viernes, noviembre 16, 2007

en espera

Estoy en el aeropuerto de Tijuana, sede de un par de desagradables experiencias de viaje para mi. Sin embargo, esta noche, que he decidido ser complaciente conmigo misma y mimarme, he tenido acceso exclusivo, por una módica cantidad, a la sala de viajeros VIP...
Ya cené deliciosamente un pollo en salsa verde y frijoles negros con queso y tostadas, y paso a mi segunda cervecita dosequis, con la que seguro me terminará de dar sueño y en cooperación con un par de tapones para los oídos, podré disfrutar del vuelo en modo OFF.

Espero no roncar.

Voy a Monterrey, a matar dos pájaros de un tiro. Uno, la presentación religiosa para la boda de mi hermana y su novio (dicen que chivo brincado, chivo quedado, pero mamácaracol todavía alberga esperanzas para mi) y a la boda de una de mis amigas más cercanas. Puros casamientos, caray.

Por lo apretado del itinerario, asistiré a la presentación en mi vestido negro, largo, de noche, para de allí pasarme al pachangón aprés nupcias de mi amiga. Qué alivio, no tengo que preocuparme por buscar dos disfraces. Uno en dos. Hay que buscar cómo ser prácticos.

Tengo ganas especiales de ver a mi familia y a los amiguis. Hasta ahora, todo marcha sobre ruedas, smuuuuuuuuuuttth. No se pronostican retrasos, y espero que no sorprendan que papácaracol me estará esperando en el aeropuerto.




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