Este fin de semana viajé a un parque nacional en California llamado Anza-Borrego. En medio del desierto y entre montañas, el parque es una belleza ininterrumpida de arena y organismos con espinas que resisten algunas de las peores condiciones ambientales que hay como las altas temperaturas y sequías eternas. Imagino que las tormentas de arena no son cosa fácil para sobrevivir tampoco.
Me invitó un amigo que trabaja para una organización no gubernamental que se involucra con los nativos que sobreviven en Baja California y ayuda a su desarrollo.
Esta ONG fue invitada al parque a participar en un Fin de semana arqueológico donde habría actividades y exposiciones sobre las historias que guarda el desierto en esa región.
Tuve el honor de ser intérprete para un grupo de 9 nativos de comunidades que han logrado permanecer en Ensenada a través de los años, las guerras, divisiones, conquistas y evangelizaciones.
Esta gente que expuso en el evento creaciones artesanales impresionantes y que cantaron y bailaron de acuerdo a sus costumbres, pertenecen a las tribus Pa-ipai y Kumyay (pronunciado kumiai). En sus dialectos musicales y canastos tejidos y hoyas de barro se notan las diferencias entre tribus.
Conocí a Tirsa, una mujer pa-ipai de piel morena y pelo largo negro azabache que hablaba poco español pero cuando lo hablaba era increíblemente simpática y tierna. Es tan risueña que me tenía fascinada, y me hacía reír un montón cuando decía algún chistecito y luego cerraba un ojo coquetamente dejando claro que el comentario era broma.
Me la pasé parada casi todo el fin de semana, corriendo de nativo a nativo y traduciendo de español a inglés o de inglés a español entre ellos y los gringos que asistieron a la exposición.
Estoy agradecida de haber tenido la oportunidad de conocer este lugar y a esta gente extraordinaria que carga consigo años de costumbres, tradiciones e historias fantásticas.
Aparte, me la pasé increíble acampando en el desierto... pero eso será otra historia.
*Actualización: Siempre siempre siempre escribo olla mal. No sé cuál es nuestro problema, entre la olla y yo. Lo dejo escrito como recordatorio de cómo se debe escribir.
Uy, Caracol, ¡por guan momen pensé que habías estado de intérprete de los idiomas indígenas! Ya te iba a pedir que grabaras algún cuento en su/s lengua/s y lo colgaras en la bitácora sonjau.
ResponderBorrarLos desiertos son un desastre: todo aquello sin barrer, la maleza por do quiere, no se pueden baldear los porches... un desastre, ya te digo.
¿Tú alguna vez te vistes de huipil?
Me gustan tus viajes y esas aventuras aunque luego toque gente borracha, ja!! Vas a lugares muy interesantes y quiero que me cuentes TO-DO.
ResponderBorrarQué bonito viaje, y que bonita experiencia.
ResponderBorrarUn besito.
pd, sabes que aquí, cuando alguien dice una tonteria, algo así como si se volvise loco se le dice, irse la olla????. ¿se te va la olla?, se le dice, jejejejeje.
Hola:
ResponderBorrarHe conocido tú blog por Kyra y lo poco que he leido me ha gustado mucho, sobre todo, esta entrada. Quizás por mi aficción a la fotografia me hice una idea de como podián ser las fotogafías por lo que ibas describiendo. Desde luego si te invitan a un acto así y encima se disfruta, merece la pena.
Biquiños.
Mus. es mi próximo proyecto... ya aprendí algunas expresiones
ResponderBorrarpa-ipai! y aprendí un cuento que me encantó, pensaba escribirlo nomas teniendo un tiempito!
jajajaja si, son un verdadero desastre, entiendo lo que dices... como no, que los bombardeen YA!
He usado huipil y sueño con aprender a hacerme trenzas de verdad.
ceteris: ni digas porque luego te puedo dormir de aburrimiento... no son tan interesantes mis historias aunque los lugares si lo sean, de verdad, es un engaño todo jajaja de los denominados "auto"
evi:jajajaja se me va la hoya... perdón... olaa... digo olla... seguido, creo.
mohikana: hola1 fijate que yo soy una fotografa aspirante (me gusta decir más "wannabe") y voy a entrar a un curso proximamente... al rato me paso por tu blog para ver si tienes fotos... me gusta ver fotos!
Que vacilón! yo ayer en las paradas de buses le hablé en japonés a dos japoneses que se iban a subir al bus equivocado...
ResponderBorrarQue bonita experiencia, no??
ResponderBorrarVos sabés que esa es una de las cosas que yo nunca he hecho y sin embargo me gustaría hacer, compartir con un grupo indígena. Y acá en Costa Rica hay varios grupos sobrevivientes, la verdad, me lo voy a proponer, en serio, como una meta a mediano plazo.
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