los aciertos.

Quiero que, aunque muy seguramente a veces duela, las experiencias que tenga, los lugares a donde vaya, la gente con la que me tope, lo que sea que venga, me ayude a crecer y ser mejor persona allí en donde sea que esté y con quien sea que me encuentre.

Quiero ser mejor para la gente que quiero, mi familia, mis amigos, para la gente conocida o desconocida que me rodea en el trabajo, en la calle, quiero ser mejor en todo lo que hago, por mi.

Sé que necesito estar abierta a todos los cambios, las posibilidades, las oportunidades y también las dificultades.

He entendido que mi felicidad sólo depende de mi.

Y este año, es mío para hacer lo que yo quiera con el.

Estoy bien decidida.

Y contenta, cabe añadir.

domingo, septiembre 21, 2008

un limón, medio limón

Mi mamá tiene casi 28 años de conocerme.

Aú con sus cosas, somos una familia relativamente unida, amorosa, atenta a las cosas que pasan en la vida de todos quienes la componen. Normalmente.

Pero imagino que a cualquiera le pasa. Probablemente podría pasarme a mi.

La mamácaracol entró pitando a la cochera porque traía la comida y necesitaba ayuda. Al abrir la puerta me preguntó gritando que si me gustaba el pastel de limón.

No soy muy amante de los pasteles. y odio el pastel de limón. Toda mi vida he odiado el pastel de limón.

Lo dije justo cuando venía sacando del carro un… pastel de limón.

Un pastel. De limón. Para mi. De pre-cumpleaños.

Tan linda ella.

Me dijo que se le olvida a cuál de las tres (hijas) nos gusta o no nos gusta qué. Creía que puedo ir a regresarlo o cambiarlo a la pastelería, pero creo que arruina el detalle.

He prometido probar un pedazo.

Hay veces que lo mejor es decir que si cuando no para dar gusto a quien se quiere, aunque sea en cosas tan chiquitas como esta.

Será el mejor y más delicioso pastel que habré probado en mi vida.

miércoles, septiembre 17, 2008

De autopsias y otros menesteres

Excelente. No hay mejor manera de describir el día de hoy.

Al momento de querer meterme a bañar, me di cuenta que se me había terminado el gas. Pude reposar en mi cama 20 minutos más. Me puse gorra y un perjume y así me fui. Total. Ni quien me ande oliendo.

Cuando llegué al rancho, me encontré con que una de las becerras, Aurora, para ser exacta, estaba inflada como globo y no quería pararse.

Graciasadios mi memoria no falló y recordé algo de lo tantísimo que he leído en mi camino de auto-educación y supe que era tempanismo. O sea, la becerrita se llenó de gases y no los podía sacar (como cultura general, los bovinos (vacas, toros, becerros), eructan una vez cada minuto aproximadamente (lo que las hace los seres más contaminantes del planeta (en cuanto a gases de refiere)).

El tratamiento dado:
-Un litro de agua con un ajo machacado, tres veces.
-Un palo amarrado y atravesado en la boca para mantenerla abierta.
-Masaje y presión en el área del rumen, usando agua con jabón para facilitar el desliz de la mano.
-Hacerla caminar (a empujones (que es reterca (a parte de que estaba enfermita, lapobre))).
-Un litro de té de hojacé (no tengo idea como se escribe, la gente de allí así llaman a la hierba) e Istafiate (idem).

Y se salvó (y de buenas porque otro tratamiento es hacerles un gújero en el rumen con un cuchillo o una mega aguja, y yo, deverdádeverdá, que no quería tener que hacerlo).

También se me murieron 3 borreguitos entre ayer y hoy. Que sé no es bueno, obviamente. Han estado muriéndose con los mismos síntomas y ningún tratamiento ha funcionado, por lo que me decidí irme al monte con borrego y Feliciano mi nuevo ayudante y abrirles la barriga. Quería ver si había algo dentro que nos diera alguna pista.

Obviamente, no fue así, pero yo tomé fotos (p. ej. Imagen 1) de todo lo que vi extraño y me lancé a buscar un veterinario que no fuera tan cerrado de mente como el que va de vez en cuando y nos atiende (y nos echa el sermón cada vez de que nuestro sistema orgánico no sirve (oiga, carajo, que estamos aprendiendo)).


Imagen 1. Organos borreguiles (postmortem... cómo no)

Llegué a una forrajera donde, vivaviva, había una mujer veterinaria. Fue el mejor descubrimiento que pude haber hecho. Estuvimos hablando un largo rato y me dio un montón de consejos, como médico veterinario y como mujer trabajando en un ambiente donde dominan los hombres (y machistas, pacabarla). Me invitó a ir cuando quisiera. Le advertí que me vería muy seguido.

Y así apestosa y contenta, he llegado a mi casa. Recordé que no tenía gas y al llamar al gasero me dio la fabulosa noticia que podría venir hasta mañana en la mañana. Otro día en mis jugos...

En realidad me urge bañarme y no quiero acostarme así, que aparte de todo, hoy fue un día en el que me ensucié más que de costumbre. Esto me llevó a hablarle a mi vecino y pedirle prestada su regadera. Estoy a la espera de que llegue del trabajo y lanzarme para allá con mi champú, jabón, esponjita y bata de baño…

Y a ver qué pasa, oiga.

Aparte del baño, digo...

martes, septiembre 16, 2008

verde

Hoy llegué a la casa y mi vecino estaba limpiando su camioneta.

Platicando salió que, comparado con el, yo no tuve puente ni asueto en el trabajo.

Hizo un tipo de mueca, como diciendo "Pobre de ti."

"Nombre, si yo estoy muy feliz," le dije.

Me preguntó por qué y respondí, tan espontáneamente:

"Pues por que quiero."

Una epifanía.

La respuesta que estaba buscando y toda ella dentro de mi, desde siempre.

Si esto se trata de decisiones, señores.

Y me he decidido.

Reflexionando, deduje que es una decisión que hay que tomar en cada momento de mi vida, en cada situación que se presente, en miles de momentos de cada día. En las buenas será fácil, y en las malas, difícil. Unas veces más que otras, pero sé que vale la pena hacer el esfuerzo de tomar siempre esta decisón. La correcta.

jueves, septiembre 11, 2008

Con la arena

Mi oído va mejorando, auque ayer todavía traía calentura y algo de dolor, hoy estuvo mejor el día, seguramente gracias a que me he tomado (y he aplicado) todas las medicinas, por prmera vez en mi vida, al pie de la letra.

El oido se salvará.

Y con esa tranquilidad, ya cuento algo de las vacaciones.

Ocho mujeres, de vacaciones, en Los Cabos...

Nos la pasamos tiradas alrededor de las albercas (había 3) o dentro de ellas platicando como gallinas en gallinero.

Comimos como marranitos en engorda, el que fuera All-inclusive lo permitió.

Tomamos más alcohol al que estamos acostumbradas, el que fuera All-inclusive lo permitió (una de ellas (cuyo nombre no mencionaré) se quedó dormida en la mesa mientras comíamos debido a esto).

Pudimos pedir leche (si, leche) a las dos de la mañana para ponerme en la espalda ardida por el sol (que disque ayuda a la piel ardida a tranqulizarse) . El que fuera All-inclusive y con servicio al cuarto las 24 horas lo permitió, cómo no.

Algunas hicimos (bueno, si, hicieron) acuaerobics con el animador del hotel.

Participamos en los ridículos concursos en todas las noches en el bar del hotel. Una de ellas 8cuyo nombre NO mencionaré) ganó el concurso de adivina la película por la canción... con 52 puntos. No quiero hablar de la noche de karaoke.

Los otros huéspedes (o ¿habrá sido el animador?) nos apodaron las chicas superpoderosas.

A mi no me dejaban meterme al mar (las amigas) por que estaba muy picado y una paisana se había ahogado 2 días antes de nuestra llegada. Como quiera me metí y algunas se animaron después.

Para las noches medio formales, había decidido llevarme unas chanclitas café como que tejidas... a la hora de querer ponermelas, me di cuenta que llevaba una chancla de esas y otra café de plastico, de esas patas de gallo, para la playa, vamos. Me dije que igual y no se notaría la diferencia, pero luego vi que eran las dos del mismo pie. Qué manera de empacar para el viaje... tuve que usar mi blusita roja sexy con chanclas azules, que fue mi único otro par de zapatos para el viaje.

No concí a ningún hombre, entonces me hice uno. Todo para mi.


Vualá.

Bien manoseadito, que si no.

lunes, septiembre 08, 2008

Se me cae la oreja

Mis vacaciones en Los Cabos estuvieron geniales, pero ahora estoy muy distraída para escribir las experiencias del viaje con la inflamación causada por la infección que tengo en mi oído izquierdo.

Parece que tengo un melón (no es que sea yo una exagerada… bueno, un poquito talvez… podría ser más bien un chicle Totito) junto a la oreja.

Francamente, creo que nunca me había dolido algo tanto como esta infección.

Tengo fiebre desde el domingo y he gastado un dineral en pastillitas y gotitas, primero con la recomendación del doctor de la Cruz Roja (a donde fui el domingo a las 11 de la noche porque el dolor me hacía llorar) y como todo seguía peor hoy, con otro doctor.

Al menos no me llené de ronchas como el resto de mis amigas gracias a que no me gusta el pescado.

No fui a trabajar hoy y tampoco iré mañana, me duele muchísimo y estamos como a 30 grados y sigo teniendo frío, por lo que imagino que sigo con fiebre.

Eso me pasa por no querer salirme del agua. Nunca.

martes, septiembre 02, 2008

Quiero salir de vacaciones YA


Llevo 2 años de no irme de vacaciones a ningún lado. Sólo me voy por cuatro días (en realidad son dos días y medio porque el domingo volamos de regreso a la realidad a las 8 de la mañana), pero no puedo de la emoción.

Las siete mejores amigas del mundo y yo, nos vamos a Los Cabos, Baja California Sur, México. ¡A la playa!

El viernes antes del atardecer, yo y el novio que conseguiré allá



Nunca pensé que volvería a Baja California.

El viaje se organizó desde que yo estaba en mi otro trabajo… si mal no recuerdo. El caso es que cuando entré al actual, lo único que pedí fue que se me respetaran esos días.

La razón del viaje es la siguiente: ya hay una casada y 5 con noviazgos muy serios. Solamente hay dos solteras (yo una de ellas, graciasalcielo), y se dice que será el último viaje que podamos hacer todas juntas… razón que yo no entiendo, pero aparentemente yo no comprendo de esas cosas porque no estoy en un noviazgo serio y ando “en otras ondas”.

Aparentemente también, los esposos y novios se convierten en la prioridad para toda mujer…



Yo ya hice mi maleta. Llevo el traje de baño, un calzón para cada día (aunque no sé ni por qué los llevo si he amenazado con pasar todo el día todos los días en traje de baño), mis chanclas, cepillo de dientes, desodorante, toalla de playa, dominó cubano (por si llueve queclaroquenovaapasarofcorsdiosmedianteporfavorssvirgencitadelosdesanjuannepomucenodelosdearriba), y como tengo la piel delicada y me urge emparejarme los colores corporales, crema hidratante para la cara, crema hidratante para el cuerpo, gel de aloe vera, bloqueador 45 para la cara, bloqueador 45 para el cuerpo y bloqueador 15 para el cuerpo (para esos pedazos que ya están tostados).

Me dijeron que lleve algo medio decente para ir a cenar a algún restaurante del hotel de los que no puedes entrar en traje de baño. La estoy pensando todavía. Probablemente use los jeans y la blusa que lleve puestos para el viaje (ida y vuelta, ¡claro!).

Y es que no me pienso mover de la playa, aunque me confundan los de la Greenpeace con ballena atrancada.

La pasta de dientes, shampoo, jabón y otras cosas del estilo, las pediré a mis amiguitas, que conociéndolas (y siendo todas féminas dedicadas), de seguro traerán de sobra. Cada quien uno de cada cuál.

Espero que no esté olvidando ná.