Tu vecino me la prestó. Me decidí hoy. Hoy que te recordé con el correo, me acordé de lo que tenía guardado. Mañana me voy a Monterrey, y pensé que sería el mejor momento. Oigo un aria en voz de María Callas. Pero antes, oía a Pavarotti. Creo que es la primera vez que me sale a la primera.
Me ha dado sueño, y aunque no tengo especial gana de escribir lo hago bajo tu recomendación. Algo debe de salir, y no se me ocurre otra cosa que escribir mas que palabras para ti. Dolce e calmo, sorridente. Siento mi cara cosquillear, siento algo en el pecho y en la barriga. Siento la necesidad de repasarla, ligeramente, pero sospecho que ha sido suficiente. Me ha dado sueño, mientras pienso un poco en algo para escribir. Te. Pero creo que así se pierde el objetivo. Debe de fluir, no? Me doy cuenta que andando un poco preocupada, aún y sintiendo tanta soltura de cuerpo y la gravedad en la cabeza, siento mi mente en blanco. O talvez en otra parte. Me pican los ojos. No tengo las gotitas a la mano. Tus gotitas. A veces me acuerdo de ti. No muy seguido, pero suficiente para sentir tu ausencia. Me hubiera gustado que te quedaras. Otravezretengolarespiración. Uno, dos, tres, cuatro, cinco… hasta 20. Me truena la vertebra… oigo a los huesos reacomodarse, el futón es un asesino para mi espalda. Cosquillas en la cara… lado derecho, mió, no tuyo, así de frente, no así debajo. Como esa vez.
Me tiemblan los dedos, creo que es de frío, mi doble calceta no esta sirviendo de mucho. Y es que no me dejaste ninguna cobija, te acuerdas? Se nos olvidó. A mi también por que si te hubieras sordeado y no me la hubieras querido dar en realidad, te la hubiera robado. Pero me traías muy distraida. Este cigarro me está sabiendo interesante…, más rico, más largo. O sole mio.
Tengo sueño, y veo mis foquitos de Navidad tan mal acomodados, y esta velita en su vasito que me relaja en su baila reflejado.
Quieroquieroquieroquieroquieroquieroquiero…. Alguna vez has intentado escribir quiero muchas veces, así? Seguido? Últimamente me he visto haciéndolo seguido, no quiero pensar por qué, no quiero acordarme tampoco. Pero con esto descubrí un ritmo muy interesante de los dedos. Inténtalo. Sé que te gustará.
Cierro mis ojos, echó hacía atrás la cabeza, escucho la música que me gusta tanto pero de la que sé tan poco. Sonrío. Domine Deus. Escribo, no sé que escribo. No sé si debiera ser lo que tendría que ser, pero ya vez que las cosas, a veces, no son lo que debieran ser, ni lo que uno cree debieran ser. Pero son. Y esto es. O talvez, no es? Nunca me han gustado los signos de puntuación que van antes de la oración. Una oración con manos juntas y viendo al cielo o una oración con sujeto y predicado, cualquiera de las dos. Ahorita, la segunda porque las hago, aunque probablemente mal porque nunca me gustó la lingüística y no sé escribir con normatividad. Las diéresis siempre se me han hecho puntuaciones interesantes. Era la única parte de la lingüística que me gustaba. Allí, en la palabra. Aunque te diré que odio escribirlas en el teclado. Hay tan pocas palabras con diéresis que la uso tan poco y se me olvida dónde está.
Tengo mucho sueño. Ahora si. Me voy a la cama…
Yo te deseo lo mejor, sabes? A donde vayas y con quien vayas. A quien vayas también. Te deseo también: a veces. Y te deseo más felicidad. Y en general deseo que los hilos de nuestras vidas se vuelvan a embrollar. Siempre es agradable acordarse de ti.
Te mando un beso y un piojito.
Adiós, pero conmigo serás, irás adentro de una gota de sangre que circule en mis venas o fuera, beso que me abrasa el rostro o cinturón de fuego en mi cintura.
Vaya, si que te inspira la ópera.....sigue así ;-)
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ResponderBorrarCoincido con la apreciación de Veca en lo que respecta a la inspiración (lo del cinturón de fuego resultó ser una excelente guinda).
ResponderBorrarMe halagan tus visitas a mi blog, a pesar de las dificultades de comunicación gramatical. Es un placer que, al menos, las visuales resulten lo suficientemente atractivas como para que reincidas. Graciñas una vez más.
Me encanto lo del piojito! es tan tierno!
ResponderBorrarUn abrazo!
Te he sentido muy cerca en esta carta, muy parecida a mí cuando tenía tu edad: esta carta podría haberla escrito yo, y me hubiera gustado escribirla...
ResponderBorrarHermoso leerte tan revuelta y tan sincera, tan abierta y tan auténtica.
ResponderBorrarHe visitado tu blog varias veces y me gusta mucho tu soltura... no sabía que los caracoles eran adictivos!!
veca: paser sincera, no fue exactamente la opera lo que me inspiró, pero diamos que si =P
ResponderBorrarComentario suprimido: pfffff así de fácil, adios!
chousa: mira, que esa frase es parte de uno de mis poemas favoritos... de Neruda. Tengo que aclarar, que no quiero crédito no merecido. y seguiré visitandote... talvez aprenda gallego =)
Kyra: a mi me encanta el piojito jajaja
Humo: es bonito pensar que alguien piensa como uno. bueno, quiero decir que tomo como un halago lo que me dices. esta carta me gustó escribirla, me gustó leerla el siguiente día ya descansada...
Ceteris: gracias! la verdad me da algo de vergüenza pensar que leen mis cosas y que luego dicen cosas bonitas de lo que escribo...
te diré que yo sé que los caracoles si son adictivos, especialmente combinados con camarones, pulpo, calamares y todo en un caldo picoso con rebanaditas de aguacate...
no sé cómo regresan a leer mis cosas, pero yo les agradezco sus comentarios! besos y piojito para todas!