martes, diciembre 06, 2016

Diario de una niñera incauta: Día 4 (faltan 4)

¿Apenas? Justo a la mitad. Ya ni aquí, y ni allá. 

Dentro de la lista de las experiencias más traumáticas de ésta semana, el lugar número uno la ocupa la que pasó hoy. Nada peor que haberme imaginado a los niños en la puerta del colegio asustados, abrazados, en llanto desconsolado y sentados en una banquita solitaria con las malvadas maestras ausentes porque la irresponsable tía (que aparte no sabe abrir puertas de camionetas) llegó tarde por ellos. Esta novela está muy alejada de las consecuencias reales (y nada parecidas a mi drama mental) mencionadas casualmente por su mamá durante mi entrenamiento. La realidad es que sólo me tendría que haber bajado de la mamá-van y entrar a la escuela por ellos.

Me quedé encerrada en mi casa. Fui a lavar a mi casa; me di cuenta que me urgía cuando me puse unos pantalones y me llegó un desagradable y poderoso olor, seguramente por algo que me había caído encima. Obvio (aunque por un segundo dudé cuando le platiqué al simpático Alfonso y me preguntó que si el mal olor era porque me los había puesto muchas veces o por algo que me había caído encima (… siendo honesta, a lo mejor eran las dos cosas)).

Ya con chivas cargadas, la mano en la puerta y a 20 minutos de la hora límite para recoger a los niños convencionalmente, me di cuenta que no tenía las llaves para salir de mi casa. Como un flash me vino a la cabeza mi llavero en el buró de mi casa temporal. Había entrado con la copia que tiene mi novio, y él ya se había ido a trabajar. Le marqué y no contestó; aunque se había ido 10 minutos antes, me lo imaginaba ya en García o Kazajistán (o un lugar igualmente remoto y lejano. Le marqué a mi traicionera amiga que tampoco me contestó aunque aseguróme que CUALQUIERCOSA (Y me habla yaqué. O sea. (Tu sabes quien eres!)). Justo estaba pensando tumbar la tela de alambre y aventarme por la venta (con harto miedo al azote rotundo de dicha acción pero igualmente decidida), cuando se reportó el novio. Que se acordó que no traía mis llaves e iba de regreso a abrirme. Me quedé parada frente a la puerta esperándolo. Como Mike a su dueño.

Llegué a tiempo por los niños y pude respirar. La tonalidad azul que me noté en algún punto me hizo darme cuenta que probablemente estuve conteniendo la respiración todo el tiempo. No pasó nada, y nadie se enteró.

Las cosas definitivamente van mejorando. Creo. Al final del día, sólo traigo una mancha de cátsup en la blusa y algo negro en el pantalón. También reconozco mis logros: pude darle las medicinas a la gemela justo a la media noche y sin que despertara de alguna forma estridente que alborotara al gallinero. A pesar de mis 30 minutos de planeación estratégica y contingencia, y la duda, absoluta falta de confianza y poca fe de Andre y que sí, Andre, sí, me las vi negras sacándola del cuarto en brazos junto con los dos frascos de medicamento, la chunche dosificadora y un calcetín desbocado y rebelde, que medio contenido de un bote terminó sobre mi piyama, y que parecieron más bien 20 litros de jarabe lo que le di, la pude regresar a su cuna sin (prácticamente) ni pío. Tapón, tapón, Andre.

Aseguro que fue la gemela correcta. Lo comprobé antes de empezar el procedimiento. El problema con las gemelas es que, aunque juntas ya puedo distinguir a una de la otra, por separado todavía me equivoco: las dos están del mismo tamaño, tienen la misma mata alborotada de pelo güero y las dos dicen que son Lucy. Cuando están juntas está más que claro que una miente con todo el diente (y sólo tienes que averiguar cuál), pero separadas y con mi vista decadente, se me complica más. Por ejemplo, hoy estuvimos jugando con la puerta de la cocina a “Dónde está Lucy” atacadas de risa durante 10 minutos, hasta que bajó Lucy.
Temo decir que lo que me está ayudando a distinguirlas es el moretón en la frente que trae Paulina del madrazo que se dio el primer día que estuve aquí. Gracias. Literalmente, se lo busco detrás del pelo antes de decir un nombre.

Pasando lista, el niño mayor hoy estuvo enormemente sobornado con una tarde de experimentos y el segundo, con postre y sorpresa en el lonche de mañana. Qué vergüenza. Lo siento tanto, pero me albergo detrás de mil excusas y el artículo n°47 de la Constitución de niñeras novatas (que estoy escribiendo).
La tarde fue un éxito llena de emoción, ilusión, asombro, descubrimiento, curiosidad, buen humor y buena voluntad, conocimiento y aprendizaje. Me encanta el aprendizaje, el mío y el de los niños. Y lo más padre de todo, estaban bañados y cenados para las 7:30. Auto-aplausos (y para Andre también, la neta).

Qué padre cuando hay buenos resultados. Sé que el fracaso enseña mucho también, pero porfas que no haya mucho de eso en lo que me queda aquí. Que estemos muy seguros y felices y que se acuerden poco de que sus papás están lejos y los extrañan, y que soy una débil substituta (que está haciendo su mejor esfuerzo).

lunes, diciembre 05, 2016

Diario de una niñera incauta: Dia 3 (faltan 5)

Hoy me dormí a la 2:30 de la mañana pensando en cómo sería el día.

Hoy desperté a las 4:30 y tratando de tomarle la temperatura a una niña de dos años negada a que le acercara el termómetro y que obviamente despertó (a todos) sus hermanos. Batallé en volver a dormirme preocupada por su estado salubre y los pasos que tendría que dar en caso de que empeore. O contagie a los demás. Y a mi.

Hoy de madrugada me di cuenta que necesito lentes otra vez, porque no alcanzo a leer las dosis recomendadas en las instrucciones de las medicinas. Poner a leerlas al niño de primero de primaria no es aconsejable.

Hoy me desperté por segunda vez a las 6:30 de la mañana para bañarme y arrear niños para que estuvieran listos para la escuela.

Hoy tampoco se lavaron los dientes. Y me acabo de acordar.

Hoy salí de mi casa temporal a las 7:30 y manejé por primera vez en la vida una mamá-movil. Parece nave espacial con tanto botón, en serio.

Hoy me dirijí a una escuela a dejar niños y me perdí en el camino sin dejar de ver el reloj porque qué-vergüenza-llegar-tarde y el niño mayor me recordó que "un retardo más y me regresan a la casa" (se oyó demasiado contento, y yo sólo me traumé más).

Hoy batallé demasiado (y aún después de recibir previas instrucciones detalladas con demostración presencial y práctica) en poder abrir una de las puertas automáticas laterales de la mamá-móvil para que se bajaran los encargos. Ambos niños explicaron con dejo de vergüenza que es-que-es-mi-tía-porque-mis-papás-están-de-viaje. Me tuvo que explicar un señor del colegio, literalmente: abrió mi puerta y me explicó el modo y la secuencia. Yo me sentía ultra inteligente, antes. Ya no. Después de esto, ya no.

Hoy me comuniqué por primera vez con un pediatra y fui a comprar medicinas pediátricas.

Hoy estuve en una reunión de trabajo pensando en "los niños". Hoy me salí de la reunión de trabajo para llamar y ver cómo seguía la enfermita. Qué tranqulidad oir "mejor".

Hoy escuché por primera vez la palabra "selfie" salir (y adecuadamente) de la boca de un güerco de 4 años. Casi me muero de la risa.

Hoy la mamá me salvó de un rato más largo de confusión y frustración (en su mayor parte nadamás mía) con una video llamada increíble y derretidora desde el otro lado del mundo.

Hoy le hablé a mi novio para que viniera a comer buscando que vieran otra cara adulta y para poder ir al baño con tiempito.

Hoy me enamoré más de dicho novio.

Hoy apoyé en su tarea a un niño de primaria por lo que pareció ser una eternidad eterna.

Hoy llevé a clases de Tae Kwan Do a dos niños semi-entusiastas que me fascinó ver pateando y oir gritando. Les tomé fotos.

Hoy les di permiso a estos niños mayores a que fueran a cenar a casa de los vecinos taquitos de barbacoa, preocupada por si terminaríamos la tarea interminable en algún momento próximo.

Hoy entendí el concepto de "terrible twos". ¿Qué querrá? ¿Qué le pasará? ¿Qué sentirá? ¿Por qué aulla? ¿Por qué llora otra vez si creo estarle dando lo que quiere? ¿Cómo es que me logró manipular tan facilmente? ¿Qué diferencia hay entre un vaso rosa y uno naranja? ¿Qué carajos hice mal ahora? (Y ETCÉTERA versión Historia sin fin.)

Hoy toqué un calcetín humedo que resultó estar así por los restos de vómito que tenia.

Hoy limpié por primera vez un trasero ajeno con popó (con todo lo que ésto implica,, dígase olor, platica, recuento de los hechos, pujerías entre palabras y explicaciones fallidas de cómo cortar adecuadamente el papel de baño).

Hoy participé en el proceso de baño, racionamiento estricto de champú y envoltura estilo-flauta (algo aparentemente fascinante). También vi caerse el jabón al piso más veces de las que pude contar.

Hoy, en el agradecimiento del día, se reconoció la presencia de mi novio y hubo letanía de gracias: gracias por que Alfonso vino a comer, gracias porque Alfonso contó historias de buceo, gracias porque Alfonso nos habló sobre mounstros marinos, gracias porque Alfonso fue a vernos al Tae Kwan Do. Y a mi... pues gracias por nada, aparentemente. DE NADA.

Hoy solitos me pidieron los acites esenciales con que los embadurné ayer y entendí por qué a las amigas que los usan con los hijos les encantan (decía yo que jurarían que hasta regenera un brazo rebanado de sus criaturas; ya no bromearé con esto, con que los apacigue para la dormida ya siento que son más milagrosos que las mismísimas lágrimas derramadas del niño Lorenzo).

Hoy estoy en la cama lista para dormir, increíblemente, desde antes de las 10 de la noche.

Hoy me siento contenta, satisfecha, orgullosa, emotiva, muerta de cansancio, y de sobremanera impesionada con la fuerza y energía de las mamás del mundo. Cualesquiera sea su especie y coeficiente reproductivo. Un brindis y bendiciones para todas. En celebración y lástima. Digo, admiración.

Hoy si estoy segura que mañana todo estará bien. Diosmioiga. Y que esto no sea algo estilo Ley de Murphy o como la 4ta secuela de Scream, en la que justo cuando parece que todo está bien, igualmente y en instantes todo se va al carajo.

domingo, diciembre 04, 2016

Diario de una niñera incauta: Día 2 (faltan 6)

Benditos abuelos. Los de mis encargos se llevaron ayer a los grandes la mitad del día y a dormir a su casa. Hoy, a comer y luego al cine, junto con las chiquitas. Me quedé a la expectativa de un regreso a media tarde para entrar al ruedo y hacer el relevo, pero la llamada de aviso no llegó hasta las 7 de la noche.

Eso me dio tiempo de relajarme y revisar el plan de ataque, que ayer claramente tuvo sus fracasos. Rotundos. Confieso que me sentí fatal y muy decepcionada de mí misma.

A pesar de todas las instrucciones, consejos, recomendaciones, mi edad y supuesta madurez, mi capacidad de reaccionar en las crisis y bajo presión, fallé. Francamente, y con toda certeza, totalmente.

Como hoy llegaron muy contentos, aproveché la buena energía para regresar al área de aceptación en sus corazones maquiavélicos y a pesar de que va contra toda mi lógica,

[aquí hubo una interrupción grave de índole lingüística, que creo que manejé adecuadamente con el retomado plan de ataque que explico a continuación]

sentido común y de rigurosidad, acudí copiosamente a los sobornos: premios. Prometidos para la lonchera de mañana.

Después del episodio de vocabulario florido, se acabó el tiempo establecido (15 minutos) de televisión y me apuré a ordenarlos para dormir: piyamas, dientes lavados, medicinas repartidas, aceites untados para La Paz y La Calma (o las cosquillas según el cuatroañero) y los síntomas estacionales (dejaron la mochila con la medicina en el carro del abuelo, mi sentido común me dice que compre más mañana, espero no me haya equivocado), tiempo de lectura (los dos escogieron cada quien un libro, ganó el del vencedor en "piedra, papel o tijera" (a la tercera), y leímos sobre dragones), momento de agradecimiento (por la salud, por ir al cine, por mis papás y hermanos, por la confianza para cuidarlos y porque seguimos vivos (esa fui yo), y espacio para pláticas y preguntas claramente postergadoras.

Para el cuarto a las 9 ya había salido del cuarto (no recibí instrucciones de a qué horas debían dormirse, solo a qué horas tenían que estar acostados (tuve retraso de 4 minutos)); para mí esto representa la victoria. Victoriosa y dulce victoria.

Con las adorables niñas me ayuda Andre, mandada del cielo y encomendada por los papás para que sea parte enorme de mi salvación en esta semana. Bendiciones para ella y toda su prole eternamente y porlossiglosdelosiglosamén.

Aparte de los premios, mañana hay promesas de experimentos, con vinagre, bicarbonato, tapabocas y guantes, y otro para explicar el tamaño de los poros de los pies. Con cebolla. Porque ya saben. Yo explico el por qué y para qué a quien sea que al menos haga como que me escucha.

No voy a pensar en el desatado virus de la influenza que hubo la semana pasada en el salón de uno (y del que me enteré hoy) ni que ya casi se acaban las mini pizzas (que ni cuenta me di con exactitud a qué horas se las comieron, pero al menos ya usé el traumático hecho a mi favor para racionar a lo largo de la semana las que quedan); tampoco pensaré más en como los niños quiebran todas mis manías de contaminación cruzada.

Agradezco el día de hoy. Agradezco el aprendizaje que tuve y que viene, agradezco el apoyo y los consejos de la gente a quien corrí, agradezco el hermoso corazón de los niños (o lo que imagino son rasgos de bipolaridad), que olvidan lo que pasó ayer y me dan oportunidad de volver a empezar hoy. Más y mejor. En amor, empatía, creatividad, paciencia, entusiasmo y comprensión.

(Como autopuesta en evidencia, admito que hice varios bailes de festejo con los aciertos. ¡Qué bien se siente!)

sábado, diciembre 03, 2016

Diario de una niñera incauta: Día 1 (faltan 7)

Mi tercer experiencia de niñera está ocurriendo ahora.
Antes (hace 3 o 4 años) sólo había cuidado a mi sobrino Shaggy por unas 3 horas y hace como un año a mi sobrino Carlitos. En la primera, lo destacado sentí que fue ver la luna y las estrellas tumbados sobre el zacate en el parque y cantar; con Carlitos, mi mayor logro fue cambiar su pañal. Primero y último, hasta ahora.
Esto de cuidar niños que no salieron de mis entrañas me hace sentir honrada por la confianza que los papás me dan al poner a mi cargo a sus más preciosas prendas. En serio.
También me asusta un montón. En serio. La posibilidad de comprobar mis limitaciones aumenta en un 100%, y no me gusta verme incapaz de sobrepasar los retos que me presenta la vida (o los que yo acepto tomar envalentonada e ignorantemente).
Una cosa es dar clases de natación, en donde tengo a cada niño por 10 minutos conmigo y sé exactamente lo que estoy haciendo. Estoy en control.
Otra muy diferente es tenerlos libres y salvajes... Y por más largos periodos, horas... O días.
Como ahora, que estaré al cuidado de 4 niños por 8 días. Edades: uno de 7 años, otro de 4 años y 2 de 2 años. Medio que me mudé hoy. Medio que me arrepentí. Medio que estoy sacando fuerza y valor, con tintes esperanzados de esperanza.
Llegué a las 7:20 de la mañana y ya estaban despertando.
Las siguientes 4 horas que pasaron sentí han sido las más largas de mi vida.
Entendí que me hubiera venido bien ser psicóloga, adivina, Dalai Lama y maestra zen, madre Teresa, pedagoga, Napoleón, costurera, Forest Gump, torera, maga, Cositas, nutriologa, doctora y Florencia Nightingale, cantante, malabarista, negociadora, McGyver, cocinera, estilista y santa.
Está de más decir que yo no soy nada de eso. Ni cerquita. ¡Ni una sola!
Pero he descubierto y me atrevo a afirmar inequívocamente que las mamás son las personas más polivalentes y de mayor desarrollo y crecimiento empírico que existen. Se me han abierto los ojos y he comprendido que nadie enseña cómo ser mamá mas que los hijos, y que las mamás aprenden a velocidad instantánea y sobre los más variados asuntos a fuerza de necesidad y sobrevivencia. También es obvio que no soy mamá, y honestamente, quién sabe si tenga lo que se requiere para serlo (ganas, principalmente).

Admírolas más de lo que puedo expresar.

Resaltando mis logros de hoy (para ser positiva y amable conmigo), todos viven, le di la medicina a la gemela correcta (la segunda vez) y generé el momento más pacífico del día (con la mitad de la población infantil, al menos) poniendo el difusor con lavanda y otra mezcla para reforzar el sistema respiratorio (una de ellas tose por aquí y por allá, no quiero que empeore (nomas me faltaría que terminara con bronquioalguitis). Comprobados están los resultados de usarlo y ya lo declaré mi mejor amigo (me veo claramente amarrándomelo al cuello para que no se me olvide ponerlo).
De lo malo no voy a hablar, tengo a los papás en Facebook.

Que la fuerza me acompañe. Y Dios. Y la Virgencita y toda su corte celestial junto con los santos, Evangeline, y Pepito Grillo. Amén.

miércoles, noviembre 30, 2016

Estoy pensando que...

... en qué me ando metiendo, si voy a poder, si soy capaz, si iremos a sobrevivir, si mantendré la cabeza y la razón, si tendré energía y suficiente paciencia y amor a la vida humana en miniatura, y si realmente habrá la posibilidad de terminar en la cárcel por asesinato espontáneo no premeditado.

Estaré alrededor de mil años (aunque creo que sólo son 8 días) cuidando a los hijos de unos muy queridos amigos. Son como 20 hijos (aunque creo que sólo son 4) y estoy todavía extremadamente sorprendida de que acepté la "invitación". O el reto, desafío, prueba de vida o muerte. Sin exagerar.

A decir verdad y en total honestidad y transparencia, estoy más sorprendida de que pensaron en mi y que me confíen este asunto. O sea, el asunto tratándose de sus hijos: sangre de su sangre, huesos de sus huesos, ácido desoxirribonucleico de su ácido desoxirribonucleico.

También me siento extrañamente conmovida por ello, y muy especial. Considerando que, aunque soy agrónoma, prefiero no tener plantas en mi casa (porque ya sabes qué), y que he cambiado un pañal una sola vez (y vomité después ligeramente en mi boca (pero no tuve donde escupir (¿les ha pasado? No mientan)) y me lavé las manos seguido durante 40 días y 500 noches), como quiera dan por hecho que seré exitosa cuidando a sus criaturas.

Agradezco y valoro infinitamente esa confianza. Se me hace un regalo, muy bello y delicado, algo para proteger y cuidar (aunque envuelto en papel terrorífico que pareciera pudiera explotar). No los defraudaré... seguramente. Espero. Rezo. De rodillas y con veladoras prendidas. Ojalá rece mucha gente por mí también durante éste periodo y en el después, en la revisión de secuelas, para recuperar mi salubridad e integridad física y mental (es que yo he visto a mis amigas reproducidas, pobres).

Me estoy programando mentalmente, y la mamá, mi amiga, me ha estado preparando el terreno desde hace SEMANAS, dejando el suelo fértil, dice. Me imagino que me da analogías agronómicas para asegurarse que entiendo. Yo espero que sus semillas plantadas broten y funcionen y den muchos frutos. Asíseaamén.

Ya me pasó 13 (TRECE) 13 contactos telefónicos por medio de mensajes en Whatsapp. Ya me contó que tiene toda la programación escrita, bien planeada y descrita con detalle: las comidas y demás actividades, escolares y extra curriculares, de higiene y otras de sobrevivencia normal (¿?). Ya les habló a sus hijos sobre todos los experimentos que vamos a hacer (como si yo me supiera de que, mil, y así). Ya estuvimos hablando ella y yo (es para lo primero que sé que mi amiga hace "cita" para algo) alrededor de una hora sobre mis responsabilidades temporales. Todas. ¿Tantas? Pues con razón.

Estoy lista (creo) y comprometida. totalmente invertida en hacer de estos días unos de paz y tranquilidad para los papás que estarán lejos, y que puedan disfrutar de su viaje. Para las criaturas... no-estoy-segura-todavía-pero-por-lo-menos-sobrevivencia: Será la cereza de un pastel el que se diviertan y estén tranquilos y entretenidos para que no extrañen tanto a sus procreadores.

Que las fuerzas superiores y divinas sean generosas conmigo una vez más y me concedan TODO lo que requiera para que los resultados de estos Hunger Games versión Baby Sitters Club, estén a mi favor.

Cualquier tip, consejo, advertencia, recomendación y prevención que puedan compartir podría ser bien recibida.

Hasta pronto.

miércoles, octubre 12, 2016

Día 11: la diamantina rosa sigue

 Hicimos una despedida de soltera increíble para una de mis grandes amigas aquí en mi pequeño hogar, el cuál consta de dos cuartos: la recamara y el área polivalente (que funge de cocina, comedor, sala, oficina, área de demostraciones de toppers y aceititos esenciales con sus manualidades, y para terapia de Hologramas, tratamientos faciales y masajes). Estuvimos apretadas, pero con buena actitud al respecto, creo. Recuerdo. Digo yo. Bueno, espero.
La decoración fue ecléctica, y de colores rosa y negro, bastante folklórica a momentos con diversos objetos anatómicamente incorrectos.
Parte de ella fue la brillantina rosa y negra, que por situaciones ajenas a mi, un color (gracias diosanto el negro no) terminó en mi mesa/escritorio/superficie de apoyo. En TODALAMESA. Toda la bolsita, desparramada brillante y decorativamente, cayendo por las 4 esquinas hasta el piso en discretas cascadas.
Cualquiera que conozca la diamantina y haya convivido con ella sabe que permanece hasta el infinito. Cualquiera que me conozca a mi sabe que, aunque puedo ser desordenada, me gusta tener mi pedacito de territorio personal generalmente limpio. Más la sala/cocina/etc., que es el lugar en donde hago casi todo y recibo a la gente que me honra con su visita. Por lo tanto, yo y la diamantina en mi casa no vamos: no nos llevamos, no convivimos, no cruzamos miradas ni palabras, de ningún tipo y en ningún momento.
Excepto que ahora no pude decidir y llegó a mi sin que la pidiera o esperara. Minutos antes la había visto en su bolsita cerrada, inocente y quieta, sin sospecha alguna de lo que iba a pasar.
Me siento orgullosa de mi corazón por no haber caído en infarto fulminante cuando por primera vez mis ojos la vieron; me siento orgullosa de mi de haber escogido guardar la aspiradorcita que saqué inmediatamente y con la que quería recorrer todas las superficies de mi departamento en ese momento (incluyendo el sillón, los cojines, los asientos de las sillas, los dos tapetes, la cama de masajes y las cajoneras, porque ya había en todo, brillos por todas partes). También porque lo solté y me permití disfrutar la fiesta y la compañía de mis amigas, la super rica comida que pedimos y los juegos con premios (esos dan para otra historia).
En realidad, si lo veo por el lado amable, ha sido un regalo ¡sorprendente! Mi casa brilla y algunas partes de mi cara también. Todoeltiempoytodoslosdías. Saludo a gente y les transmito uno o dos puntitos y luego los veo a ellos andar brillando por la vida como yo. Qué importa que no se acabe, que hasta hoy la siga barriendo y aspirando, que me la encuentre en el lavabo, en la manzana, en el asiento del baño, en mi almohada y en mi novio. Qué importa que cuestione mi eficiencia al barrer y quiera tirar por la ventana mi aspiradora y su ineficiencia. Al menos no son pulgas, me digo a mi misma.
Estoy segura que algún día habré logrado deshacerme de toda la diamantina y que hasta la extrañaré. Bueno, eso último tal vez no, siendo sincera. Es más, creo que no volveré a tener contacto con ella y que pondré un anuncio en la puerta de mi casa prohibiendo su entrada.
Supongo que esta es una de las cosas en las que podría estar exagerando. Pero está bien. Cada quien sus vicios y perversiones, y yo con los mios, sobre todo en mi espacio personal y preciado!

(Y no voy a hablar de la forma CORRECTA y ÚNICA de colgar la toalla del lavabo).

domingo, septiembre 18, 2016

Feliz cumpleaños

Este es el tercer cumpleaños que celebro contigo tu existencia, y mi fortuna de haber coincidido contigo en ella.
Hoy festejo contigo tus años, tus experiencias, tus alegrías y penas, tus éxitos y fracasos, tus sueños y tus miedos, porque sé que el conjunto de ellos, de todo, te hace ser ahora el hombre de quien me enamoro todavía y a quien escojo amar de diario, de quien elijo aprender, con quien quiero compartir y crecer: en vida, en amor y esperanza.
Felicidades por un año más de vida, felicidades por el camino recorrido, por el hombre que eres ya, por el hombre que luchas por ser, y por el hombre que sueñas con ser.
Me siento profundamente agradecida de habernos encontrado en nuestros respectivos recorridos en esta vida, y espero que podamos compartir muchos cumpleaños más.
Con amor, yo.

domingo, septiembre 11, 2016

Yo y el fotochopf

Mi novio está trabajando mucho últimamente con horarios no convencionales, y esto incluye los fines de semana. Esto significa que ahora mi fin de semana casi-casi es solo para mi. Y aunque siento que lo extraño y quisiera estar pasando más tiempo con él, me siento súper orgullosa de su compromiso, dedicación y logros.
El caso es que ayer me encontré con mucho tiempo disponible para hacer lo que se me ocurriera. Esto, aparte de resultar en un entretenido sábado en piyamas, incluyó una discusión en whatsapp sobre la marcha en pro de la familia "tradicional" (casi inevitable aunque no empezó como tal (yo pregunté con genuina curiosidad a quien quisiera compartir para qué participaban)), viendo interesantísimas conferencias de Ted Talk y con el problema de que no sé usar photoshop pero se me metió en la cabeza crear un flyer informativo. Ya.
Para quienes usan herramientas no creadas para simples mortales, seguro creerán que era de lo más sencillo y no entenderán qué fue lo que se me hizo complicado; los que ya han intentado usar Photoshop o programas parecidos sin formación universitaria o al menos un cursito por ‘ay, me entenderán.
Sigo sin saber usar Photoshop pero bajé un programa editor de fotos que se le parece y me pasé todo.el.fucking.dia. (con las debidas pausas para perseguir un zancudo, ir al baño, buscar la verdadera raíz etimológica de matrimonio, comer, etc.) haciéndolo. Probando y regándola, viendo tutoriales en Youtube, volviendo a empezar 20 veces, pidiendo asesoría vía remota a mi amiga diseñadora y queriéndome arrancar los pelos demasiado seguido para mi salud capilar.
Tomé un modelo que vi por algún lado que me gustó pero se me metió entre ceja y ceja que yo lo quería ¡en español! Me piden información y ¡no hay en español! Por lo mismo, mi día no terminó hasta que terminé el susodicho gráfico informativo.
La verdad es que cuando lo terminé hice una complicada danza celebratoria, llena de orgullo y satisfacción.
Por cierto que ya salí de vacaciones, mi temporada de natación terminó esta semana, entonces estoy segura que voy a estar muy entretenida creando mil cosas nuevas y haciendo terapias y tratamientos faciales, masajes y terapia de apertura de chacras y obviamente, practicando y sacándole jugo al photoshop de mentiritas.

Les comparto mi creación porque cómo fregados no.




#vacaciones #pasionarrebatada #lovethismodernessentiallife #noviodondeestas #younglivingespañol

sábado, septiembre 10, 2016

Pase lo que pase, ama

Este escritor e investigador habla del amor a pesar de las enfermedades, los sindromes, condiciones genéticas, mentales y discapacidades, y cómo a pesar de eso, puede elegirse amar, y cómo esto construye caminos de amor, y no destruye.
Ahora que hay tanta polémica con el tema de lo que es una familia natural, me quedo con esta extracción de esta conferencia interesantísima.
"There are people who think that the existence of my family somehow undermines or weakens or damages their family. And there are people who think families like mine shouldn't be allowed to exist. And I don't accept subratctive models of love, only additive ones. And I believe that in the same way that we need species diversity to ensure that the planet can go on, so we need this diversity of affection and diversity of family in order to strengthen the ecosphere of kindness.”

Traducción:

“Hay gente que piensa que la existencia de mi familia de alguna forma socaba, o debilita o causa daño a sus familias. Y hay gente que piensa que familias como la mia no deberían de ser permitidas si quiera existir. Y no acepto modelos de amor que restan, sólo acepto aquellos que suman. Y creo que de la misma manera que requerimos diversidad en las especies para asegurar que el planeta pueda perdurar, también necesitamos esta diversidad afectiva y diversidad de familia para fortalecer la ecosfera de la bondad.”

Aquí la increíble conferencia Ted de Andrew Solomon:


viernes, septiembre 09, 2016

Sexo y aceites: publicitando la clase en vivo

Estamos organizando con mi amiga una clase en línea por Facebook de aceites esenciales en la berrum. O sea, en la recamara, o sea, para apoyar en la actividad a veces-si-a-veces-no muy antojable y motivadora, procreadora y recreativa entre parejas. ¡Para que sea muy recreativa! Yo no sé de esas cosas porque estoy no matrimoñada, pero mi amiga tiene años de casada y dos hijas (y ya puede tener relaciones sexuales e irse al cielo sin problemas), entonces, algo de experiencia ha de tener. Con lo que pasa "allí" y en todas partes también (sobre todo en la cabeza) antes y después de tener hijos. Tampoco sé de eso. Todavía no me reproduzco. Pero me entero. Me cuentan cosas misteriosas que me hacen pensar que habrá gente interesada. Es en inglés, pero aqui yo creo que todos mastican aunque sea poquito el idioma y las palabras relacionadas se parecen y el acto en sí, sin duda, en cualquier lengua (sin albur).
Me pueden mandar Inbox si quieren saber más y lo mantendré en secreto hasta mi tumba. Promis. Porque obvio todos son super héroes en ese aspecto y porque obvio (y más real) es tabú todavía el tema para muchos. Y está bien. Sólo creo que no está demás tener información y opciones, y quinequite y esto puede ser un apoyo magnifico para las relaciones de pareja, he oido. Me cuentan. Y asi.
Se prohíbe etiquetar. Porque obvio.

jueves, septiembre 08, 2016

Reconectando y tratando

¡Mis 3 pacientes de hoy! Sólo nos tomó 4 (creo que en realidad fueron casi 5) horas! La platicada y el reconecte con amigos también es terapia para mí. ¡Gracias por venir a probar lo que tengo para ofrecer! 

Espero se hayan ido mejor de lo que llegaron, ¡en cualquier aspecto!


martes, septiembre 06, 2016

Mi hogar y centro de bienestar

Aquí vivo. Es un lugar chiquito, apretadito, y escojo hacer lo mejor que puedo con lo que tengo!
¡Estoy súper lista!



lunes, septiembre 05, 2016

Terapia de Hologramas

Decidí meterme a estudiar sobre la terapia de hologramas para generar bienestar y salud en gente a mi alrededor. Se me ocurrió porque ya pronto terminaré la temporada de natación y tendré tiempo. 
Aparte de ser Ingeniéra Agrónoma, instructora de natación de autorrescate, comsmetóloga (para hacer tratamientas y limpiezas faciales), ahora me estoy especializando en esto, y me encanta.
Es un tema interesantísimo que refuerza mi idea de lo increíble que es el cuerpo humano y de las infinitas posibilidades que tiene para regenerarse, curarse y estar bien.
Aqui pongo una foto de mi amiga, la pobre traía una ontractura severa en el cuello y desajuste de cervicales, y yo pude apoyarla para que se sintiera mejor: Terapia de hologramas con aceites esenciales de grado terapéutico y tratamiento de liberación por medio de la poderosísima metafísica.
Tengo mucho trabajo que hacer eternamente conmigo misma, pero no por eso esperaré a estar al 100 yo para poder apoyar a generar bienestar en otros! Because I can and because I love!


viernes, septiembre 02, 2016

Nunca pensé que podía ser policía también

Estoy tomando un curso de meditación pragmática. Hoy tomé en sesión privada la segunda clase, pues falté a la de ésta semana por qué escogí llevar a mi mamá a Lampazos por asuntos familiares importantes.
La maestra de meditación creo que es psicóloga y seguro, terapeuta de flores de Bach; ofreció darme una sesión de flores por qué me detecta muy tensionada, y yo pensé que loqueseaesbueno.
Como siempre en todo tipo de cursos y terapias y citas y entrenamientos, y libros y "no sequé y demás y todo", sale el tema de mi sobrepeso. Siempre. Que desde cuando, que paraqué, que porqué y la fregada y la tostada.
Hoy salió eso, mi dificultad para dormirme, mi rigurosidad, entre otras cosas que no son nuevas y que me hacen pensar y reclamarme (otra vez) que no avanzo, y me angustio un poco. También me da tristeza.
Saliendo de allí y camino a mi casa hablaba Conmigo Misma, animándome y echándome flores, pensando en lo bueno que si he logrado y lo mucho que he aprendido y esperanzada en mañana.
Llegué al Súper 7 específicamente a comprar semillitas de girasol y en lo que me bajé del carro y caminé a la entrada llego una señora y se paró atravesada en mitad del estacionamiento, tapando la entrada completa y la salida a tres carros.
Seguido voy allí y me ha tocado varias veces que la gente haga eso, porque podría ser, a primera vista, un lugar. ¡Entonces! Yo, con la sincera intención de hacer una sugerencia útil porque pensé que no se había dado cuenta, le dije amablemente que ese no era lugar porque tapaba la pasada de los carros.
Me sonrió mientras abríamos juntas las puertas de la tienda, y casi gritando, me dijo:
¡Ah! Solo voy a comprar una soda y qué? Ahora resulta que quieres ser policía, pues si puedes ser, porque estás bien gordita.
Me sorprendió tanto la reacción que hasta risa me dio, y me fui a buscar las semillitas. No me tardé nada y me puse en la fila para pagar. Ella llegó y se metió por un lado, así, con descaro.
En ese momento y sin proponerme evitarlo, me acordé de algunas veces en las que desconocidos o muy conocidos me han dicho cosas relacionadas con mi peso: gorda, gordita, horca, marrana, pinchegorda, y rotoplast, por mencionar algunas.
Me da coraje que todo eso pasara por mi cabeza en ese momento y que me dejara pegar por esa señora.
Se me salieron dos lagrimas igual de gordotas que yo, y la señorita de la caja se dio cuenta. La señora flaca, alta y de pelo pintado rojo arco iris ya se había ido.
Ya sé que estoy gorda. Ya sé que no es una característica, deja tu saludable para mí, tampoco es agradable para nuestra sociedad.
(Paréntesis: Esto me recuerda a un post de un vídeo de un señor que atacó a un ciclista aventándole la bici en la Ciudad de México. En los comentarios alguien ponía: Es un viejo panzón. Ya nomás con eso es un ser despreciable.)
Tengo recordatorios de esto todo el tiempo, de toda mi vida, al menos desde que empecé a engordar a los 9 años y ya era GORDA con 5 kilos demás (no voy a decir cuantos tengo ahora, pero cómo me gustaría ser gorda de sólo 5 kilos demás ahorita).
Antes era el tema de verme bien, como las demás, y normal, para vestirme bien y no con camisetas aguadas que escondieran la lonjita, que no me echaran carrilla en la escuela y me gritaran horca en los pasillos, que pudiera encontrar alguien que me quisiera (porque obvio, "gorda nadie te va a querer, necesitas adelgazar"); luego el que no me van a contratar porque van a pensar que soy floja y no tengo disciplina, que no me quiero a mi misma, que no me cuido, que el templo de Dios, y mi vehículo en la vida y blarablarablá. Y ahora: "al menos por salud", y a mi alrededor la gente sigue refiriéndose a ella misma como gorda y marrana cuando tiene 3 o 5 kilos demás y haciendo dietas todo el tiempo.
Supongo que esto de hoy es algo como lo que describen al bullying o a lo mejor estoy exagerando. Me dolió, me dolió más acordarme. Me dolió que quise decir algo y no pude.
Yo pienso en mi, que sea lo que sea por lo que he escogido (conscientemente o no) estar así, es muy mi problema y mi proceso, mi esfuerzo, mi talón de Aquiles, mi LOQUESEA y que nadie sabe que hay en mi costalito, ¡si muy apenas lo sé yo!
Y pienso también en toda la gente con sus propios costalitos que por lo que sea, seguido o de vez en cuando, escuchó o ahora escucha o lee comentarios, con intención o sin intención de lastimar, y si todavía no lo pueden evitar y lograr que se les escurra, y sienten como yo.
Pendejo, joto, gordo, antinatural, ñoño, cara de pizza, ser despreciable, jirafa...
Y pienso en mi corazón que yo quiero ser en mi mundo alguien que jamás genere este sentimiento en nadie más.
Quiero yo ser fuente de amor, empatía, compasión, y poder dejar siempre sentimientos positivos y edificantes en la gente con quien me cruzo cada día por lo que me quede de vida. De verdad que pido a Dios y su universo que me iluminen para esto, que me empujen para aprender y crecer y poder amar más y comprender y respetar, más y más. También a mí misma y a mi cuerpo, para poder cuidarlo y respetarlo como me merezco, no cómo ni para lo que mi sociedad cree que debo hacerlo. Y para que no importe TANTO.
Pido a Dios y a su universo por los que son discriminados, bulleados, pisoteados, abusados y por sus corazones y cuerpos lastimados, para que sean fuertes y amen a pesar de todo y de todos, y que no repitan lo mismo con otros.
También rezo por los que se creen mejores, más guapos, más santos, más valiosos, más buenos, más dignos, para que ojalá y tengan mucha razón y no lo quieran reafirmar en sí mismos por medio de insultos y menosprecio a otros.
Ojalá y a la hora de elegir, escoja siempre ser amable y bondadosa al hablar, que nunca sé cómo, qué tanto y por qué, le afectará al otro lo que salga de mi boca.
Por lo pronto me tomo mis Flores de Bach, hago mi meditación para anclarme y me embarro de mi aceite favorito Joy, para alivianarme el corazón y quitarme lo pesadita de ánimo, al menos, que traigo hoy.

sábado, agosto 20, 2016

Se busca conejillo de indias

Desde hace tiempo me he reconocido y aceptado como ñoña, pero no estaba segura de las dimensiones que podria tener mi grado de ñoñez. Creo que ahora si se me pasó la mano (¡pero está bien!): viernes en la noche y jugando a la loca científica en el laboratorio haciendo experimentos.
Quién quiere ser mi conejillo de indias y probar!?
 




jueves, agosto 18, 2016

Soy quien soy

Hoy son 5 años que estaba empezando la última cosecha de uvas del proyecto en el que estaba involucrada en el Valle de Guadalupe, en la impresionante península de Baja California.
Extraño a veces, especialmente en fechas como hoy, los días de vendimia, trabajando de madrugada junto con la salida del sol y hasta que oscurecía.
Extraño la tierra, suelta y por todas partes, metida hasta en la comisura de los labios, los colores diferentes de cada variedad de uva, el registro minucioso de pesos de cosecha de cada lote y de cada variedad.
Extraño los burritos de enormes tortillas de harina repletos de huevo, frijoles y hasta de chilaquiles que me compartían las señoras que trabajaban conmigo, siempre generosas, y que comíamos entre los surcos pegadas a las líneas de plantas para alcanzar sombra.
Extraño la sensación de urgencia y emoción que envolvía a todo el Valle en esos días y ver a cada rato tractores con remolques rebosantes de uvas avanzando lentos por la carretera.
Extraño organizar la logística detrás de los muestreos del avance en madurez de los racimos de cada tipo de uva y de cada lote, el olor de uva molida y de jugos fermentando.
Extraño la camioneta medio destartalada que usaba y la satisfacción que me daba verla hasta el tope de cajas etiquetadas de forma obsesivamente organizada y multicolor, llenas de uva recién cortada (no podía ser más de una tonelada porque la caja de la camioneta se despanzurraba).
Extraño apurarme para llegar a la bodega y entregar la carga, y a veces me sentía muy importante de ser la única que conocía la variedad secreta y única en el Valle, y mantenerme firme en mi confidencialidad cuando algunos curiosos me pedían revelarla.
Extraño ver los amaneceres y atardeceres del Valle, siempre disponibles desde cualquier punto en donde estuviera, no había nada entre ellos y yo que los tapara: ni edificios, ni cerros, ni si quiera tantos árboles.
Extraño a la gente de todas partes y los nombres rusos, la curiosa forma de pronunciar la "ché" y de pasar horas platicando y comiendo chimiskis en algún portal.
Extraño el bullicio y el huateque de los turistas invadiendo el pueblo para festejar en las fiestas, conciertos y exceso de eventos de las vinícolas.
Extraño la compañía de Pope, mi gato, enredado entre mis pies, estar a 20 pasos de mi oficina y despertar con los bramidos de los borregos y los motores de los tractores.
Y sé, que aunque extraño todo todo todo y mucho mucho, prefiero extrañar todo esto que a mi familia, mi ciudad y mis grandes amigos.
Recuerdo esos años con cariño y como una de las mejores experiencias de mi vida; me siento agradecida y bendecida por haber tenido la oportunidad de trabajar y vivir allá. Soy quien soy hoy también por ello.

sábado, agosto 13, 2016

En el 2008 trabajé en un rancho de producción agrícola orgánica y aunque ya casi pasan 10 años, sigo teniendo la experiencia fresca en los tejidos de mi corteza prefrontal cerebral altamente selectiva y la recuerdo con mucho cariño. Durante la mitad de mis estudios universitarios y con la moda de los productos orgánicos en boga, constantemente escuchaba hablara mis profesores sobre la maravillosa empresa en Artega, Coahuila, que traía al mercado regiomontano verduras de excelente calidad libres de cualquier rastro de agroquímico comercial.

Yo quería trabajar allí por mis tendencias y experiencias ecológicas mientras viví en Francia y mi historia con el manejo de lombrices, pero no había vacantes disponibles. Insistí tanto que después de dos años me generaron el puesto de encargada del área de producción animal. Sería la responsable de mejorar e incrementar el manejo y la producción para considerar la posibilidad de comercializarlos.

Cabe mencionar que yo me gradué de Agrónoma con enfoque fitotecnista, no zootecnista. En pocas palabras, en plantas y no animales y no tenía idea de a lo que iba.

Me mudé a Saltillo y compré mi primer carro; tenía que recorrer 40 kilómetros para llegar y los mismos para regresar del rancho. Mi uniforme extraoficial era botas, pantalones de mezclilla, blusas polo coloridas y sudaderas. La mayor parte del tiempo estaba deliciosamente fresco a esa
altitud, y en invierno helaba y se me congelaban, junto con los huesos, hasta los mocos que me escurrían espontáneamente sin vergüenza alguna.

Estaba al cuidado de da producción de lombrices y composta de lombriz con la que se fertilizaban los campos de hortalizas y hierbas aromáticas, de un rebaño de más o menos 180 borregos Dorper, de un hato de 7 vacas lecheras y de las gallinas ponedoras a libre pastoreo. De pasada vacunaba y desparasitaba a Marieta, una gata altanera y sorda que me dejaba llena de pelos cuando la abrazaba en contra de su voluntad y a tres perros de montaña de los Pirineos que median en longitud lo que yo de altura.

Contaba borregos, ordeñaba vacas y veía nacer becerritos que bautizaba con nombres que empezaran con la letra del año, perseguía gallinas que parecían vestidas de crinolinas rojas y llevaba un meticuloso registro y análisis de todos los procesos adecuados y establecidos. Todo iba bien hasta que se me empezaron a morir borreguitos. Uno tras otro. Me partía el alma y no sabía por qué pasaba. Otros productores con mayor experiencia que la mía me insistían que
tendría que usar antibióticos. Inaceptable.

Saliendo de Arteaga, había una forrajera a la que ya había ido varias veces a comprar comederos y vacunas. La dueña era una veterinaria simpática y amable que me contestaba cualquier pregunta, por estúpida que fuera (hice muchas de esas). Un día se me ocurrió llevarle uno de los borregos muertos para averiguar qué los estaba matando y encontrar una posible solución. Después de mi primer necropsia en la que casi vomito los tacos de papa y chorizo que me había comido, tenía respuestas.
Como no había posibilidad de usar medicamentos convencionales, empecé a investigar intensamente sobre las hierbas medicinales.

Encontré una mesa vieja de tablones y convertí una caballeriza vacía en un laboratorio hechizo con un una estufita de parrilla y ollas y vasijas nuevas y usadas. Salía al campo y a los bosques con los nativos a buscar hierbas, hojas y cortezas, luego iba a los mercados y buscaba con las viejitas sentadas en el piso que vendían plantas secas; era lo más que podía hacer para garantizar productos orgánicos.

Secaba las plantas frescas en la oscuridad de los rinconescolgadas en las paredes de la caballeriza. Con mis notas interminables de medicina herbolaria empecé a hacer infusiones. Pesaba, combinaba y hervía; dejaba que se enfriaran en lo que algún trabajador me apoyaba trayendo al borrego 48,
93 o 146 para dárles los "tés" contra su voluntad con jeringas de 20 ml. A veces y dependiendo del problema, el trabajador me ayudaba deteniendo al animal para hacerle vaporizaciones sobre la olla llena de hierbas e hirviendo, cubriéndolo con un costal. Todo se registraba minuciosamente para poderlo repetir si funcionaba. Las repeticiones eran seguidas, porque la constancia es muy importante
para la efectividad de los tratamientos alternativos.

Me mantuve firme a pesar de que los trabajadores se mofaban de mí y de las burlas descaradas de los más conocedores. Gané apuestas y asombro cuando los animales lograban sobrevivir. Me sentía muy orgullosa y me enamoré más de las plantas y sus increíbles propiedades.
Ahora ya no me dedico a nada que tenga que ver con las plantas, pero me he reencontrado con ellas y he descubierto la que creo es la mejor forma de obtener directamente sus propiedades sanadoras en una de sus formas más puras: los aceites esenciales.

Me he remontado a ese laboratorio polvoriento y oscuro pero ahora en la comodidad iluminada de la mesa de la cocina. Hago mezclas y remedios para todo lo que se me ocurra: conciliar el sueño, relajarme y relajar la mandíbula para no apretar los dientes, alcalinizar mi estómago, para el buen humor y contra las malas energías, contra ácaros y hormigas, para que me crezca el pelo, contra los callos de los pies que me salen por andar descalza, contra el estrés y molestias de cabeza, para aligerar la congestión y la sobre producción de flemas, como aromaterapia para quienes vienen a hacerse faciales, para no roncar y un gran etcétera que me falta experimentar y otro mayor que me falta por descubrir. Aparte de todo, mi casita huele delicioso y yo también.

Sinceramente, me gusta más este laboratorio y los resultados de las investigaciones y experimentos. Al menos no se me están muriendo criaturitas tiernas y esponjosas durante el proceso.


viernes, agosto 12, 2016

El caos

Un día de estos lentos y veraniegos mi amiga me dijo:
-Ven a mi casa mientras baño a mis hijos para echarnos la platicadita después.
Yo tuve un flachbak de meses atrás bastante complejo y colorido, lleno de imágenes y sonidos que me recordó el día que sí llegué casualmente a su casa alrededor de las 7:30 de la tarde y ella iba a mitad de su rutina diaria de bañar a sus 4 hijos.
-No, gracias.
Ella puso cara de sorpresa e interrogación.
-Me acuerdo perfectamente la última vez que estuve y prefiero perdérmela para siempre, le dije yo.
O algo así. Probablemente exagero (en lo que le dije, aunque seguro lo pensé exactamente así).
Aquí el recuento del impactante suceso (todo pasando en fasfogüar, como en las películas vistas en VHS):
Después de un grito desde la segunda planta de "Acá estamos, ¡vente!", me sugirió que la esperara en un cómodo sillón afuera del cuarto de las niñas.
-Ya casi acabamos, me explicó apurada.
Una estaba en sus brazos y a la otra la cargaba su ayudante de momento allí hechas bola las cuatro en el umbral al que yo ya había entendido no querría atravesar.
La ayudante daba el biberón a la que estaba en brazos de la mamá y la mamá le embarraba un menjurje de aceites en el pecho a la hija de enfrente (llamémosle número Tres (no las distinguía yo porque estaban igualitas según mis ojos inexpertos)) mientras me explicaba que tenía mucha tos y que con una gota de aceite nosécuál revuelta con otro aceitetal tenía para no despertar a la hija número Cuatro durante la noche (y casi metiéndose los dedos por las fosas nasales y aspirando profundamente me dice "huele deli"); ella lloraba porque, según me contó su procreadora, ya quería su biberón y no ser untada en aceites y "oírme hablar y hablar y hablar, jijiji." (Al menos eso creo. Era difícil oírla y sobre todo entenderle por encima del llanto de bebés y gritos de niños a lo lejos, pero EQUIS, yo asentí a todo y puse cara comprensiva con alguna que otra sonrisa y levantado de ceja espejeándola en su chachareada y cuando intuía que era adecuado.)
Mientras tanto, en el baño se oía la regadera con un niño cantando y el otro gritando algo desde su posición en la taza del baño.
Me di cuenta que estaba allí sentado porque cuando mi amiga logró acostar a una de las niñas en la cuna y desapareció tras la pared al fondo del cuarto, oí gritar:
-¡Hijo Dos! Hijito, ¡no puedes comerte un Duvalín mientras haces popó! ¡Dámelo! Hijo Uno, ¿por qué no cerraste la puerta? Mira, ¡el mugrero! Ya salte para que entre tu hermano. ¡Sécate bien!
La niña Tres, en brazos , seguía repelando amargamente y entre voces infantiles yo apenas oía murmurar a la señora de la casa pero aquí daba igual porque no tenía que pretender que sabía de lo que estaba hablando ni lo que estaba pasando.
De pronto sale el hijo Uno corriendo atacado de risa y al poco el hijo Dos apurado detrás, totalmente encuerado, también riéndose. Yo me incliné hacia atrás y encojí las piernas rápidamente para darles camino libre para pasar frente a mí, sin notarme si quiera, y la mamá los siguió con brazos al aire hasta otro cuarto gritando órdenes de piyamas, propiedad y decencia.
De un minuto a otro, como cuando se detiene la tormenta de un huracán de la nada, las hijas Tres y Cuatro estaban en sus cunas detrás de puerta cerrada muy calladas; los hijos Uno y Dos se apaciguaron (sospechosamente, en mi opinión) detrás de otra.
Mi amiga del alma caminó hacia mi arrastrando los pies. Yo seguía en mi silencio sepulcral y con los ojos hechos platos.
-Listo, me dijo, aliviada.
-Ya me voy.
-Pero, ¿por qué? ¡Si ya me desocupé!
-Me agoté nada más de ver. Ojalá y te puedas dormir los próximos dos meses después de esto.
Y temiendo que estuviéramos en la calma tenebrosa del ojo del huracán y todo volviera a empezar en cualquier momento, me fui. Rapidito.
Aparentemente, según sus explicaciones, eso es cosa de todos los días.
Caos. Lo que es acostumbrarse al caos.
No entiendo por qué está mal bañarlos una vez a la semana, o cada tercer día, cuando menos.
Y luego me sorprendo de sorprenderme pensando que mejor no quiero tener hijos.
A mi amiga (tú sabes quién eres): te adoro completamente y admiro profundamente. No me vuelvas a invitar bajo esas o parecidas circunstancias que puedo ser tan incauta que vuelva a aceptar.
A todas las mamás dedicadas y entregadas del mundo: mi respeto y admiración.
A las otras que no son tan proliferas, y/o dedicadas ni entregadas pero no dejan de querer a sus criaturas (obvi): mi respeto y admiración, también.

miércoles, agosto 10, 2016

Hoy es un buen día

Hoy amanecí otra vez con baba en la almohada. Desperté después de mi segunda noche con cama nueva y de dormir como hace mucho no lo hacía; creo que "divinamente" es una palabra adecuada.
Me estiré, troné los dedos de mis pies y di gracias, porque mira qué fortuna la mía de despertar, y aparte sin haber tenido que poner despertador y pudiendo estar acostada hasta que me escupa la cama.
Puse mi volcán azul a difundir aceites cuyas propiedades alegran el corazón, disminuyen los síntomas de la sinusitis, relajan los dientes apretados y suavizan el ceño fruncido (todo, obviamente, científicamente comprobado) y me quedé leyendo "El Amante Japonés" hasta que lo terminé.
Recibí una llamada para agendar un masaje relajante con aromaterapia y me acordé que hoy es él ultimo día de mi curso de natación y llené el grupo para el próximo que empiezo el lunes.
También tuve una sesión corta por FaceTime con el novio trabajador más guapo de la comarca desde su oficina (las maripositas que todavía siento CREO que no tienen nada que ver con los aceites) y organicé la reservación del hotel para el fin de semana de la boda de una de mis mejores amigas en CDMX para noviembre.
¡Hoy es un buen día!
Deseo lo mismo para todos los que de casualidad lean esto, si ya no es hoy, entonces para mañana, y...
Pídanme lo que quieran, que probablemente les diga que si a todo.
Y recomiéndenme algún libro, que ya no tengo que leer!

martes, agosto 09, 2016

La importancia del colchón

El domingo fui a buscar colchones. Había estado contemplando comprar uno desde hace semanas; el colchón de mi departamento rentado amueblado había reposado varios inquilinos y tenía más hoyos que un queso suizo y ya me estaba cansando de amanecer con tortícolis hasta en las uñas de los pies.
Es la segunda vez que compro colchón. Haciendo cuentas, he dormido por tiempo prolongado (dígase más de dos meses) en 11 colchones diferentes, si mi memoria no me falla. No todos me han dado experiencias agradables, lo describiría más bien como desventuras en ocasiones hasta tortuosas que no se olvidan hasta que se te endereza la vértebra o se te alinea por simple resignación.
Para quien haya estado verdaderamente comprometido en su búsqueda de un colchón nuevo, no se le hará sorpresivo que yo cuente que probé todos los de la gran tienda colchonera. Todos. Desde los aguados que parecen arenas movedizas, hasta aquellos del espacio exclusivo con aire acondicionado y música de espá que podrías confundir con un bombón o esponjosa nube celestial en dónde la pieza más económica cuesta 22 mil pesos. Como ninguno de allí se ajustaba a mi presupuesto, sólo volví, después de informar mi intención a la señorita dependiente, para reflexionar profundamente sobre la compra que iba a hacer y quitarme el miedo al gran desembolso. Me postré descaradamente en el más caro e inaccesible que tenía almohada, con mis pies descalzos (claro que me quité las chanclas) encima de la tela impresa con la marca del colchón. Estoy segura que me quedé dormida un ratito y soñé con viajar a las islas Galápagos, pero lo importante es que hice cuentas y me decidí. Lo compré.
Me entregaron ayer tan anhelada preciosidad extra dura y blanca como la nieve que asegura un descanso ortopédicamente correcto. No podía de la emoción. Sentí que era navidad cuando le quité el plástico como si fuera regalo y me quería dormir a las cuatro de la tarde.
Obviamente (y ya que no hubo resultado a mi búsqueda en Google), inventé una oración de bendición, hice un ritual de agradecimiento y de protección contra los espíritus jala pies y lo rocié en exageración con una mezcla que hice en ese instante de aceites esenciales que aseguran relajación, purificación y buen olor, y aparte (y lo más importante), repeler a los temidos ácaros come cerebros.
Hoy desperté después de exactamente ocho horas de sueño, con baba en la almohada y oliendo a lavanda, eucalipto y naranja dulce. Qué bonito es despertar descansada y estirada y poder quedarme un buen rato agradeciendo y abrazando idiotamente mi nuevo colchón.
Quien quiera asistir a mi próxima piyama party para conocerlo, me dice.

viernes, agosto 05, 2016

El amor, es amor.

Cuando amar a alguien "diferente" es mal visto por la sociedad, ILEGAL y castigado.
Por esto me meto en cosas que "no me importan", que "no tienen que ver conmigo", y que "a mi qué".
No entiendo cuando se cree que la moral, lo correcto y los valores tenen que ver con ver mal o querer impedir que exista la posibilidad de que haya mas amor.
Porque claro que me importa, tiene que ver conmigo y a "mi mucho qué." Porque tiene que ver con mi actualidad, mi tiempo, mi comunidad, mi mundo.
Prefiero ser esa "amiga" y no esa enemiga, y contribuir a "ganar esa gran guerra".

"...I love my wife."
Entiendo que yo no puedo decretar quien puede amar a quién.


jueves, agosto 04, 2016

La maravilla más sencilla

"Este es un corte transversal de una hoja de zacate, pintada para poderse ver através del microscopio. Las caritas felices son los canales por donde viaja el agua."

Hasta detrás de lo más sencillo, hay una vida increíble y asombrosa sucediendo.

lunes, agosto 01, 2016

La ofis

Mi oficina veraniega hoy parece caldo. ¡Está a 34 grados centígrados! ¡Me coceré poco a poco, pero está bien! Me siento bendecida y dichosa. Me pregunto cómo son los lugares de trabajo de los demás, qué les gusta más, si hay colores y desorden, o está todo muy blanco y nada estorba, si sudan o hay aire acondicionado y se tienen que poner suéter en agosto. Si trabajan solos o comparten el espacio con alguien con quien platican o con alguien que huele mal. Si les roban la comida del refri comunitario o salen por tacos mañaneros los viernes.
Pasamos un montón de tiempo trabajando. Ojalá y todos sientan felicidad en su trabajo también!




sábado, julio 30, 2016

Just sayin'

Ejem...
(¡Pero ya! ¡Que traigo antojo de quesadillas con aguacate!)

martes, julio 26, 2016

Envídia

Quisiera roncar tan bonito.

lunes, julio 25, 2016

Lección de hoy

"Cada persona que conoces, está buscando su propia historia, sin excepciones. Tú te conviertes en parte de ella por cómo te comportas con ellos."

Me he hecho consciente que no siempre he sido un buen agregado a la historia de la gente con la que me he cruzado a lo largo de mi vida, y siento haberlo hecho así, como lo hice, siento haber causado daño.
Ya no me lo reprocho, ahora sólo hago lo mejor que puedo, a veces. 

A veces la sigo regando, lo que significa seguir aprendiendo y creciendo y volviendo a empezar
Paz, amor, alegría. Es lo que quiero para mí y para la gente con quien cruzo caminos.
Estoy consciente.
Estoy despierta.
Soy lo mejor que puedo, siempre puedo ser más.

martes, julio 19, 2016

Y ahora ¿Cuál tren agarro?

Ya me han dicho (varias veces y diferentes personas, digamos, valientes) que se me va a ir el tren si no me apuro. Hasta cuándo tendría para que no se me fuera? Hay un límite? A donde lleva ese tren? Qué cosa especial tiene el tren que le preocupa a tanta gente si me deja o no? Alcanzarlo "a tiempo" da garantías de algo? Ya no te puedes bajar si no te gusta? No pasan otros trenes? 
El caso es que creo que a momentos he andado en burro y en otros, hasta he pescado el tren ultra rápido estilo japonés, con un sin fin de medios de transporte intermediarios. Todos me han llevado a diferentes lados: con lentitud, a veces a toda velocidad, me he perdido, me he confundido de ruta, e incluso me he tenido que regresar! También unos han sido más cómodos y placenteros que otros.
He llegado a mis destinos planeados (a otros no) contenta, o con miedo, despeinada, cansada, alegre, emocionada, y arrepentida, también.
Y aunque a veces me asusta la idea de que efectivamente se me irá el tren aquél único al que todo el mundo (a mi alrededor) hace referencia, prefiero recordar todos los otros trenes que he escogido tomar y los que he dejado ir, e imaginar los otros miles que están allí disponibles para mí. Prefiero agradecer haberme arriesgado a buscar otros destinos que me hacen ser quien soy ahora y me permiten ver la posibilidad de tomar el próximo tren que aparezca con alguien valioso para compartir el viaje.
A mi no se me va el tren. Yo escojo el día, la hora, el destino y la compañía para los trenes que agarro.


viernes, julio 15, 2016

Camillo Magoni

Me siento súper orgullosa y agradecida de haber trabajado para este señor, de haber formado parte de su equipo, de haber apoyado en sus apasionadas investigaciones. Para mí Baja California será siempre Magoni!


Magoni en Baja California

miércoles, julio 13, 2016

Aniversario 2

Hoy mi guapísimo novio y yo cumplimos dos años de relación romántica y amorosa, aventurosa, llena de aprendizaje, de compartir, de escuchar, de aceptar, de crecer.
Me fascina encontrarme a mi misma vulnerable y entregada, detallista y cursi, dejando mi ego a un lado, aprendiendo sobre él y sobre mi, sobre elegir cada día amar y ser mi mejor versión posible con él y por consecuencia, conmigo y con los demás.
Celebro el dia que decidímos comprometernos a ir más allá de la amistad y festejo el camino que llevamos recorrido.

Lobiu, sir.

miércoles, junio 22, 2016

El vacío

Después de un mes fuera y teniendo 5 días de haber vuelto, así se ve mi refri todavía! Deplorable!! 
En lo que me decido a ir al súper a pesar de la inmensa pereza que me da nada más pensarlo: Salud! 

Espero que alguien me invite un taco!



martes, junio 21, 2016

¿Qué escuchan los demás cuando hablan con Dios?

Yo escucho y creo que: no tiene nada que ver lo que yo pienso, siento o en lo que creo. Tiene que ver con lo que siente, piensa y cree otro ser humano.
Vivimos en un mundo donde es más importante tener razón por tenerla que ser amorosos, empáticos y compasivos. Ni si quiera tenemos que entender.
Nunca sabemos en realidad lo que cada quien carga en su costal.
Y cómo tratamos y juzgamos lo que hacen o son los demás... Así seremos tratados y juzgados... Dice alguna parte de la Biblia, creo recordar. Y no lo quiero olvidar.
Frank Ocean escribe:
I read in the paper that my brothers are being thrown from rooftops blindfolded with their hands tied behind their backs for violating sharia law. I heard the crowds stone these fallen men if they move after they hit the ground. I heard it’s in the name of God. I heard my pastor speak for God too, quoting scripture from his book. Words like abomination popped off my skin like hot grease as he went on to describe a lake of fire that God wanted me in. I heard on the news that the aftermath of a hate crime left piles of bodies on a dance floor this month. I heard the gunman feigned dead among all the people he killed. I heard the news say he was one of us. I was six years old when I heard my dad call our transgender waitress a faggot as he dragged me out a neighborhood diner saying we wouldn’t be served because she was dirty. That was the last afternoon I saw my father and the first time I heard that word, I think, although it wouldn’t shock me if it wasn’t. Many hate us and wish we didn’t exist. Many are annoyed by our wanting to be married like everyone else or use the correct restroom like everyone else. Many don’t see anything wrong with passing down the same old values that send thousands of kids into suicidal depression each year. So we say pride and we express love for who and what we are. Because who else will in earnest? I daydream on the idea that maybe all this barbarism and all these transgressions against ourselves is an equal and opposite reaction to something better happening in this world, some great swelling wave of openness and wakefulness out here. Reality by comparison looks grey, as in neither black nor white but also bleak. We are all God’s children, I heard. I left my siblings out of it and spoke with my maker directly and I think he sounds a lot like myself. If I being myself were more awesome at being detached from my own story in a way I being myself never could be. I wanna know what others hear, I’m scared to know but I wanna know what everyone hears when they talk to God. Do the insane hear the voice distorted? Do the indoctrinated hear another voice entirely?


jueves, junio 16, 2016

Tortugas

Hoy es el día mundial de las tortugas de mar. Celebremos 100 millones de años de la existencia de estos seres en el planeta, en las aguas de nuestros océanos.

Si pudiera escoger en qué animal reencarnar, sería en una tortuga de mar (que llegue al oceano cuando nazca, de preferencia, y no termine en el plato de algún señor glotón raro o un tlacuache).


sábado, junio 11, 2016

Kino

Dos fines de semana en la playa, atardecerses, agua de mar, espuma salada, arena en cada recoveco del cuerpo. Horas largas y calientes, platica profunda, divertida, polémica. En el mar la vida es bien sabrosa!


jueves, junio 02, 2016

Reflexión de hoy

Nuestras acciones sí influyen en la vida de los demás. 
Pido a Dios, al universo, a mí hada madrina, a mí Ángel de la guarda, a Evangeline, y a todas las fuerzas poderosas por allí, que llenen mi corazón de comprensión, empatía, compasión y mucho amor y sabiduría para saber distinguir entre querer tener la razón por mis juicios y creencias, y apoyar a quien más requiera cualquier cosa que yo tenga para dar.

domingo, mayo 29, 2016

Grill Master

Desde Hermosillo, Sonora, donde se encuentra la mejor carne! Lo comprobé! Excelentes chefs, también! Obiamente me la pasé comiendo todo el día la más deliciosa carne en sus más deliciosos cortes. También había cerveza, calor y pizza con lentejas (¿estará demás decir que sabía deliciosa también?) hecha en asador. O sea.
Hubo concurso y probé los platillos de casi todos los participantes, y aunque el equipo al que yo apoyaba no ganó primer lugar (ganó segundo, creo) según los jueces, si gañó la primera posición según la preferencia del público.

¡Felicidades y nos vemos en Monterrey para la final!








viernes, mayo 13, 2016

Reflexión de hoy


Asumir mi parte de responsabilidad en cada cosa que pasa, que genero, que creo, que invento y que alucino en mi vida, me da poder. Poder para tomar posición y actuar, poder para cambiar, y para levantarme de las caídas, poder para aprender de cada experiencia y y crecer. Poder para nunca ser víctima, de Perengano o Mengana, de las circunstancias, del tráfico, la lluvia, la suerte, los papás, la pareja, el miedo, las cucarachas, la falta de sueño, la VIDA.
Las cosas: pasan; y no: ME PASAN.
La gente: hace; y no: ME HACEN.

Note to self: Déjate de chingaderas, porfitas.

jueves, mayo 12, 2016

Imagen del día

Note to self: Be brave!!!! BE BRAVE!! Bebravebebravebebrave! And fake it till you make it.




lunes, abril 25, 2016

ENAI Mty 2016

Estamos TODOS listos para empezar mi primer curso en Monterrey de la temporada! Me deseo éxito, amor, empatía, serenidad, entendimiento. Y muchas bendiciones para mis alumnos y sus papás!


Aquí mis ayudantes:


sábado, abril 23, 2016

100 "memoirs" para leer

Sólo he leído tres y tengo el cuarto que no he leído. Mucho qué hacer, por lo que veo.

En orden cronológico:

Out of Africa by Isak Dinesen (1937)
West With the Night by Beryl Markham (1942)
Dust Tracks on a Road by Zora Neale Hurston (1948)
Night by Elie Wiesel (1960) — Surviving the Holocaust
Coming of Age in Mississippi by Anne Moody (1968)
I Know Why the Caged Bird Sings by Maya Angelou (1969)
Conundrum by Jan Morris (1974)
Girl, Interrupted by Susanna Kaysen (1993)
Autobiography of a Face by Lucy Grealy (1994)
Dreaming by Carolyn See (1995)
The Liar’s Club by Mary Karr (1995)
Angela’s Ashes by Frank McCourt (1996)
Lucky by Alice Sebold (1999)
On Writing: A Memoir of the Craft by Stephen King (2000)
Me Talk Pretty One Day by David Sedaris (2000)
Long Walk to Freedom by Nelson Mandela (2000)
She’s Not There: A Life in Two Genders by Jennifer Finney Boylan (2003)
Dry by Augusten Burroughs (2003)
The Glass Castle by Jeannette Walls (2005)
The Year of Magical Thinking by Joan Didion (2005)
Jesus Land by Julia Scheeres (2005)
Eat, Pray, Love by Elizabeth Gilbert (2006)
The Diving Bell and the Butterfly Jean-Dominique Bauby (2007)
Look Me in the Eye: My Life with Asperger’s by John Elder Robison (2007)
Voluntary Madness by Norah Vincent (2008)
In the Sanctuary of Outcasts by Neil White (2009)
I’m Down by Mishna Wolff (2009)
Just Kids by Patti Smith (2010)
Making Toast by Roger Rosenblatt (2010)
Hiroshima in the Morning by Rahna Reiko Rizzuto (2010)
Devotion by Dani Shapiro (2010)
The Long Goodbye by Meghan O’Rourke (2011)
What It Is Like to Go to War by Karl Marlantes (2011)
Life Itself by Roger Ebert (2011)
Why Be Happy When You Could Be Normal? by Jeanette Winterson (2011)
One Hundred Names for Love by Diane Ackerman (2012)
Brain on Fire: My Month of Madness by Susannah Cahalan (2012)
The Men We Reaped by Jesmyn Ward (2013)
An Astronaut’s Guide to Life on Earth by Col. Chris Hadfield (2013)
Coming Clean by Kimberly Rae Miller (2013)
Prairie Silence by Melanie Hoffert (2013)
Daring: My Passages by Gail Sheehy (2014)
Fire Shut Up in My Bones by Charles Blow (2014)
Negroland by Margo Jefferson (2015)
Girl in a Band by Kim Gordon (2015)
Hunger Makes Me a Modern Girl by Carrie Brownstein (2015)
H is for Hawk by Helen MacDonald (2015)
My Life on the Road by Gloria Steinem (2015)
Between the World and Me by Ta-Nehisi Coates (2015)
All Who Go Do Not Return by Shulem Deen (2015)
Poor Your Soul by Mira Ptacin (2016)
Love, Loss and What We Ate by Padma Lakshmi (2016)
When Breath Becomes Air by Paul Kalanithi (2016)